El Régimen del 78 es experto en fabricar el olvido para mejor falsificar el presente y sus raíces y cuenta con una larga historia de momentos estelares en los que la clase política tuvo oportunidad de medir el impacto social de sus patrañas y la fidelidad de sus voceros mediáticos [1]. De modo que persistiendo, las mentiras iniciadas con la Ley de Amnistía y el proceso de elaboración y resultado de la Constitución, abonaron terreno aprovechable poco después, durante el asalto al Congreso de Tejero y sus compinches el 23 F de 1981.

Fracasado el tejerazo, el régimen se volcó en la labor de dotar de pedigrí democrático al monarca Juan Carlos I, supuesto soporte de la transacción entre franquistas y demócratas de baja intensidad y fiel de la balanza en cuestiones complicadas por muy oscuras. El actual rey emérito fue en 1981 investido como el garante de la victoria democrática frente a la intentona golpista, al tiempo que se vigorizaba el mito del paso sin sobresaltos de la dictadura a una modernidad democrática y europeísta.

Semejante paraíso artificial –globalizado por los medios como ejemplo para el mundo-mundial- funcionó como niebla de ocultación del esencial mantenimiento de los aparatos de estado heredados del franquismo, de las despiadadas reconversiones industriales, de la inmersión de España en la OTAN y de la fraudulenta privatización de sectores estratégicos. En un país supuestamente floreciente, se asignó a los datos macroeconómicos y a la ingeniería estadística el rol de ocultar las profundas brechas sociales que testimoniaban el atraso y la cruda realidad.

Sin embargo, el traje del Régimen del 78, apenas hilvanado por el bloque constitucionalista, tensó costuras bajo la presión de diversas movilizaciones sociales (luchas contra reconversiones, referéndum OTAN, minería y huelgas generales, movimientos como V de vivienda, Mareas y 15 M…) y contestaciones institucionales (Euzkadi y el plan Ibarretxe y la Catalunya de Diadas, Referéndum 1-O, detenciones, exilios, condenas del Tribunal Supremo y respuestas amplísimas en marcha).

A pesar de todo, el mantra constitucional aparenta no tener fisuras y sigue siendo la coraza con que se protege y “legitima” el respeto a la Ley De Leyes por el centrismo socialista y por las tres derechas –extremas- representadas por el triunvirato PP-C"s-VoX. Los primeros aplazan sine die sus promesas (derogación de las contrarreformas laborales, de la Ley Mordaza, desarrollo y aplicación de su Ley de Memoria… y supuestas reformas constitucionales de las que solo conocimos lo peor). Las tres derechas siguen a lo suyo (contrarreforma fiscal, desmemoria, endurecimiento del orden público, olvido del antiguo régimen y propuesta de trato a los cargos electos del Govern al modo del que se daba a los gobernadores civiles franquista, es decir… ¡si no encajan se les destituye y se acabó!). Son derechas que se afirman “constitucionalistas” pero desde un sesgo digamos funcional que recuerda en exceso “el republicanismo” de Queipo de Llano cuando asaltó Andalucía en nombre de la República.

Más preocupantes resultan las falsificaciones del PSOE, porque calan y contagian a sectores afines de la izquierda social y política. Desde la ministra portavoz Carmen Calvo, reiterando siempre que puede aquello de que “la Autodeterminación no existe como derecho en ningún país democrático” hasta Javier Moreno –jefe de la delegación socialista en la Eurocámara- que explica el veto al debate allí sobre Catalunya con un “no procede, porque genera tensiones y un ruido que no es necesario en un estado de derecho como es España” hasta la guinda puesta por el presidente en funciones Sánchez, equiparando Independentismo y ultraderecha… ¿Quién da más?

…Y sin embargo SE MUEVE, diría Galileo.

A la señora Calvo no le suena la palabra Autodeterminación pero deberían sonarle las de Referéndum e Independencia. El derecho a Referéndum existe. Mediante su ejercicio bastardo recordemos que se integró plenamente España en la OTAN (12-03-1986). Se hizo sin miramientos, a pesar del equilibrado resultado (52%-40%) y a pesar de la brutal presión mediático-propagandística y los chantajes del “felipismo”[2].

¿Y quién puede ignorar el derecho a la Independencia? Se trata del derecho que transformó por ejemplo Yugoslavia -a lo largo de un largo y bélico proceso concluido en 2006 en seis nuevos estados (Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia, Montenegro y Serbia) así como Checoslovaquia, transformada más rápidamente en dos (Chequia y Eslovaquia) por citar solo dos casos de la muy reciente historia de Europa. Y estos días, la Unión Europea ha concedido el Premio Sájarov 2019 a Ilhan Tohti, líder independentista del pueblo Uigur –minoría inserta en la República Popular China- que también es candidato al próximo Nobel de la Paz.

No parece requerir un gran esfuerzo intelectual el sintetizar derecho a Referéndum y derecho a la Independencia en derecho de Autodeterminación y derecho a decidir, como valores inherentes a cualquier estado de derecho como del que habla el señor Javier Moreno… ¿no es así? Pero en este contexto político de “dos pesos-dos medidas” -o bien de neolengua y arte de la mentira política- lo que se ha reconocido como legítimo en el campo enemigo de los países “socialistas” (y si no socialistas al menos competidores en el campo de la geopolítica) no se reconoce en el propio, el de las llamadas democracias occidentales.

Escribía Jonathan Swift[3] que “las grandes alas de la mentira política son como las del pez volador, solo sirven si están mojadas; de ahí que se las bañe en el fango de modo que al elevarse de nuevo, cubran de barro los ojos de la muchedumbre”. El constitucionalismo español del 78 viene ejercitándose desde hace décadas en el arte de cubrir de barro los ojos de la muchedumbre y también en la práctica de la mentira por traslación, la que no requiere pruebas, en añejas palabras de Arbuthnot (1); pero el glaucoma nacionalista gran español y los diversos lavados de cerebro por etapas se van desprendiendo, para desgracia del continuismo constitucionalista.

La formidable respuesta en Catalunya junto a solidaridades habidas en Bilbao, Madrid y otros lugares, está ayudando sin duda a ello. Los hechos acumulados en esferas diversas y la crisis en Catalunya están catalizando la crisis del Régimen del 78 y profundizando muy seriamente su desgaste.

Y mientras tanto… Nosaltres al Vent! O más actual (en las desgarradas palabras del cantaor flamenco David Lago): Nos venden miedo…pero ya no hay tanto miedo que comprar.

29/10/2019


Notas:

[1] Biblioteca del Pensamiento crítico- Público 2010 (Varios textos Swift, Condorcet, Arbuthnot)

[2] Historia de la LCR. Amplio análisis del Referéndum OTAN en el capítulo 8 escrito por Manuel Garí. Ed. Viento Sur.2014

[3] Inserto en 1. Jonathan Swift en The Examiner nº 14 – 9 noviembre 1710

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