Magnífica Rampova, las ratas de Imperdible nunca te olvidaremos
In memoriam

Magnífica Rampova, las ratas de Imperdible nunca te olvidaremos

Magnífica Rampova, las ratas de Imperdible nunca te olvidaremos

Hace diez años, mientras realizaba mi investigación de lo que luego ha sido el libro Invertidos y Rompepatrias, conocí la existencia de Rampova consultando las páginas del Infogai, el vocero del Col·lectiu Gai de Barcelona. No tengo palabras para describir mi impacto ante unos artículos, unos discursos y unas propuestas artísticas como aquellos, que tenían una similitud bastante clara con los activismos que yo por entonces desarrollaba en los entornos transfeministas y queer de Madrid y Barcelona. Y mi asombro fue el mismo cuando constaté que Rampova no era nada conocida en esas mismas escenas, a menudo, como pasa en la práctica totalidad de movimientos sociales, desmemoriadas y carentes de referentes históricos previos, en ocasiones por desidia y por falta de interés, y en otras por puro desconocimiento y falta de herramientas para acceder al pasado. Ni siquiera lo era en Valencia: en mis múltiples visitas a la capital del Túria intenté indagar sobre Rampova, y comprobé que había sido olvidada por la mayoría de mi generación en su propia ciudad, salvo en casos concretos que eran colegas de colegas de Rampova, o que recordaban haberla visto actuar en sus últimos años sobre los escenarios. Sólo conseguí saber que vivía en la zona del Cabanyal.

Y el destino me llevó años después a irme a vivir al Cabanyal. Durante las jornadas Cruisin’ the 70s en el IVAM 1/ en la primavera de 2018 una ponencia trataba su obra, en lo que fue uno de los primeros reconocimientos a su persona en el ámbito académico y museístico. Tras las jornadas me acerqué a ella y le dije que la admiraba y que me gustaría entrevistarla para mi investigación. Quedamos un mes después en La Paca, un bar mítico del Cabanyal que frecuentaba. Vino con dos archivadores enormes con sus dibujos, sus cómics, pegatinas doradas que había diseñado para los grupos de liberación gay de la Transición valenciana y me empapó de anécdotas tremendas. Yo todavía no he salido de mi asombro con todo aquello. Por ejemplo, hay algo que quiero dejar escrito aquí porque no quiero que esa información se olvide: Rampova es la diseñadora de uno de los dibujos más utilizados por los diversos feminismos estatales a lo largo de los años: el que aparece una figura humana fusionada con el símbolo femenino levantando un puño. Días antes de su fallecimiento conocí a una compa feminista que lo llevaba tatuado en la espalda desde hacía años y le hizo mucha ilusión saber este dato. Sin embargo, este símbolo lo he visto utilizado por supuestas feministas que excluyen a las personas trans de sus espacios y que ejercen violencia tránsfobica dentro y fuera de las redes sociales, lo cual da que reflexionar sobre hasta qué punto las aportaciones que han realizado a nuestros movimientos personas como Rampova caen en semejante grado de invisibilidad.

feminismo

Hace algo más de dos años, en la presentación del Orgullo Crítico de Valencia, conocí a Santi, una de las personas más cercanas a Rampova, y desde entonces un muy buen colega. Meses más tarde me invitó a su casa y me enseñó el borrador de Ploma-2. Socialicemos las lentejuelas, escrito hacía bastantes años ya, de cara a proponernos a la Editorial Imperdible para sacarlo en libro, ya que hasta entonces otras editoriales no parecían estar muy interesadas. Tras leerlo, no me cabía ninguna duda de que este texto debía ver la luz cuanto antes, y el resto de la editorial se mostró de acuerdo conmigo. En febrero de 2020 ya lo teníamos impreso, pero al poco la cuarentena truncó muchos planes que había alrededor. Sin embargo, en septiembre y octubre lo presentó en dos ocasiones, además del reconocimiento que obtuvo gracias a la exposición sobre contracultura valenciana que coordinó Alberto Mira (autor de este excelente artículo, por cierto) inaugurada ese febrero en el IVAM.

Ha sido un honor conocer en estos años a Rampova y un privilegio tener esta cercanía con ella, aunque haya sido tan desgraciadamente breve. Me alegro mucho de que esta editorial contribuyera a que la vida y obra de Rampova fueran más conocidas en la ciudad de Valencia, a lo largo del País Valenciano y en todo el reino. En especial de que Rampova haya podido ver en vida publicado un libro escrito por ella y tan positivamente valorado como se merecía. Es una obra imprescindible para cualquier persona interesada por la historia de las disidencias sexuales y de género de los últimos sesenta años. Y que muestra una historia de Valencia muy alejada de la oficialidad, una historia que sorprende a la vez por su dureza y por sus ganas de seguir adelante con la vida a pesar de todo.

También ha sido un honor relacionarme con todas las personas que he conocido en los últimos tiempos que fueron formando parte importante de la vida de Rampova, como la peña que estuvo en el MAS-PV o el MAG-PV 2/ a finales de los setenta e inicios de los ochenta, algunas de las personas con las que hacía La Pinteta Rebel en Ràdio Klara, o compañeras de sus actuaciones y performances como la peña de La Errería (House of Bent) 3/ y demás performers. El mismo honor que lástima por no haber podido conocer a Greta Guevara, a Clara Bowie, a Miquel Alamar o a Fernando Lumbreras 4/, porque se nos privó de su luminosa presencia antes de tiempo. Sin embargo, su recuerdo ha estado muy latente en estos días de luto.

