Discurso de apertura

Reforma Agraria: por justicia social y soberanía popular

Direccion Nacional MST

En nombre de la dirección nacional y de las familias del MST, saludo a los representantes de las entidades que integran la mesa, al mismo tiempo que reconocemos la importancia de la presencia de cada uno de Uds.y de sus entidades para la lucha de los trabajadores en Brasil.

Saludo a todas las entidades y organizaciones invitadas, a la delegación internacional de más de 28 países, en especial a las organizaciones de la Vía Campesina de los diversos continentes, a los amigos y amigas del MST, a los parlamentarios: senadores, diputados, alcaldes, concejales.

Saludo con respeto a toda la militancia por el coraje y dedicación, espíritu de sacrificio y responsabilidad para preparar nuestro Congreso en las bases, en los estados y aquí en el patio del gimnasio donde han construido la ciudad de los Sin Tierra.

Y de forma muy cariñosa, saludo a los casi 20 mil delegados, delegadas, a los más de mil Sin Tierritas, compañeros y compañeras, verdaderos héroes de esta nación, presentes en los 24 estados donde nuestro movimiento está organizado.

Este Congreso fue transferido algunas veces, por varios factores. Seguro, lo estamos realizando en el momento más oportuno de la Historia y de la correlación de fuerzas en América Latina.

Oportuno, porque estamos presenciando en todo el mundo la intervención del imperialismo a través de las guerras, de la invasión a países para disponer los recursos naturales, de los organismos internacionales como el Banco Mundial, BIRD y el FMI.

Oportuno, porque vivimos en Brasil, a través de la estructura del Estado burgués, la preservación de los privilegios y la defensa de los intereses de las elites, sea a través del poder Legislativo, Ejecutivo o Judicial.

Oportuno, porque vemos al gobierno brasileño, en su segundo mandato, mantener una política económica de continuidad, que sigue a la letra las reglas neoliberales, con altas tasas de interés, mantenimiento del superávit primario, con una política del cambio, monetaria y tributaria de estimulo a las exportaciones.

Un gobierno que hace reformas y proyectos que benefician al capital financiero internacional en detrimento de los derechos de los trabajadores conquistados históricamente a través de la lucha.

Constatamos como se prioriza a las transnacionales, incentivando la producción de monocultivos, la liberación y uso de transgénicos y herbicidas, la Reforma Agraria tratada como compensación social.

Oportuno, porque percibimos en Brasil una nueva fase del poder económico en el campo a través del agronegocio, organizado por el latifundio retrasado y por las empresas transnacionales, que quieren asegurar el control de nuestra agua, de los recursos naturales, de la biodiversidad, de las semillas y robar nuestra Amazonia, construyendo diques e implementando la transferencia del Río San Francisco. Y dejando a los brasileños sólo desempleo y miseria. Por ello, compañeros, nuestro V Congreso tiene que ser un hito en la Historia de la clase trabajadora. Un hito contra el imperialismo, un hito contra las políticas neoliberales de este gobierno, un hito contra las transnacionales, un hito en la lucha por una legislación que límite el tamaño máximo de la propiedad, un acierto en la orientación de Florestan Fernandes: en dejarse cooptar, en dejarse aplastar, obtener conquistas para el pueblo.

Un hito en la lucha y defensa de la Reforma Agraria como forma de democratizar la tierra, distribuir la renta, producir empleo y trabajo y combatir el calentamiento global provocado por el modelo de sociedad consumista, que no se preocupa con el agotamiento de los recursos naturales y sus consecuencias en la vida de la población. Y, sobre todo, un hito en la construcción de las luchas por la preservación y avance de los derechos conquistados por la clase trabajadora, en unidad, en la formación de militantes y lideres, en el impulso del nivel de consciencia y cultural del pueblo, en la defensa del medio ambiente.

Y, sobre todo un hito en la construcción de un instrumento de lucha que provoque el reascenso del movimiento de masas y posibilite un proyecto político, popular, revolucionario, que resuelva los problemas sociales del pueblo brasileño, de América Latina y del mundo.

