[La campaña contra la privatización del Canal de Isabel II que se está desarrollando
en Madrid desde el otoño del 2010 tiene un interés, e incluso un carácter ejemplar, que
va mucho más allá de su propia experiencia, ya de por sí muy significativa.

Acontecimientos de gran relevancia como las revoluciones árabes o el surgimiento
de los movimientos llamados de “indignados” a partir del 15-M han creado un cierto
imaginario, y un deseo, de lo “inesperado”, lo que aparece como una creación heroica,
cuyos antecedentes apenas merecen atención frente a la grandeza del acto fundador.

No cabe poner en duda el valor de estas experiencias que, en unos pocos meses,
han abierto una nueva situación internacional, y aquí mismo, cuyas posibilidades y
riesgos no son el tema de este texto. Pero sí hay que destacar que constituyen sólo una
parte del dispositivo de resistencias y alternativas que exige la crisis capitalista.

Hay otra parte, menos brillante pero tan imprescindible, que se basa en la tenacidad,
en la voluntad del trabajo a medio plazo, a veces desde fuerzas iniciales muy
débiles, la construcción paciente de alianzas que al comienzo podían considerarse
contradictorias, la combinación de iniciativas institucionales y de movilización
social, la voluntad de ir más allá de la acción testimonial y de incidir en la sociedad,
es decir, de “hacer política” en el pleno sentido de la palabra.

Todo esto y mucho más está en la experiencia de esta campaña y nos gustaría que
estuviera en otras muchas, incluyendo el proceso de movilizaciones que ojalá se abra
tras el 29-M. Para conocerla mejor, hemos charlado con Ladislao Martínez que representa
a ATTAC en la Plataforma contra la privatización del Canal de Isabel II, es
miembro de Ecologistas en Acción y de Izquierda Anticapitalista y, no lo olvidamos,
por supuesto, del Consejo Asesor de nuestra revista.
Miguel Romero].

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