Los oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han hecho entrar a civiles israelíes a los centros de detención y les han permitido observar y filmar a los presos palestinos cuando eran torturados, según testimonios de sobrevivientes publicados esta semana por el Observatorio Euromediterráneo de los Derechos Humanos (Euro-Mediterranean Human Rights Monitor) con sede en Ginebra.

Los presos retenidos en los centros de detención de Zikim, en la frontera norte de la Franja de Gaza, y en un lugar del sur de Israel adjunto a la prisión de Naqab (Negev) “dijeron a Euro-Med Monitor que los soldados israelíes los habían exhibido deliberadamente frente a civiles israelíes, afirmando falsamente que eran combatientes afiliados a facciones armadas palestinas y que habían participado en el ataque del 7 de octubre contra las localidades israelíes”, según los testimonios.

Los ex-detenidos han declarado que trajeron a grupos de 10 a 20 civiles israelíes y les permitieron grabar sesiones de tortura en las que los hombres, casi desnudos, fueron golpeados con porras de metal, electrocutados y les arrojaron agua caliente en la cabeza. Los ex prisioneros dijeron que algunos israelíes se reían mientras filmaban su tortura.

“Fui arrestado en el puesto de control establecido cerca de la rotonda de Kuwait, que separa la ciudad de Gaza de la región central, como parte de las campañas de arrestos aleatorios de Israel. Fui sometido a todo tipo de torturas y abusos durante unos 52 días”, declaró Omar Abu Mudallala, de 43 años, a Euro-Med Monitor, y agregó que sus captores de las FDI “trajeron a civiles israelíes para que presenciaran nuestras torturas”.

Abu Mudallala agrega:

El ejército israelí llevó a varios civiles israelíes a los centros donde estábamos detenidos mientras combatíamos y les dijo: 'Estos son terroristas de Hamas que los mataron y violaron a sus mujeres el 7 de octubre', mientras los civiles israelíes nos filmaban cuando estábamos siendo golpeados, maltratados y torturados, mientras se burlaban de nosotros. Esto sucedió cinco veces durante mi detención. La primera vez fue en Barkasat Zikim, donde nos vendaron los ojos. Sin embargo, uno de los detenidos que habla hebreo nos dijo que los soldados interactuaban con civiles israelíes fingiendo que éramos combatientes armados. Los otros cuatro incidentes tuvieron lugar en el centro de detención de Negev, donde sucesivos grupos de israelíes fueron llevados al interior de tiendas de campaña para presenciar nuestros malos tratos y registrar los métodos de tortura a los que fuimos sometidos sin permitirnos hablar o interactuar con ellos. Como en ese momento no llevábamos los ojos vendados, los vi cuatro veces con mis propios ojos.

Abu Mudallala añade:

Uno de los detenidos que habla hebreo intentó explicar a los civiles israelíes que éramos civiles y que no teníamos nada que ver con actividades militares, pero eso no ayudó. Sin embargo, fue sometido a graves torturas físicas y psicológicas. Fue verdaderamente indignante que ciudadanos israelíes vinieran a presenciar nuestra tortura con el pretexto de que supuestamente estábamos involucrados en asesinatos y violaciones.

Otro ex preso, identificado únicamente como DH, de 42 años, ha declarado a Euro-Med Monitor que

se invitó a civiles israelíes a presenciar los abusos y torturas que sufrimos, que el ejército inició deliberadamente cuando estaban presentes. Estos israelíes a veces traían a sus perros para ladrarnos. También nos tomaron fotos y las publicaron en aplicaciones de redes sociales, especialmente TikTok. Los soldados hicieron lo mismo.

Euro-Med Monitor afirma que

la gran mayoría de las personas detenidas en la Franja de Gaza han sido sometidos a detención arbitraria sin haber sido acusados ​​ni llevados ante la justicia, sin que se haya emprendido ninguna acción legal contra ellos. No tienen derecho a un juicio justo y son sometidos a desapariciones forzadas, torturas y tratos inhumanos. Las prácticas israelíes contra los detenidos palestinos constituyen violaciones flagrantes de los convenios y normas internacionales, en particular el Cuarto Convenio de Ginebra de 1949, que prohíbe a una autoridad ocupante trasladar prisioneros del territorio ocupado a centros de detención ubicados en su territorio, así como torturar, agredir o degradar de otro modo la dignidad humana de las personas detenidas.

Las fuerzas israelíes, que tienen un largo historial de torturar a prisioneros palestinos, han sido acusadas en la actual guerra contra Gaza de torturar a las personas civiles detenidas antes de ejecutarlas[1]. Las fotografías y los vídeos de los soldados israelíes maltratando a palestinos, tanto vivos como muertos, han sido publicadas por los autores de esos actos en las redes sociales. Los defensores de los derechos humanos consideran que estas imágenes y el orgullo que inspiran son evidencia del genocidio israelí en una guerra en la que más de 100.000 de palestinos y palestinas han sido asesinados, heridos, mutilados o desaparecidos.

El mes pasado, la Corte Internacional de Justicia determinó, en un fallo preliminar, que Israel era “probable” estuviese cometiendo un genocidio en Gaza, al tiempo que ordenó a las fuerzas israelíes que “tomaran todas las medidas” para evitar llevar a cabo actos genocidas.

Brett Wilkins

Notas

[1] Clothilde Mraffko, en Le Monde del 17 de febrero, escribe: “El hospital Nasser de Khan Younès ha sido alcanzado por fuego de artillería esta mañana temprano, mientras que el ejército israelí había anunciado al personal médico y a los pacientes que podían permanecer en el hospital”, ha informado la ONG Médicos en Fronteras (MSF) sobre X. El periodista continúa: “El mensaje ‘¡Salid animales!’ se transmitió por primera vez en árabe con un megáfono. El periodista Mohammed Al-Helou dice que los soldados enviaron luego a un joven palestino que acababan de soltar para transmitir su orden a unas 10.000 personas desplazadas, así como a cientos de pacientes y cuidadores presentes en el hospital. Un vídeo muestra a este joven, con un traje de protección blanco, demacrado, con las manos atadas y con los ojos vendados, charlando con las y los desplazados. Cuando regresó con los soldados, como le habían ordenado, “le han ejecutado a sangre fría, con tres balas, dentro del recinto”, explica Mohammed Al-Helou en Instagram (Red.).

A l’Encontre, 14/2/2024. Artículo original en Common Dreams, 13/2/2024.

Traducción: viento sur

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