En el mañana, ciertamente nuestro V Congreso será considerado como uno de los mayores eventos de campesinos de Brasil y del mundo. Este reconocimiento no será solamente por el número de trabajadores que reunimos, sino por la calidad de luchas, porque en estos casi 30 años de nuestra larga marcha de enfrentamiento y resistencia al latifundio y al capital, conquistamos y construimos mucho, superamos desafíos. Nuestra fuerza reside en el numero de personas organizadas, aprendemos que un pueblo organizado es como una muralla invencible.

Nuestra lucha creció y se multiplicó, nuestra organización se esparció y se enraizó por todo Brasil, proyectamos nuestras propuestas y nuestras ideas por toda América Latina y en varias partes del mundo, donde conquistamos amistades, fortalecimos la utopía colectiva de un mundo más justo. Cultivamos la solidaridad entre nosotros y con todos los pueblos en lucha en los 4 continentes.

Llegamos donde ni imaginábamos llegar al inicio de nuestra organización, construyendo la Escuela Nacional Florestan Fernandes, haciendo florecer escuelas en los campamentos y asentamientos esparcidos por nuestro país, emprendiendo la mayor lucha contra la ignorancia, derrumbando las cercas del latifundio del conocimiento. Tenemos nuestra campaña nacional en curso “Todos y Todas Sin Tierra estudiando”. Los frutos de ese incentivo al estudio es la propia realización de este Congreso. Vean: en el pasado, teníamos que contratar los artistas; hoy, tenemos la capacidad de pintar nuestro propio mural.

Todavía tenemos mucho que hacer, enfrentar muchos retos, pero ya podemos honrarnos en tener y estar formando nuestros propios médicos, pedagogos, agrónomos, abogados, administradores y la militancia en un alto grado de consciencia política e ideológica. Aprendemos que nadie es imprescindible, y que quien conduce la organización de masas es el colectivo.

En toda nuestra historia de enfrentamientos difíciles, sufrimos muchas bajas. Las armas de la ganancia y la violencia del latifundio, la codicia sin fin de los explotadores, la prepotencia de las oligarquías, la acción criminal y asesina de pistoleros y policías a su servicio, nos quitaron muchas vidas, de muchos que podrían estar aquí con nosotros hoy.

Los que cayeron se volvieron nuestros guías en la construcción del futuro; cultivamos su memoria con todo nuestro afecto y respeto, su sangre nos fortalece y nos da la certidumbre del triunfo que vendrá, como cantamos en nuestro Himno. Sin embargo, peor que la muerte física, el desafío que nos provoca y convoca a cerrar filas para enfrentarlo y derrotarlo definitivamente, es el desafío de la fragilidad ideológica de compañeros y compañeras de lucha. Nuestros enemigos saben que, más eficaz que la muerte para derrotarnos, sería la muerte de nuestros valores, la muerte de la creencia en nuestra profunda solidaridad, de nuestra dedicación integral en la construcción de un nuevo mundo para nuestros hijos e hijas y para las próximas generaciones. No tengamos dudas, pueden sacarnos todo, menos los valores socialistas y humanistas. El capitalismo y su ideología de culto al egoísmo y al dinero, de veneración de la propiedad privada, de la concentración de la tierra, de explotación del hombre por el hombre, sabe infiltrarse en los corazones y mentes.

Nadie es indemne ni los grandes referentes que tenemos en la lucha. Es en ese momento que empieza la derrota, y donde podemos debilitarnos colectivamente. Por ello, necesitamos reforzar nuestra firmeza ideológica. Es fundamental que comprendamos profundamente, con la cabeza y lo corazón, las razones mayores de nuestra lucha. Que sepamos asumir por entero nuestros sueños y valores humanos, cultivando nuestro espíritu para estar siempre a la altura de los desafíos, para afrontarlos y vencerlos, sin dejar brecha alguna al virus del capitalismo. Desde el punto de vista humanista y socialista, el MST ya es patrimonio de la humanidad, por ello tenemos que cuidarlo. Nuestro V Congreso también tiene que ser un hito para que continuemos venciendo esos desafíos, necesita ser un hito en el fortalecimiento del método revolucionario de dirección. Necesitamos fortalecer el espíritu de pertenencia, como Oziel Alves, joven de 17 años que entregó su vida defendiendo nuestros principios y la Reforma Agraria.

