GARA

A pocas semanas de jubilarse como catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid, el profesor y doctor Juan Carlos Moreno Cabrera afirma que no es un “profeta” pero que lo que dice lo cree “firmemente”. Por eso admite sentirse “distinto” en el ambiente académico madrileño por sus posiciones tajantes en contra del supremacismo españolista y a favor de un Estado “multinacional”.

“Somos una minoría”, señala sonriente cuando se refiere a los que, criados en Madrid bajo la educación franquista, defienden desde la capital del Estado ideas como que “el único nacionalismo lingüístico que existe hoy es el español”. Apunta a los déficits de la carta de lenguas regionales sin Estado de la Unión Europea y pide una “actualización” constitucional para que exista una paridad real entre lenguas en el Estado español.

Autor de una trilogía sobre nacionalismo lingüístico y del libro “La dignidad e igualdad de las lenguas” entre otros trabajos, Moreno –considerado uno de los lingüistas teóricos más importantes- habló con GARA sobre la realidad plurilingüe en el Estado.

Ha asegurado que hoy el único nacionalismo lingüístico existente es el español. ¿Por qué?

Yo entiendo por nacionalismo la idea de que la lengua de mi nación ocupe una posición predominante porque creo que es intrínsecamente mejor y por tanto merece esa posición de dominio. Lo que otros llaman nacionalismo es reivindicar sus propias lenguas e intentar que esas otras, que no son la española, tengan una relevancia similar o a la par de la lengua dominante. Pero yo por nacionalismo entiendo una ideología por la que creo que mi lengua debe dominar a las otras por creerla superior. Y hay una serie de filólogos y académicos que creen que el castellano es mejor al catalán y vasco.

Ellos dicen que se extendió por toda la península y América porque es más sencilla que las otras. “Gracias al español nos podemos entender todos”, dicen. Mientras que los otros llamados nacionalismos no dicen nada de esto, no dicen que el euskara o el catalán son mejores, sino que piden que ocupen una posición como lenguas europeas que son. Entre los académicos de más prestigio que han abogado por la superioridad del español está Menéndez Pidal, por ejemplo, que fue un intelectual muy importante pero también es verdad que tenía ideología supremacista.

¿Siempre fue así o el supremacismo lingüístico castellano ha crecido?

El españolismo lingüístico se ha despertado precisamente cuando estas lenguas (euskara, catalán, gallego) han empezado a ocupar un lugar de más visibilidad y notoriedad y necesidad. Se ha disparado automáticamente el nacionalismo lingüístico español. Funciona el “usted sabe mi lengua, así que olvídese de la suya”, como si al catalanoparlante que de mayor aprendió castellano no le costara trabajo hablar en castellano.

¿Por qué asegura que no alcanza con que una lengua se enseñe en la escuela para que sobreviva?

Esto se ve muy fácil. Estudiamos inglés en la escuela desde los 8 años y somos incapaces de hablarlo de forma natural. El hecho que se enseñe no garantiza que se implante y sobreviva. Es importante que se enseñe, pero la única forma en que una lengua se potencia y solidifica es cuando se usa en la sociedad. Usarla en todos los ámbitos. Eso es una cuestión sociolingüística. Hoy en día si no hablas catalán en Catalunya, por ejemplo, no tienes ningún problema para manejarte.

Pero algunos dicen que sí lo tienen y que el castellano sufre discriminación en comunidades como Catalunya porque sus hijos no podrían estudiar en castellano

Las familias que dicen que quieren estudiar en castellano y no les dejan lo que quieren decir es que no quieren estudiar en catalán, porque en las escuelas catalanes se enseña castellano. Lo que no quieren es aprender el catalán. Como Catalunya no es un estado a pesar que tenga reconocido el catalán, hay quienes dicen que no tienen por qué estudiarlo. Es un absoluto contrasentido. Unos padres podrían decir entonces que no enseñen Matemática porque es muy difícil. Si yo accedo a una oposición en Madrid, me exigen el castellano y nadie se queja.

Tengo 63 años y me eduqué en la escuela franquista. Cuando acabó la dictadura los otros idiomas empezaron a surgir. En vez de quejarnos de aquella educación recibida, que no tenía nada que ver con la sociedad que éramos, ahora nos quejamos de tener que aprender otra lengua del Estado.

