Traducción del artículo “Un transfeminisme pour les 99%” de Gaara y Ariel Maxime en el número 393 de la revista de solidaritéS, de agosto de 2021. El artículo se enmarca en una respuesta a la actualidad feminista francófona dónde el resurgimiento (o una mayor visibilización) de la ideología TERF, traducida como “feminismo radical trans excluyente”. Más allá de la cuestión de la inclusión, sus autores pretenden destacar la contribución del transfeminismo al desarrollo de una estrategia feminista revolucionaria. 

LOS IMPOSIBLES POLÍTICOS DE LAS CATEGORÍAS MUJER Y HOMBRE

La ideología TERF postula que las opresiones patriarcales són resultado de las categorías biológicas masculino-femenino. El hecho de nacer con genitales definidos como femeninos, encarnados en una corporalidad llamada “femenina”, daría lugar a opresiones específicas de la categoría mujer: socialización desigual, violencia sexista y sexual, precariedad menstrual, etc. El cuerpo determina el futuro social. Las personas trans*, sea cual sea su identidad de género, no compartirian las opresiones específicas de este devenir social femenino y, de facto, no tendrían cabida en el movimiento feminista.

Más allá de la violencia que implica esta posición, estos debates plantean la cuestión de la utilización de la categoría hombre/mujer como base para la elaboración de una estrategia política de lucha contra el patriarcado.

LAS DIFERENCIAS SEXUALES Y DE CLASE DE LAS MUJERES

El pensamiento materialista feminista se ha propuesto desnaturalizar y desbiologizar la categoría de mujer y proponer un modelo teórico basado en la explotación de la clase “mujer” por la clase “hombre”.

Aquí la categoría política mujer, al menos en la forma en que los movimientos feministas la han trabajado, presupone una experiencia común de explotación universal de las mujeres, a partir de la cual se puede construir un programa de emancipación para todes. Hay obvios impensables y carencias estratégicas, que se suplen con la variedad y riqueza de la teoria feminista negra, decolonial, queer y otras.

La categorización binaria de mujeres y hombres, ya sea como determinismo biológico, construcción social o clase, parece ser un punto de partida insuficiente para el desarollo de una estrategia feminista múltiple y revolucionaria.

RECONCEPTUALIZAR EL GÉNERO A TRAVÉS DE LA TEORÍA DE LA REPRODUCCIÓN SOCIAL

La teoría de la reproducción social discute la categoría sexo/género como justificación de la división del trabajo productivo y reproductivo en función del género. Asociar el trabajo reproductivo al sexo/género femenino permite su sub/no-remuneración, limitando así el impacto de la reproducción de la fuerza de trabajo en la tasa de ganancia de la clase capitalista. Se trata de la utilización de lógicas patriarcales por parte del régimen capitalista.

Sin embargo, el trabajo considerado femenino –entendido como doméstico/comunitario, sexual y de cuidados– también puede ser realizado por individuos considerados hombres, normalmente racializados/feminizados. Para ilustrarlo en un ejempo, en Lausanne lo podemos observar en el empleo de solicitantes de asilo para limpiar el transporte público. Al mismo tiempo, las mujeres, especialmente blancas y acomodadas, delegan su trabajo reproductivo en personas racializadas/proletarias.

La “feminidad” y la “masculinidad” son, en última instancia, dos caras de la misma moneda sobre la que se construyen las justificaciones de la explotación por parte de la clase capitalista. El lugar que se ocupar en el sistam de producción/reproducción capitalista no depende de un sexo biológico inmutable definido al nacer, ni de la pertinencia de una categoría social femenina universal, sino que se deriva de condiciones materiales, condicionadas a su vez por las relaciones de género, raza y clase, que van mucho más allá de la posesión de genitales específicos o de la asignación de género.

TRANSFEMINISMO: CONSTRUIR UN FEMINISMO PARA EL 99%

Las personas trans* suelen ser excluidas del trabajo productivo, se encuentran sobrerrepesentadas en trabajos considerados femeninos y precarios, sufren migraciones forzosas y violencia médica, policial y administrativa.

La lucha transfeminista se piensa desde esta posición epistémica privilegiada en las relaciones de producción y reproducción. Liberados de la categorización binaria de sexo y género, los actiistas de los colectivos trans* se movilizan contra la austeridad, la violencia patriarcal y racista, las políticas migratorias represivas y con las trabajadores precaries.

El transfeminismo propone solidaridades colectivas y disidentes como alternativa al matrimonio y a la família nuclear para todes. Va más allá de las reivindicaciones de las feministas absorbidas por agendas neoliberales asimilacionistas de leyes antidiscriminación y contra el eterno techo de cristal que hay que romper. Propone un feminismo que integre a la multitud y a la materialidad de las opresiones en el sistema capitalista, un feminismo para el 99%.

 

Fuente: https://solidarites.ch/journal/393-2/un-transfeminisme-pour-les-99/

 

 

 

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