Es necesario fortalecer nuestro método de democracia y participación. Romper con el miedo de hablar, participar activamente de los procesos de toma de decisión. Garantizar que las mujeres y los jóvenes asuman cada vez más el mando de nuestra organización, fortaleciendo las instancias de decisión, respetando las decisiones tomadas por los colectivos y aprender con las lecciones de otras organizaciones que existieron antes de nosotros.

Necesitamos avanzar para organizar el lugar de la infancia en el MST, pensarla como sujeto de derecho, como vive en los asentamientos, como estudia y como la comunidad va a asumir el proceso de formación de los Sin Tierrita. A través de la educación, en las guarderías y en las escuelas, se da la formación de estos pequeños: es lo que los hará desde temprano formar la consciencia de pertenencia a la organización de la clase trabajadora. El futuro del MST depende de lo que hacemos hoy con nuestra niñez. Nos enseñó Mao Tse Tung: “si tenemos un proyecto para un año, sembremos cereales. Si tenemos proyectos para dos años, plantemos árboles, pero si nuestro proyecto es para toda la vida, debemos educar y formar a las personas”.

Necesitamos, sobre todo, cuidar y valorizar nuestro mayor patrimonio, que es nuestra MILITANCIA. Esta militancia, incluso con todas las dificultades y problemas, hace que el MST exista, cuida y construye la base de sustentación del Movimiento, que es la unidad, la disciplina y la participación.

Por lo tanto, cuanto más numerosos seamos, hombres y mujeres de Brasil y del mundo, más brillante, más irreversible y más fecunda será la conquista. Cuánto más cualidades humanas, más valores humanos tendrán nuestras acciones, nuestras actitudes y nuestra revolucionaria acción colectiva, tanto mayor y tanto más cercana estará nuestra victoria.

Sin embargo, la lucha de los trabajadores es internacional, no haremos la revolución aisladamente, es la suma de todas las luchas y la acumulación de fuerzas que nos hará vencer. Por ello, las victorias electorales ocurridas en varios países de América Latina significan el inicio de la derrota del proyecto de las elites y de los organismos internacionales que pregonan el ajuste fiscal y la disminución del papel del Estado. La elección de estos gobiernos es de fundamental importancia para la reorganización política, social y económica de estos países. A los movimientos sociales, cabe el papel de fortalecer sus organizaciones y la lucha, para que estas victorias electorales se vuelvan acumulación para la clase trabajadora. Y que en la disputa de proyecto con la burguesía no se pierda el rumbo de los cambios necesarios a ser realizados, sin perder la autonomía política frente a los partidos y los gobiernos.

A pesar de estas victorias electorales, no podemos dejar de hablar del papel nefasto que los mass media conservadores están cumpliendo en todos los países. Con miedo de perder poder, manipula las informaciones en el intento de construir hegemonía alrededor de su proyecto de sociedad. Por ello, demostramos toda nuestra solidaridad al gobierno y al pueblo de Venezuela por el coraje en la lucha por la democratización de los medios de comunicación, sin la cual nunca tendremos verdaderas democracias en América Latina.

En Brasil, los mass media son tan serviles que todos los días intenta criminalizar a los movimientos; pero no lo consiguen, porque los movimientos sociales están enraizados en el conjunto de la sociedad. No conoce nuestra organización, nuestro modelo de agricultura basado en los principios de la agroecología, nuestra forma de producción. No reconoce nuestra organización, nuestro proyecto de educación y participación. Nos llaman revolucionarios como forma de encuadrarnos en un mero recurso de lenguaje, como si el modelo de sociedad que defendemos significase retraso y retroceso en la llamada modernidad.

