Tras todo atentado, que son actos que hay que condenar, los medios y políticos concentran las discusiones sobre la religión islámica para intentar explicar los crímenes y la violencia de los asesinos del Estado Islámico (EI), esta vez en Barcelona. A partir de ahí, el debate se centra en qué interpretación o tradición, reformista o reaccionaria, del Corán tenemos para intentar explicar la violencia cometida en nombre de la religión. La Télévision Suisse Romande invitaba el lunes 21 de agosto a Noureddine Ferjani, imán de la Mezquita de Ginebra, para comentar los atentados de Barcelona, saber si dispone de medios para combatir el extremismo, cómo los autores de los atentados justifican esto en nombre de la religión, etc...

El problema de todas estas discusiones, es que ponen el eje de la explicación y las fuentes de toda violencia cometida en nombre del Islam (incluso por el EI) en la religión islámica y más precisamente en el Corán.

En mi opinión, las explicaciones que quieren encontrar en el Corán y en la religión islámica las razones de fenómenos como los atentados de Barcelona o los actos de los combatientes del EI y otras organizaciones yihadistas se equivocan y no permiten comprenderlos. Además, y sobre todo, refuerzan muy a menudo las amalgamas racistas e islamófobas a la vez que quieren asignar una naturaleza intrínsecamente violenta al Islam y, más en general, a las poblaciones musulmanas.

Los fenómenos como el EI y/o los atentados de Barcelona deben ser analizados en sus contextos políticos, sociales y económicos actuales de nuestro mundo y no en el Corán. Tomemos por ejemplo al EI: este último es la consecuencia, principalmente, del imperialismo occidental, de las intervenciones de los diferentes regímenes autoritarios de la región de Medio Oriente en Irak (Irán, Qatar, Arabia Saudita, etc...) y del régimen autoritario confesional actual del Irak heredado de la invasión de 2003, sin olvidar el régimen de Saddam Hussein y sus políticas. El aplastamiento por regímenes autoritarios de los movimientos populares que comenzaron a finales del año 2010 y comienzos del año 2011 ha permitido al EI una segunda fase de expansión 1/

Igualmente, algunos intentan explicar las tensiones religiosas actuales entre chiítas y sunitas en Medio Oriente recurriendo al Corán o como una consecuencia del conflicto que surgió a la muerte del profeta, relacionado con su sucesión, hace 1 400 años. Esto niega el contexto político y social actual heredado de la invasión americana y británica en 2003 y del papel de estos dos últimos en la destrucción del tejido social iraquí y privilegiando la llegada al poder de fuerzas políticas confesionales y reaccionarias.

Aunque el EI y otros yihadistas se reclamen del islam, la religión no explica sus comportamientos y sus actuaciones. Estos grupos o personas tienen razones que se inscriben en la época actual y no hace 1 400 años.

¿Se analiza la invasión americana de Irak por las declaraciones y las creencias religiosas de Bush (que había declarado haber oído en sueños que Dios le decía que tenía una misión y que había que invadir Iraq) o bien según motivaciones imperialistas (políticas y económicas)? ¿Vamos a buscar las razones de la invasión americana en la Biblia? ¿Vamos a analizar la invasión americana sobre la base del comportamiento de los cristianos hace 2 000 años? Igualmente, en la matanza perpetrada en Noruega el 22 de julio de 2011 por Anders Breivik, que afirmaba actuar para preservar a la cristiandad frente al multiculturalismo, ¿se han buscado las razones de su acto en el cristianismo o la Biblia? De forma similar, recientemente una joven sindicalista miembro de IWW (Industrial Workers of the World), Heather Heyer, ha sido asesinada y una docena de manifestantes han sido heridos por un coche conducido por un militante fascista. ¿En algún momento se ha intentado saber la religión del asesino o si ésta explicaba su gesto?

