La concesión del Premio Nacional de Poesía 2024 a Chus Pato por su último poemario, Sonora, supone el reconocimiento de una de las voces más singulares, arriesgadas y, sin duda, esenciales de la poesía actual- y repárese en que no acoto el sustantivo con el término gallega o española, me refiero a él en su sentido más amplio, universal. Una voz doblemente periférica, por expresarse en una lengua minoritaria y en constante lucha por su pleno desarrollo -cuando no por su supervivencia- y que, además, se sitúa en los márgenes de las prácticas poéticas más consolidadas asumiendo la tradición de las vanguardias históricas y cuestionando el lenguaje mismo, las amenazas que sobre nuestra propia capacidad lingüística ejerce el Capital.
Chus Pato (Ourense, 1955) tiene una obra extensa, poemarios como Urania (1991), Heloísa(1994), Fascinio (1995), Nínive (1996) hacen de ella una de las voces centrales de la renovación de la poesía gallega de los años 90; pero es la publicación de m-Talá en el año 2000 lo que supone una conmoción y un momento de ruptura, el inicio de una senda de tan arriesgado transitar que produce seducción, asombro, y también una difícil interpelación. 1/ Así, María do Cebreiro lo califica de “certificado de defunción de la lírica”, tal vez un mapa impronunciable, imposible de seguir; y se llega a hablar de una “invitación al suicidio poético” pues la pregunta que queda en el aire es ¿Qué se puede escribir después de este libro prodigioso? 2/.
Lo que surge como algo incontenible en m-Talá es una práctica de la poesía tan arriesgada y radical en su apuesta que se diría encarna de manera ejemplar ese “ir al fondo de lo desconocido”que reclamara Baudelaire. Una escritura que Chus Pato va a ir desarrollando en el proyecto “Decrúa”: una pentalogía en la que se agrupan los poemarios Charenton, Hordas de escritura, Secesión y Carne de Leviatán; un encaminarse hacia la creación de un espacio de resistencia, un método para seguir avanzando en busca de sentido y realidad. De este roturar el poema, este trabajo de búsqueda, surge su último poemario Sonora. 3/ Aparece en m-Talá lo que se ha llamado una “poesía expandida” que rompe las limitaciones de género incorporando los más diversos códigos lingüísticos, así, junto a versos que de alguna manera el lector o lectora puede asociar al poema, aparecen diálogos de teatro, de guion cinematográfico, discusiones de teoría literaria, la ironía, el humor, referencias literarias que son parte de la vida de la autora pues, nos dice, el libro es “un quedarse al lado de los/las poetas que me han construido”. Como señala Chus Pato: “En definitiva, o Poema subsume dentro de sí o mundo”. 4/
Pero siempre una concepción de la poesía -o mejor dicho una construcción, un ir descubriendo en el proceso mismo de escritura- como un espacio de rebeldía. Miguel Casado lo ha calificado, recurriendo a Francis Ponge, como un “hablar contra las palabras” que, sin embargo, es capaz de nombrar la esperanza. 5/ Tan cercano a ese NO radical que según Alain define al pensamiento; para el filósofo francés “Pensar es decir no. Negar es un verbo reflexivo, es en primer lugar negarse”, y añade “es a sí mismo a lo que el pensamiento dice no. Rompe la feliz aquiescencia. El pensamiento se separa de sí mismo. Combate contra sí mismo. No hay en el mundo otro combate.” Así en el poema el lenguaje se separa de sí mismo negando la feliz aquiescencia del orden social, el relato de una realidad, una historia -la de los historiadores- que se nos presenta como inmodificable, combate contra sí mismo, contra las palabras, nace en un vacío, sin ninguna certeza, lleno de preguntas porque, de nuevo Alain, “sólo interrogándome por las cosas puedo llegar a verlas. Este centinela que alza la mano a modo de visera es un hombre que dice no”.6/ Una mujer que escruta, que dice no, pues sólo desde allí puede llegar a ver las cosas. El poema entonces como búsqueda permanente, “como si alguna revelación pudiese surgir al límite de la insistencia” en palabras que citaCid en su prólogo a m-Talá que titula “Revelar”, tan cerca, nos recuerda, des-velar. La palabra poética como desvelamiento, búsqueda de “la verdad” entendida, no como