Las fotografías y vídeos de agentes de fronteras de EE UU montados a caballo y blandiendo lo que parecían látigos contra personas haitianas que pretendían inmigrar a través de la frontera con México provocó la semana pasada manifestaciones de indignación y protesta contra el presidente Joseph Biden, incluso de dirigentes de su propio Partido Demócrata, que acusan a la administración de aplicar políticas inhumanas y racistas.

Previamente ya se habían producido protestas contra la decisión de Biden de mantener en vigor la Orden n.º 42 de la época de Trump, que con la excusa de la covid-19 denegaba la entrada a solicitantes de asilo, pero las escenas de migrantes de piel negra apelotonadas en condiciones caóticas, peligrosas e indignas en Del Rio, Texas, y después de los agentes de fronteras cabalgando entre la multitud, agitando las riendas como si fueran látigos, extendió la indignación. El látigo es un símbolo estadounidense de la esclavitud a la que antaño estuvo sometida la población negra de este país.

La situación de la gente que emigra de Haití es insólita. Haití, que de por sí es el país más pobre del hemisferio occidental, ha sufrido recientemente el asesinato de su presidente, una potente tormenta tropical que causó una gran devastación y un terremoto de magnitud 7,2 que se sumó a la catástrofe. Miles de personas han buscado refugio en otros países. Sin embargo, EE UU, contrariamente a sus propias leyes y a los acuerdos internacionales en materia de asilo, ha utilizado la Orden n.º 42 del anterior presidente Donald Trump para rechazar a estas personas a causa de la crisis de la covid-19 y las ha ido devolviendo a Haití, donde la pandemia campa a sus anchas y la tasa de vacunación es baja.

La semana pasada, de pronto, 15.000 personas procedentes de Haití aparecieron en las ciudades contiguas de Ciudad Acuña, Coahuila, México y Del Rio, Texas. Alojadas en condiciones infrahumanas bajo el puente de una autopista, trataban de cruzar hacia el lado estadounidense, donde agentes de fronteras de este país les bloquearon el paso. El trato dado a continuación por el gobierno de Biden a la multitud en Del Rio parece arbitraria. Miles de personas fueron embarcadas en aviones y devueltas a Haití, otras miles fueron admitidas provisionalmente en EE UU y otras permanecen en México.

Biden se presentó a la elección presidencial como candidato de la comunidad negra y defensor de una reforma de la política migratoria. El hecho de que los y las haitianas sean migrantes negras, no latinas, ha alterado el debate nacional y dividido al partido de Biden. El líder de la mayoría del Senado, Charles Schumer, ha declarado: “Insto al presidente Biden y al secretario [de Seguridad Nacional] Alejandro Mayorkas a que suspendan de inmediato estas expulsiones y dejen de aplicar la la Orden n.º 42 en nuestra frontera sur. No podemos dar continuidad a estas políticas trumpianas, xenófobas y llenas de odio, que violan nuestras leyes en materia de asilo. Hemos de dejar que los y las solicitantes de asilo presenten sus alegaciones en nuestros puntos de entrada y reciban el trato reglamentario.” De hecho, más o menos simultáneamente un tribunal federal estadounidense ha declarado ilegal la Orden n.º 42.

El grupo de congresistas negros se ha reunido con funcionarios de la Casa Blanca para expresar su preocupación. La diputada Barbara Lee, Demócrata de California, ha reclamado al gobierno que suspenda los vuelos de deportación a Haití. Derrick Johnson, presidente de la Asociación Nacional  para el Progreso de la Gente de Color (NAAPC), la histórica organización de defensa de los derechos de la población negra, ha emitido una declaración que dice: “Esta crueldad es del todo repugnante. Los acontecimientos de hoy nos recuerdan demasiado el lado asqueroso de la historia de EE UU. Los actos que hemos visto hoy eran inhumanos bajo el gobierno anterior, y este sentimiento se mantiene. Ninguna persona que huye de la pobreza y del hambre merece este trato indignante. Desde hace ya demasiado tiempo, la comunidad haitiana ha sido objeto de maltrato por parte de nuestro país.”

Además de los políticos y las organizaciones de derechos humanos, cientos de estadounidenses han protestado contra el trato dado a las personas haitianas en sendas manifestaciones en San Francisco, Houston, Boston, Miami y otras ciudades. Las propuestas del Partido Demócrata para la reforma de la política migratoria están estancadas en el Congreso y no es probable que se aprueben. Los Socialistas Democráticos de América (DSA) y otras organizaciones de izquierda radical piden la disolución de la policía de fronteras y la apertura de estas, aunque estas demandas tienen escaso apoyo.

29/09/2021

https://newpol.org/protests-against-bidens-immigration-policy-and-treatment-of-haitians/

Traducción: viento sur

Dan La Botz, maestro, escritor y activista residente en Brooklyn. Es coeditor de New Politics.

 

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