Por otra parte, hay que señalar que es más fácil para la mayoría de los medios mainstream calificar de terrorismo, incluso de "terrorismo islamista", los actos de un yihadista del EI, pero no los de grupos e individuos fascistas que atacan a minorías religiosas o manifestantes de izquierdas. Por ejemplo, al comienzo, la gran mayoría de los medios describía los acontecimientos de Charlottesville como una "manifestación de extrema derecha que ha degenerado". La retórica ha cambiado solo tras la designación de "terrorismo interno" por el Ministro de Justicia de los Estados Unidos, Jeff Sessions.

El escritor árabe, Aziz Al-Azmeh, afirmaba que "la comprensión de los fenómenos políticos islámicos necesita los instrumentos normales de las ciencias sociales y humanos, no su negación". No cumplir con esta tarea, es llevarnos hacia una esencialización del "Otro", en este caso, de "los musulmanes".

Ninguna religión existe, en efecto, de forma independiente de las personas, de la misma forma que Dios no existe al margen del terreno de la acción intelectual del hombre. Muy al contrario, la religión, como el poder sobrenatural de Dios, son una expresión mística popular de las contradicciones y de las realidades materiales de las que vive la gente.

Es la razón por la que hay que intentar encontrar y explicar las razones de los crímenes, sin querer excusarlos o justificarlos, perpetrados por esos grupos o personas y comprender las motivaciones que les han llevado o les llevan a actuar en este sentido. Estas razones no se encuentran leyendo la Biblia o el Corán, sino, muy en primer lugar, en el contexto político y socio-económico en el que se encuentran esos grupos y personas y también en las dinámicas políticas en la escena internacional.

De la misma forma, los "islamólogos" que intentan definir las fuentes del terrorismo del EI u otras organizaciones yihadistas en un solo hecho social limitan la comprensión de estos fenómenos.

Los crímenes y el recorrido de los yihadistas son desde muchos puntos de vista, y muy a menudo, un reflejo de las contradicciones de las políticas internas y externas de los países en los que han crecido, teniendo en cuenta también el clima político regional e internacional. Las motivaciones y el recorrido vital de un yihadista francés no son, en efecto, las mismas que las de un sirio o iraquí. Sus realidades son completamente diferentes. Es necesario analizar y comprender la complejidad y la multitud de las razones de las trayectorias y actos de los y las militantes yihadistas de forma materialista.

El revolucionario ruso Vladimir I. Lenin, por ejemplo, en el texto "La actitud del Partido de los trabajadores hacia la religión", de mayo de 1909, escribía que, como marxistas, "debemos explicar la fuente de la fe y de la religión de las masas de una forma materialista". Proseguía afirmando que si no se cumplía esta tarea, no tendríamos una visión diferente de las clases burguesas, que acusan a las masas de ignorancia para explicar el fenómeno de la creencia religiosa. El fundamentalismo religioso no es de hecho sino la expresión de esta frustración y no su fuente.

Hay que comprender los fundamentalismos religiosos, cualesquiera que sean, como factores y razones modernas, que encuentran sus fuentes en fenómenos actuales y no del pasado, aunque su propaganda haga referencia a un pasado mixtificado.

La barbarie de los asesinos de Barcelona y los grupos como el EI se alimenta en primer lugar de las contradicciones y las diferentes formas de opresión de sus sociedades, pero también de la barbarie de los Estados occidentales capitalistas e imperialistas, que han provocado muchas más víctimas que las organizaciones yihadistas. Por otra parte, ninguna igualdad a nivel absoluto puede igualar la barbarie de los Estados occidentales en el número de víctimas que han causado en todo el mundo. Son Estados occidentales quienes han llevado a cabo intervenciones militares destructivas estos últimos decenios por ejemplo en Irak en 2003, intervención que ha seguido a un embargo criminal contra el pueblo iraquí durante más de 10 años. Son Estados occidentales los que aportan su apoyo sin fisuras a las sangrientas dictaduras del Medio oriente, sin olvidar un apoyo total al Estado colonial y de apartheid de Israel que oprime desde hace 60 años al pueblo palestino. Qué decir de las políticas neoliberales impuestas por los Estados occidentales y las instituciones monetarias internacionales que han causado el empobrecimiento de sociedades enteras, desplazamientos de poblaciones, hambrunas, etc...