acatamiento a construcciones ideológicas en las que se sustenta y reafirma el discurso del poder, sino como apertura, multiplicidad. Para los griegos la palabra aletheia designaba a la verdad, la alfa privativa (a-letheia, a-léthe) nos indica que su significado primero es no-olvido, desvelamiento. Mostrar aquello que ha quedado oculto, clausurado, quitar el velo que impide la visión. El poema, en Chus Pato, se abre a una búsqueda de la verdad -aletheia- que es memoria y deseo de realidad, una escritura materialista en cuanto refutación de una lengua, nos dice Chus Pato en m-Talá, que es privatizada por el Capital pues “LA LENGUA, cualquier LENGUA EN EL CAPITAL, tiende a desvanecerse, tiende a convertirse en algo que se consume. En algo que ya no PRODUCIMOS los hablantes, sino que el CAPITAL, en su intento de privatizarnos PRODUCE PARA NOSOTROS”.
Romper entonces esta fantasmagoría, esta lengua producto de consumo, reducida a mercancía, desvelar, decir la verdad, ejercer la memoria como imperativo poético que es también cívico, decir no, rebeldía de los cuerpos y de las palabras por fin reales, nuestras por nombrarnos, por no olvidar. Memoria que, en su poesía, atiende al menos a estas tres fuentes, tres ondas, tres manantiales de verdad.
Memoria de la carne, pues llegan al poema voces, cuerpos de mujer en muchas ocasiones desconocidos, sombras entre las sombras femeninas de la historia, que son actualizados, que, al ser nombrados, vuelven a vivir en el espacio libre del poema. Por fin hermanas, sujetos libres de un sueño de igualdad que se hace real en el poema.
Memoria de las raíces, una tierra y una lengua sustrato y alimento de una vida, de muchas vidas, fidelidad al origen, a quienes lo habitaron y nos han hecho posibles. Como señala Chus Pato: “vontade política de chegar a ser ou constituír a nación; como pensamento, soberanía, decisión e acción” y, comenta Miguel Casado: “La nación es una manera de narrar el origen, que crece en conflicto con otras formas de narrar; que reclama frente al estado monolítico la pluralidad, la diferencia, la memoria, la palabra libre…”
Memoria personal, fragmentos, pedacitos de una vida, marcada también por la ausencia, por el sentido de pérdida. La felicidad como promesa siempre incumplida, en el plano histórico- y, aunque tal vez me equivoque, no la veo lejana de esa “melancolía de la izquierda” que no es nunca conformismo con lo existente y que no excluye la esperanza de la que nos habla Enzo Traverso- y en el plano personal. Un “decir no” también ante esa ausencia definitiva que es la muerte, orfandad que encuentra eco en la orfandad misma de la palabra poética. Presente en libros anteriores, y así Alba Cid ha señalado como, en m-Talá, el duelo “por la amiga ausente emerge una y otra vez a la superficie de los textos”, ocupa un lugar central en este Sonora que ha obtenido el Premio Nacional. La autora, en recientes declaraciones, lo ha señalado al reflexionar sobre lo que puede aportar de nuevo a su obra este libro: “hay una realidad a la que se acopla esta poesía, una realidad que son los años de luto, el duelo por la muerte de mi madre. Esta es una poesía que vive en torno a la ausencia del cuerpo materno”. Y añade “No era la primera muerte en mi vida, no era la primera persona querida a la que perdía y pensaba que ya sabía lo que era convivir con la muerte. Pero no. No es lo mismo. La orfandad de una madre es algo físico a lo que el cuerpo debe adaptarse. Cuando murió mi madre, sentí que me quedaba cara a cara ante la muerte, que me quedaba en la rompiente de una cadena de mujeres que se remonta hasta aquí, hasta mí. Me he quedado en la primera fila.” Memoria personal. Orfandad, ausencia, el duelo como la experiencia de un cuerpo abierto, una herida que busca hacerse palabra para salvar la ausencia, para hacer presente lo que no debe ser olvido. Memoria viva de esa aldea de Trasmiras en Ourense donde vivió su madre, Josefa, rodeada de mujeres pues su padre emigró a Buenos Aires y no volvió hasta que Josefa era adulta. Raíces, tierra, lengua, fidelidad al origen, esa “rompiente de una cadena de mujeres” que llega hasta la voz que ahora las nombra. Memoria personal y memoria colectiva.