Nosotros no debemos tener miedo de ser llamados revolucionarios, porque gracias a nuestra lucha y organización estamos viendo miles de personas que antes pasaban hambre, hoy se alimentan con abundancia todos los días. Estamos viendo cientos de personas que eran analfabetas, que nunca habían tenido la oportunidad de sentarse en un banco de escuela, hoy leyendo, escribiendo, y muchos de nosotros frecuentando la universidad.

Estamos viendo personas que ya estaban en un gran nivel de degradación social, hoy con los valores del amor, de la solidaridad, de la cooperación, del cuidado son gente con dignidad. Todo eso es revolucionario!!!!!!!! Continuemos luchando y cantando, como dice el poeta: sólo es cantarín quien trae en el pecho el olor y la color de su tierra, la marca de sangre de sus muertos y la certidumbre de lucha de sus vivos!

Por ello, en nombre de los grandes luchadores e ideólogos del socialismo en el mundo como Karl Marx y Rosa Luxemburgo

- En nombre de los luchadores del socialismo y de la revolución en América Latina, como Che Guevara y Aidê Santamaria. En nombre de los grandes estudiosos, pensadores y socialistas brasileños como Josué de Castro, Madre Cristina, y Paulo Freire.

- En nombre de los poetas, negros y revolucionarios brasileños como Maria Carolina de Jesús y Mario Lago.

- En nombre de aquellos que plantaron nuestra semilla como las Ligas Campesinas, Contestado y Canudos. En nombre de los mártires de la lucha por la tierra como la Hna. Doroty y Teixerinha.

- En nombre de todos los movimientos que componen la Vía Campesina Brasil,

- Y en nombre de la Dirección Nacional y de las familias del MST, con mucho amor, con mucha alegría y con mucha esperanza de la construcción de la Reforma Agraria: por justicia social y soberanía popular, declaro abierto el V Congreso nacional del MST

Carta del 5º Congreso Nacional del MST

MST Brasil

Nosotros, 17.500 trabajadoras y trabajadores rurales Sin Tierra de 24 estados de Brasil, 181 invitados internacionales a nombre de 21 organizaciones campesinas de 31 países y amigos y amigas de diversos movimientos y entidades, estuvimos reunidos en Brasilia entre los días 11 y 15 de junio de 2007, en el 5º Congreso Nacional del MST, para discutir y analizar los problemas de nuestra sociedad y buscar perfilar alternativas.

Nos comprometemos a seguir ayudando en la organización del pueblo, para que luche por sus derechos y contra la desigualdad y las injusticias sociales. Por ello, asumimos los siguientes compromisos:

1. Articularnos con todos los sectores sociales y sus formas de organización para construir un proyecto popular que enfrente al neoliberalismo, al imperialismo y a las causas estructurales de los problemas que afectan el pueblo brasileño.

2. Defender nuestros derechos contra cualquier política que intente quitar derechos ya conquistados.

3. Luchar contra las privatizaciones del patrimonio público, el trasvase del Río São Francisco y por la re-estatización de las empresas públicas que han sido privatizadas.

4. Luchar para que todos los latifundios sean expropiados y prioritariamente las propiedades del capital extranjero y de los bancos.

5. Luchar contra la tala y la quema de los bosques nativos para la expansión del latifundio. Exigir de los gobiernos acciones contundentes para restringir esas prácticas criminales contra el medioambiente. Combatir el uso de los agrotóxicos y el monocultivo en gran escala de la soja, caña de azúcar, eucalipto, etc.

6. Combatir a las empresas transnacionales que quieren controlar las semillas, la producción y el comercio agrícola brasileño, como Monsanto, Syngenta, Cargill, Bunge, ADM, Nestlé, Basf, Bayer, Aracruz, Stora Enso, entre otras. Impedir que continúen explotando nuestra naturaleza, nuestra fuerza de trabajo y nuestro país.