También suele haber quejas de algunos funcionarios que tienen que aprender la lengua cooficial

Que haya pacientes que no puedan ser atendidos por médicos o juzgados por jueces en su propia lengua demuestra que existe una injusticia lingüística. Es que cuando hay una lengua dominante, sea inglés o castellano, evidentemente el que ocupa la posición dominante no tiene la menor intención de hacer el menor esfuerzo por, aunque sea, entender la lengua del otro. No se hace el esfuerzo porque tienen sentido de dominio y si se lo hacen creen que están claudicando sobre ese poder que tienen sobre la otra lengua. No estamos dispuestos a hacer la mínima dejación de nuestra superioridad y poder sobre la lengua minoritaria.

¿Cómo ve la situación del euskara en particular?

Bueno, tiene una situación peor que el catalán y sociolingüísticamente diferente: los territorios de Euskal Herria fueron fuertemente castellanizados y se había perdido bastante. Ahora se ha conseguido, casi como un milagro, recuperar el euskara. Hay que tener en cuenta que ya en el siglo XIX el lingüista alemán Humboldt pronosticaba que el vasco iba a desaparecer. Sin embargo no ha sido así y ha sido una especie de resurrección sobresaliente. Pero el problema del euskara es mayor porque es una lengua muy lejana a las lenguas romances y esto dificulta mucho su recuperación. Aunque creo que tiene bastante vitalidad y si sigue así podrá sobrevivir.

El Consejo de Europa felicitó a finales del año pasado la inmersión lingüística catalana y criticó al Estado por lo que ocurre con el gallego. Sin embargo esto no tuvo gran difusión en los medios españoles, como otras decisiones que vienen de Bruselas

Bueno, la UE tiene que felicitar a la Generalitat en todo caso. Es que todos los progresos que se han hecho en el País Vasco y Catalunya no se deben al Estado español, sino que se deben a los gobiernos autonómicos. Y la inmersión lingüística sigue en una situación precaria, no es suficiente. Además, creo que lo de la UE y su Carta para las Lenguas minoritarias es una auténtica trampa porque si uno la lee da a entender de manera clara que ninguna de las acciones para revitalizar las lenguas minoritarias puede menoscabar en nada el poder de las lenguas oficiales. Evidentemente, si no se las menoscaba nada es imposible revitalizar las lenguas minoritarias. No digo que su aplicación no haya sido positiva pero la filosofía que hay detrás es reprobable porque pretende mantener la supremacía de las lenguas que tienen Estado.

¿Qué le diría usted a, por ejemplo, un asturiano que considera irrelevante y pérdida de tiempo pelear por la cooficialidad y defensa de su lengua?

Le diría que tiene una ideología que le han metido desde pequeño según la cual hay lenguas de gente inculta, de paletos, y otras no. Son personas difíciles de convencer porque es como intentar que una persona renuncie a una religión que le metieron desde su más tierna infancia. La única solución es explicar desde el colegio que no hay lenguas inferiores. Hay que enseñarlo desde la escuela. Nos han lavado la cabeza diciendo que la única lengua que vale hablar es el inglés, algo que es una estupidez.

¿Por qué sostiene que el régimen de cooficialidad fue para mantener la supremacía del castellano?

Cuando empezó la Transición estaba la idea de que España era un estado multinacional con diversas lenguas. Lo de la cooficiliadad estaba pensado para que tuvieran rango igual al castellano. En teoría fue así, pero no en la práctica porque tienen rango distinto. En el Estado español es obligatorio entender y hablar castellano, pero no es obligatorio hablar euskara en la CAV o catalán en Catalunya. Existe una disimetría. De raíz hay una desigualdad que está consagrada en la Constitución del 78 donde dice que el castellano es la lengua oficial que todos tienen obligación de conocer y derecho a usar. Pero en ningún estatuto dice que la lengua cooficial debe ser conocida.

Tenemos un ordenamiento jurídico que conserva muchos rasgos de la dictadura franquista y hace falta una renovación radical que reconozca que el Estado es multinacional. El castellano debe dejar de ser de conocimiento obligatorio y que a nadie se le pueda exigir hablarlo. Eso debe desaparecer.

16/08/2020

https://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2020-08-16/hemeroteca_articles/si-no-se-menoscaba-nada-la-lengua-dominante-es-imposible-revitalizar-a-las-minoritarias

 

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