Desde el rigor, la exploración al límite de los límites del lenguaje y de “lo real”, el no sin respuesta que es experiencia vital y razón de la escritura y del pensamiento, Chus Pato nos va dejando una obra que nos emplaza ante una opción ética y política que apunta a la utopía y la esperanza. Una esperanza sin la promesa del cumplimiento, sin ninguna certeza que la avale o la garantice. Es como la esperanza de Andrea Pisano en el baptisterio de Florencia o en el fresco de Giotto en la capilla Scrovegni: “La utopía -la esperanza- tiene alas pero no las usa, extiende las manos y desconoce si logrará coronar el esfuerzo de aguardar. Vive en la incertidumbre y espera.” A este sueño nos invita Chus Pato en esa estremecedora y emocionada “Carta abierta a Europa” que escribiera en 2022 recordando un viaje a Liv en 2009. Aquí, en esta ciudad de la Galitzia austrohúngara y polaca, invadida por los nazis, más tarde por la URSS y, en la actualidad de una Ucrania invadida y en guerra. En este antiguo centro de cultura que encarna el horror de la historia europea nos deja estas palabras con las que finaliza su Carta, con ellas nos invita a soñar y a construir la utopía. Así que leamos, pues es a nosotros, hombres y mujeres de Europa, a quienes está interpelando.
“Los tres alzan los brazos como los alza la Esperanza, también conocida como Utopía, y desconocen si el fruto que desean será logrado; desconocen si algún día podrán usar sus alas y volar felices. Sus actos moverán las montañas porque saben esperar, porque saben idear un porvenir diferente a este que los somete. Eligen su lugar entre los que rechazan ser contados entre los asesinos.
Ojalá podamos ver el amanecer en el que Europa no padezca el capricho de un dios patriarcal ni los celos de su consorte divina.
Ojalá se cumplan mil primaveras más para estos campos que compartimos y para los idiomas, aún hoy despreciados, que algunos y algunas escribimos y hablamos y en los que intensas amamos.”
Antonio Crespo Massieu es poeta. Es miembro del Consejo Asesor de viento sur.
Notas
1/ La obra de Chus Pato esta editada en gallego por Ediciones Xerais y está siendo traducida en castellano por Ultramatinos Editorial que está publicando toda su poesía, en ediciones primorosamente cuidadas, el Volumen III contiene m-Talá y el VII Sonora.
2/ Chus Pato, Poesía Reunida. Volumen III, Ultramarinos Editorial, Barcelona, 2022
3/ Sonora, Ediciones Xerais, 2023
4/ Poesía reunida. Volumen VII (Sonora) Ultramarinos Editorial,2023.
5/ Las citas de Alba Cid, María do Cebreiro, Miguel Casado y de Chus Pato se encuentran en la edición de m-Talá de la Poesía Reunida antes citada; salvo las declaraciones de la autora tras recibir el Premio Nacional que aparecieron en el diario El Mundo, 19/9/2024.
6/ Las citas de Alain proceden de: Jacques Derrida, Pensar es decir no, Herder, 2024 que reúne las cuatro sesiones del curso impartido por Derrida en La Sorbona en 1960-1961. Redactado a mano por Derrida durante la guerra de Argelia permanecía inédito hasta su edición en Francia en 2022, ahora ve la luz en castellano en esta excelente edición.