7. Exigir el fin inmediato del trabajo esclavo y de la superexplotación del trabajo, y el castigo de sus responsables. Todos los latifundios que utilizan cualquier forma de trabajo esclavo deben ser expropiados, sin ninguna indemnización, como lo prevé el Proyecto de Ley ya aprobado en el Senado.

8. Luchar contra toda forma de violencia en el campo, así como contra la criminalización de los Movimientos Sociales. Exigir castigo a los asesinos –mandantes y ejecutores- de los luchadores y luchadoras por la Reforma Agraria, que permanecen impunes y con procesos parados en el Poder Judicial.

9. Luchar por un límite máximo del tamaño de la propiedad de la tierra. Por la demarcación de todas las tierras indígenas y de los remanentes quilombolas. La tierra es un bien de la naturaleza y debe estar condicionada a los intereses del pueblo.

10. Luchar para que la producción de los agrocombustibles esté bajo el control de los campesinos y trabajadores rurales, como parte de la policultura, con preservación del medio ambiente y buscando la soberanía energética de cada región.

11. Defender las semillas nativas y criollas. Luchar contra las semillas transgénicas. Difundir las prácticas de agroecología y técnicas agrícolas en equilibrio con el medioambiente. Los asentamientos y comunidades rurales deben producir prioritariamente alimentos sin agrotóxicos para el mercado interno.

12. Defender todas las nacientes, fuentes y reservorios de agua dulce. El agua es un bien de la Naturaleza y pertenece a la humanidad. No puede ser propiedad privada de ninguna empresa.

13. Preservar los bosques y promover la siembra de árboles nativos y frutícolas en todas las áreas de los asentamientos y comunidades rurales, contribuyendo a la preservación ambiental y a la lucha contra el calentamiento global.

14. Luchar para que la clase trabajadora tenga acceso a la enseñanza básica, escuela de nivel medio y la universidad pública, gratuita y de calidad.

15. Desarrollar diferentes formas de campañas y programas para eliminar el analfabetismo en el medio rural y en la ciudad, con una orientación pedagógica transformadora.

16. Luchar para que cada asentamiento o comunidad del interior tenga sus propios medios de comunicación popular, como por ejemplo, radios comunitarias y libres. Luchar por la democratización de todos los medios de comunicación de la sociedad contribuyendo para la formación de la consciencia política y la valorización de la cultura del pueblo.

17. Fortalecer la articulación de los movimientos sociales del campo en la Vía Campesina - Brasil, en todos los estados y regiones. Construir, con todos los Movimientos Sociales una Asamblea Popular en los municipios, regiones y estados.

18. Contribuir en la construcción de todos los mecanismos posibles de integración popular latinoamericana, a través del ALBA: Alternativa Bolivariana de los Pueblos de las Américas. Ejercer la solidaridad internacional con los Pueblos que sufren las agresiones del imperio, en especial, con el pueblo de Cuba, Haiti, Irak y Palestina.

Convocamos al pueblo brasileño para que se organice y luche por una sociedad justa e igualitaria, que solamente será posible con la movilización de todo el pueblo. Las grandes transformaciones son siempre obra del pueblo organizado. Y, nosotros del MST, nos comprometemos a nunca desfallecer y a luchar siempre.

Reforma Agraria: ¡Por Justicia Social y Soberanía Popular!

Brasilia, 16 de junio de 2007

Balance del V Congreso Nacional del MST
Dirección Nacional del MST

Han transcurrido dos años de análisis y debates para llegar a nuestro V Congreso Nacional. Durante cinco días, analizamos la situación de la agricultura, la coyuntura política y los desafíos del pueblo brasileño para construir una nación socialmente justa y soberana. Estos momentos también sirvieron para fortalecer nuestra mística, recordar a los compañeros y compañeras que no pudieron estar con nosotros, asesinados por la crueldad del latifundio y del agronegocio, y, para confraternizar y celebrar nuestras victorias.