Debemos realizar una oposición sin tregua a las políticas imperialistas de los Estados occidentales que asesinan y empobrecen a los pueblos de numerosas regiones del mundo. Debemos igualmente oponernos a todas las formas de imperialismo internacional y de imperialismos regionales que, todas, tienen por objetivo aplastar a otros pueblos siguiendo los intereses políticos de sus clases dirigentes.

Hay que recordar que los asesinos de Charlie Hebdo, en sus entrevistas, videos y otros medios, habían hablado del sufrimiento del pueblo sirio, iraquí, de la intervención francesa en Malí, de las ofensas a las poblaciones musulmanas en Francia y en el mundo, etc...

Los bombardeos de la coalición internacional contra el EI bajo la dirección de los Estados Unidos y con la participación de varios países occidentales en Irak y en Siria 2/
han causado la muerte de numerosos civiles, varios miles desde su desencadenamiento en septiembre de 2014. El desprecio por las víctimas civiles y demás daños causados en esta "guerra contra el terrorismo" es patente y alimenta el discurso de las organizaciones fundamentalistas como el EI o Al Qaeda.

Además, su eficacia para poner fin a las acciones del EI a nivel internacional es algo que hay que poner muy en cuestión. Aunque el Estado Islámico haya perdido numerosos combatientes y grandes extensiones de los territorios de Irak y Siria, la organización yihadista ha seguido siendo la organización más mortífera del mundo en 2016, según un informe de la Universidad de Maryland. Los militantes yihadistas han realizado más de 1 400 ataques el año pasado y han matado a más de 7 000 personas, es decir, un aumento de alrededor del 20% en relación a 2015, según el mismo informe.

Una vez más, sin atacar a las fuentes, mencionadas más arriba, de la aparición de grupos como el EI, no se pondrá fin a sus actos criminales únicamente mediante soluciones militares y securitarias.

Dicho esto, no es ésta una razón para no analizar el discurso y las prácticas de organizaciones como el EI para intentar combatirlas, pero en los países occidentales tenemos, sobre todo, que poner fin a las razones que permiten a este tipo de organizaciones conseguir nuevos apoyos.

No debe existir ninguna ilusión sobre los movimientos islámicos reaccionarios y yihadistas que en el pasado (entre los años 1950 y comienzos de los años 1980) recibieron el apoyo de los Estados occidentales y de las dictaduras de la región de Medio Oriente para debilitar a los movimientos progresistas y nacionalistas de la región. Sin olvidar el apoyo de los Estados Unidos, Arabia saudita y Pakistán a las organizaciones yihadistas en Afganistán durante los años 1980. El fracaso político y económico de los regímenes del nacionalismo árabe y su evolución hacia dictaduras patrimoniales o neopatrimoniales reforzaron igualmente los movimientos fundamentalistas islamistas.

Los movimientos yihadistas han conocido una nueva expansión como consecuencia de la represión de los movimientos populares de Medio Oriente y África del Norte desde 2010-2011 y han podido captar las frustraciones de ciertos sectores de las clases populares, pero no representan en ningún caso una alternativa progresista o antiimperialista, muy al contrario, son organizaciones ultrarreaccionarias, antidemocráticas y antisociales y algunas como el EI son sin duda alguna entidades totalitarias y criminales. Sus comportamientos y ataques contra las fuerzas democráticas y progresistas durante los procesos revolucionarios dan fe de esta realidad. Están en una óptica de guerra de civilizaciones y de imposición autoritaria de su hegemonía cultural y religiosa contra cualquier otra, y no en una perspectiva de emancipación y de liberación de las clases populares.

