Hace un año, parecía que la “segunda transición” era posible, que por la presión social cabía reabrir un proceso constituyente a escala estatal y refundar o al menos regenerar el Estado socavado por las corrupciones, que el bipartidismo tocaba a su fin, que los efectos devastadores de las políticas de austeridad darían paso a unas políticas constructivas,…

Había movilizaciones en muchos lugares (15M, Mareas..) indicando un despertar social; el PP estaba acorralado judicialmente y parecía que el electorado español le pasaría factura por sus desmanes; el desdibujado PSOE de Rubalcaba había entrado en derroteros de autocomplacencia....; Catalunya avisaba con las mayores movilizaciones de la historia reciente y un referéndum alegal; Podemos era emergente y encandilaba siendo para el CIS la primera fuerza en intención de voto a escala española, etc.

Solo ha pasado un año pero ya no estamos ahí. Hoy, a pesar del vuelco en algunas comunidades (UPN ha tenido que irse a la oposición en Navarra; hay coaliciones de izquierda gobernando en País Valencià, Extremadura, Castilla la Mancha, Aragón,…) y en algunas grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla..) el panorama es muy distinto para el conjunto del Estado español tanto por los temas en agenda como por lo que reflejan las encuestas de cara al 20-D. Si añadimos los efectos de los atentados de Paris, Malí o Túnez, animadores del voto del miedo, cabe temer una nueva época de regresión. La excepción es Catalunya y su proceso constituyente específico.

Agenda cambiada

A pesar de que el mapa partidario sufrirá el mayor cambio desde la UCD (fin del bipartidismo de siglas), de la agenda ha desaparecido un eventual nuevo proceso constituyente español borrado incluso del programa de Podemos. Ya solo se discute el grado de reforma de la Constitución. El “desafío catalán” ha despertado un nacionalismo español del que succionan electoralmente sobre todo el PP y Ciudadanos y que anuncia el endurecimiento de lo peor del “Estado de Derecho”. El bipartidismo se repite, solo que necesitará una muleta liberal y jacobina (Ciudadanos); el Podemos de Iglesias/Errejón ha desechado una alianza general con IU y quita del programa general el “derecho de decisión”; la política económico-social no está casi en debate….

¿Se trata de la Ley de Murphy?. Sí, pero como efecto de un cúmulo de errores de las fuerzas del cambio y de aciertos del inmovilismo.

Como errores caben apuntar: no hacer confluir el proceso de cambio en España con el proceso independentista catalán hasta el punto de chocar aunque con efectos diversos (Catalunya mantiene su fuerza social y en España se está desinflando); ausencia de proyectos y de unidad entre las fuerzas del cambio con rebajas programáticas incluidas, cuando más perfil diferencial había que marcar; el PSOE sigue desdibujado e Izquierda Unida en un bocadillo.

Como “aciertos” del inmovilismo cabe apuntar: el acoso y derribo de las instituciones europeas del proyecto de Syriza en Grecia para evitar contagios; la emergencia de un partido de laboratorio, de tele y sin militancia -Ciudadanos- como carta oculta de la derecha económica; los medios de comunicación ejerciendo de brunete mediática anticatalanista; la relativa mejora de la economía; el pacto anti-jihadista resaltando el precio de la seguridad y dando porte de estadista a Don Tancredo…

Catalunya fuerte y aislada

En la hoja de ruta de desconexión de Catalunya nos jugamos mucho. Es de esperar que no descarrile por falta de altura de miras de quienes la sostienen. Sería un monumento al sectarismo. David Fernández (CUP) lo ha visto. Quizás también se necesite repensar los tiempos para acumular más fuerzas. Pero lo que es más preocupante son las amenazas que se ciernen sobre el proceso catalán y que van a dar la medida de la naturaleza de la democracia española cuando se blande el artículo 155 de la Constitución.

En ese marco, ya que las instituciones de Euskadi tampoco han querido hacer coincidir su contestación con el ciclo catalán, debería hacerse -sugiero-, al menos, alguna movilización masiva y unitaria convocada por PNV y Bildu en solidaridad con el Parlament.

Euskal Herria en dos tonos

En Navarra se han dado sorpresas. Junto a un gobierno cuatripartito, que ya funciona, se ha logrado una candidatura unitaria para el Senado. Para no engañarse ha sido más una unidad “contra” (UPN) que “por” (un proyecto). Es más para desandar lo que UPN construyó o destruyó que para dar saltos cualitativos. El desencuentro entre los partidos que apoyan a Uxue Barcos con ocasión de la OPE educativa muestra una vulnerabilidad que sería interesante cerrar.

Por su parte, el Sociómetro Vasco de octubre prevé en el 20-D un ascenso del PNV en la Comunidad Autónoma de Euskadi (un diputado más) que, según el punto de vista, puede verse o bien como la expresión de un oasis en el convulso panorama actual, o bien como expresión de la posición voyeur y en stand by (ni para adelante ni para atrás) de las fuerzas políticas vascas. Ese prometedor resultado es meritorio para alguien que gobierna, pero no tiene tanta explicación en la política del partido mayoritario (una gestión sin proyecto) como en los problemas y errores ajenos. Aparece como valor refugio y escoba para electorados de todo tipo y más desde la imposibilidad de una candidatura de izquierdas para esas elecciones (esa que le disgustaba tanto a Koldo Mediavilla que en el DEIA 29-8-15 resbaló hacia la descalificación de quien firma este artículo con lindezas vacuas como “prescriptores de la casta estudiantil” o ”especie de tuna revolucionaria” que sirven solo para molestar). Sin embargo, todos los datos indican que, salvo carambolas, el PNV no tendrá peso en la política de Estado y que arriesga nuevos años en blanco de proyecto y de mera defensa del Concierto y de una reforma estatutaria de andar por casa.

La encuesta también indicaba un fuerte descenso -otro más- para PP y PSE en unas elecciones que son a su medida. A UPyD y Ciudadanos no les daba representación (sus discursos tienen pésima acogida) ni a Ezker Anitza. También pronosticaba malos resultados para EHBildu (perdería 2, se quedaría con cuatro). Da la impresión de que EHBildu no termina de despegar, renacida, porque no se ha liberado del peso del pasado ni afinado un proyecto integral para el futuro.

En cambio, la encuesta era generosa con Podemos Euskadi (a pesar de sus conflictos e inconcreción programática) apuntándole como segunda fuerza en Bizkaia y con un total de nada menos que 4 escaños. Digo “era” porque tras el harakiri público de la dirección de Roberto Uriarte un mes antes del 20D, no parece fácil tan buen resultado, lo que beneficiaría a EHBildu y PSE-EE, e incluso Ezker Anitza.

Entendiendo que estas estimaciones de un momento dado son solo eso, y que la realidad electoral puede ser muy diferente, da la impresión que nos jugamos más en el día después: con el proceso catalán y con las Elecciones Autonómicas de 2016.

En el camino pueden ocurrir (o no) muchas cosas para que el panorama se presente entonces con un color distinto al del 20-D. En todo caso se abrirían expectativas si hubiera activación social, movilizaciones por la normalización y la paz, ETA culmina los pasos que le faltan, hay iniciativas de Gure Esku Dago, la salida de Otegi reabre procesos, se afinan programas de cambio, hay solidaridad con Catalunya, se vuelve a ensayar la unidad de la izquierda vasca partidaria del derecho de decisión a falta de un gran acuerdo soberanista, etc.

8/12/2015

(Visited 59 times, 1 visits today)