Además de definir nuestras líneas políticas y tareas para los próximos años, el V Congreso Nacional también aprobó nuestro Programa Agrario, un conjunto de medidas que consideramos necesarias para transformar la estructura agraria y garantizar una agricultura que permita la seguridad y la soberanía alimentaria. Refrendamos también la Carta-Propuesta entregada al Presidente Lula el día 17 de abril y aprobamos la Carta del V Congreso, que condesa nuestra táctica y nuestras prioridades de lucha. A partir de la elaboración del Programa, y sobre las luchas y los enfrentamientos que libramos en el último periodo, nos han permitido comprender que es imposible luchar por la Reforma Agraria, sin combatir el modelo económico que se impone sobre la sociedad.

En la forma cómo está estructurado el campo actualmente, no hay cabida para el campesino. El campo se transformó en un territorio de producción de materia prima para la exportación, producción que se fundamenta en el monocultivo en gran escala, el uso intensivo de máquinas y herbicidas – que expulsan mano de obra y afectan el medioambiente –, modelo que es impulsado por el capital financiero internacional. El agronegocio, como es conocido este modelo, es hoy el gran obstáculo para llevar a cabo la Reforma Agraria que defendemos nosotros los del MST, junto con los movimientos sociales de la Vía Campesina.

Para luchar contra este modelo, hay que unir fuerzas. En ese sentido, reafirmamos que no se puede construir un futuro digno en las ciudades sin una Reforma Agraria que produzca alimentos sanos y de calidad para la población urbana, que bloquee y revierta el éxodo rural y fortalezca el mercado interno. Insistimos en la alianza entre trabajadores rurales y urbanos para la realización de la Reforma Agraria, porque sabemos que, sin esta unidad, no será posible construir un Proyecto Popular para Brasil.

El lema de nuestro V Congreso, "Reforma Agraria: por Justicia Social y Soberanía Popular", sintetiza el sueño y la lucha de aquellos que creen que sólo podrá haber justicia social si hay una amplia Reforma Agraria, que posibilite la democratización del acceso a la tierra y la eliminación de la pobreza en el campo. Además, para que un pueblo pueda reconocerse como soberano, debe ejercer control sobre su producción de alimentos y la energía, para que estos puedan cumplir sus funciones sociales, en beneficio del propio pueblo, y no para generar ganancias que benefician a unos pocos accionistas ligados a los grandes bancos y a las empresas transnacionales.

Reafirmamos también la necesidad de invertir en educación y en comunicación como instrumentos para la lucha contra-hegemónica, y de ampliar la defensa del desarrollo sustentable, que asegure la supervivencia del medio ambiente y de aquellos que en él habitan. Creemos que el pueblo brasileño debe decidir los rumbos de su destino. Opinar, debatir y decidir sobre las cuestiones que afectan a su vida y a las futuras generaciones. En ese sentido, el V Congreso constituyó un importante hito en la lucha de los trabajadores brasileños, no sólo por el gran numero de participantes –casi 18 delegados/as de 24 estados brasileños – sino también por la fuerza del debate, que, ciertamente, nos estimula.

Sabemos que el camino es arduo. Pero no nos faltan motivaciones y ejemplos vivos. Como el de Elizabeth Teixeira, líder de las Ligas Campesinas, que estuvo con nosotros durante el Congreso transmitiéndonos su experiencia y su mística. O el de Seu Luiz Beltrame, de 100 años de edad, ejemplo de participación, pues estuvo en primera fila en dos marchas nacionales. Muchos, muchos amigos y amigas estuvieron con nosotros y nos dejaron palabras y gestos de solidaridad y compromiso. Como dice el poeta Thiago de Mello, que nos enseñó en sus versos:

“A partir de este instante
la libertad será algo vivo y transparente
como un fuego o uno río,
y su morada será siempre
el corazón del hombre.”

Una lucha exitosa para todos nosotros,

Dirección Nacional del MST

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