En conclusión, y además de oponerse a las políticas imperialistas de los Estados occidentales, la tarea de la izquierda esté donde esté es reconstruir un movimiento progresista y democrático amplio, que permita la unidad y la independencia de las clases populares y trabajadoras sin distinción étnica, comunitaria o de otro tipo que es la única vía para la liberación y la emancipación de las clases populares. Las diferencias (de género, de "raza" u otras) que existen en el seno de las clases populares no deben sin embargo ser negadas sino, al contrario, incluidas y reconocidas.

Esto significa que no hay que tener sencillamente un planteamiento "economicista", pensando que las luchas obreras serán suficientes para unir a las clases populares. La izquierda radical debe estar por supuesto a la cabeza de la lucha contra las políticas de austeridad y neoliberales, pero la izquierda radical debe ser igualmente la campeona de la defensa de los derechos democráticos en su conjunto, ya sea en lucha por la la libertad de expresión o en la lucha contra todas las formas de discriminación como el racismo, el sexismo, la orientación sexual, etc... En este marco, la islamofobia, igual que las demás fuerzas del racismo, muy presente en numerosos países europeos, debe ser combatida de forma radical. La islamofobia no es solo un instrumento de las clases dirigentes racistas para dividir a las clases populares y desviarlas de las cuestiones socio-económicas (paro, elevación de la edad de jubilación, efectivos y educación en la escuela, etc...), sino que conlleva violencia y políticas opresivas hacia las poblaciones musulmanas designadas como responsables principales de los problemas que se producen en nuestras sociedades.

Para construir un movimiento progresista, debemos comprender cómo, en las dinámicas capitalistas de nuestro mundo globalizado, las cuestiones de género, de discriminación basada en la religión y/o la "raza" influencian a la vez a la estructura y las dinámicas de nuestras sociedades y de nuestros lugares de trabajo y los procesos de desarrollo de la conciencia. Se trata de comprender cómo estos elementos intervienen conjuntamente en la producción y las relaciones de poder capitalistas, que se traducen en una realidad compleja.

Las discriminaciones basadas en la raza, el género, la orientación sexual, las opresiones culturales e ideológicas, no deben ser subestimadas, a riesgo de perder de vista la complejidad de la tarea de construir un movimiento progresista que comprenda a trabajadores y trabajadoras provenientes de todos los horizontes. No tener en cuenta estas discriminaciones obstaculiza la voluntad de unir a las clases populares y el proyecto político que tiene por objetivo la transformación radical de la sociedad.

Nos corresponde atacar a las fuentes de los problemas (el capitalismo, el imperialismo, las diferentes formas de opresión, etc...) y por tanto las políticas de los Estados capitalistas de occidente y otras regiones del mundo, para realmente cortar la hierba bajo los pies de las fuerzas ultrarreaccionarias y hacerlas desaparecer y construir un proyecto de sociedad alternativo que beneficie a las clases populares en su conjunto.

25/08/2017

http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article41889

Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

1/ Ver orígenes del EI : http://emancipations.blog.tdg.ch/archive/2017/07/13/aux-origines-de-daech-de-l-irak-a-la-contre-revolution-regio-285126.html

2/ Con participación del ejército español: "El Congreso ha respaldado por amplísima mayoría (314 votos a favor, 11 en contra y cuatro abstenciones) el regreso de las tropas españolas a Irak, diez años después de la retirada ordenada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Esta vez, sin embargo, la misión se presenta muy distinta: no se trata de participar en una ocupación, sino de instruir al Ejército iraquí para que sea capaz de frenar el avance del autodenominado Estado Islámico (EI). El PP, el PSOE, CiU, PNV y UPyD votaron a favor, mientras que la Izquierda Plural, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Compromís lo hicieron en contra. ERC, Coalición Canaria y Geroa Bai se abstuvieron. Amaiur, la coalición abertzale, se ausentó de la votación, alegando que “España no está legitimada para intervenir en Irak”, pero tampoco puede negarse el apoyo al “hermano pueblo kurdo”" (El Pais 22/10/2014). No está muy demostrado que, "instruido" ejército de Bagdad, éste vaya a apoyar al hermano pueblo kurdo: ver http://vientosur.info/spip.php?article12991 ndt.

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