Y acabo la lista de honores recordando que fue un verdadero subidón ver a Rampova en la primera manifestación de la historia del orgullo crítico de la ciudad de Valencia, que discurrió por las calles de Benimaclet el 28 de junio de 2018. Desconozco cuántas personas de las que acudieron a esta marcha fueron y son conscientes de este dato; sospecho que no muchas. Pero para mí fue esencial que una persona tan referencial como Rampova nos brindara con su presencia, a pesar de sus problemas de salud y sus traumas tras años de sufrir violencia en las calles, en esta fecha tan importante para la historia de las disidencias sexuales radicales de la ciudad, después de todo el trabajo para sacar adelante el orgullo y la mani. Su simple presencia nos pasaba su testigo generacional y nos instaba a proseguir por esta senda.

En estos días tan tristes me ha sido imposible no tener presente a Pastora González 5/, cuyo funeral hace algo más de dos años era el último al que había acudido. Con la muerte de Rampova son ya dos personas a quienes esta editorial ha publicado libros y ya no están a pesar de nuestra corta trayectoria vital. Pastora tenía solamente seis años más que Rampova cuando nos dejó, y aunque nunca se conocieron en vida, además de haber publicado con la misma editorial tenían algo más en común: haber tenido una vida muy complicada marcada por la represión social y política hasta en lo más cotidiano de su existencia, hecho que sin lugar a dudas contribuyó a que las perdiéramos antes de tiempo.

Rampova era la última superviviente de Ploma-2, y por tanto se ha llevado con ella algunas historias y vivencias personales y colectivas que quizás nunca sepamos. Pero nos ha dejado un legado histórico, cultural, artístico y político que no puede perderse y que debemos mantener latente en la memoria colectiva de nuestra comunidad por su enorme valor: dibujos, tiras cómicas, actuaciones, música, narrativa, radio… Por ello, el mejor homenaje que se le puede hacer ahora a título individual es escuchar sus disertaciones y las de sus compis en La Pinteta Rebel 6/, o entrar en el blog de homenajea Ploma-2 y empaparse de su contenido, o estar pendiente de exposiciones donde se muestre su diverso arte. O, por descontado, leer Kabaret Ploma-2 y pasar la palabra. Pero probablemente el mejor homenaje de todos los que podemos hacerle es continuar la lucha, ahora más que nunca dado el contexto social y político que estamos viviendo, en general y en concreto en cuestiones LGTBI. ‘Que la lucha no muera’, como escribió Xosé Tarrío, y que de este modo podamos tener unas vidas más deseables, más completas, más apacibles y más largas que las de muchas de nuestras antecesoras, y dejar así un mundo algo mejor para las siguientes generaciones, como hizo la generación de Rampova respecto a la nuestra.

Y termino con unas palabras que se oyeron ayer en su funeral: “Rampova: la lluita continua!”

23/07/2021

https://editorialimperdible.com/2021/07/23/4010/

Notas:

1/ Cruising the 70s es un proyecto académico radicado en varios lugares de Europa que pretende retomar la memoria histórica LGTBI de aquellos años. Este congreso se llevó a cabo en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM).

2/ El Moviment d’Alliberament Sexual del País Valencià convocó en Valencia en junio de 1979 la primera manifestación por la liberación homosexual de la historia del País Valenciano, marcada por una nutrida asistencia y por el ataque de miembros de ultraderecha. Rampova aparece lanzando un besote en uno de los vídeos que se conserva de la misma. Más tarde el MAS-PV se dividió en el Moviment d’Alliberament Gai del País Valencià y en los Col·lectius d’Alliberament Sexual. Aunque Rampo permaneció en los segundos, prosiguió en contacto y colaborando con el MAG-PV.

3/ Casa-Museo ubicada en la localidad de Xàtiva regentada por Anna Maria y Graham, dos veteranas de la performance queer afincadas en Valencia. En 2009 acogió una exposición titulada “El Mundo de Rampova Cabaret”.

4/ Greta y Clara, junto con Rampova, fueron el núcleo central del proyecto musical Ploma-2, un espacio de cabaret nutrido de las aportaciones de muchas más personas, que ofreció salida laboral a travestis en una época en la que era aún más complicado que encontraran curro que ahora. Durante años se recorrieron locales de ambiente, centros sociales okupados, casales, ateneos y espacios de todo tipo con este proyecto. En 1998 grabaron en casette Plumas de Cisne, su único álbum. Greta había muerto unos años atrás, y Clara la seguiría unos años después. Clara, Rampova y Miquel Alamar ‘La Panotxa’ hicieron entre 1984 y 1993 ‘La Pinteta Rebel, un programa radiofónico que sirvió de importante referente para el mundo invertido de la Valencia de entonces, donde se combinaron canciones de Ploma-2 en directo, entrevistas, convocatorias, conversaciones explícitas sobre sexo, llamadas telefónicas de gente insultando y debate políticos de cariz radical. Fernando Lumbreras era por entonces presidente del recién fundado Col·lectiu Lambda, y una de las colaboradoras habituales del programa. Miquel murió en 2003, y Fernando en 2018.

5/ Nacida en La Coruña en 1948, Pastora crió sola a sus hijos tras desprenderse de su marido maltratador, y uno de ellos, Xosé Tarrío González, terminó siendo el autor de uno de los libros más referenciales jamás escritos sobre la prisión: Huye, hombre, huye. Diario de un preso FIES, donde cuenta los horrores de su paso por infinidad de cárceles españolas. Pastora se dejó la vida para conseguir su libertad, y una vez gravemente enfermo, para que le dejaran visitarlo en el hospital. Excarcelado a días de su final, Pastora lo cuidó hasta su muerte en enero de 2005. Hasta que nos dejó en abril de 2019, Pastora fue una incombustible luchadora contra la cárcel. Impartió innumeras charlas allí donde la llamaban y acompañó a infinidad de madres en situaciones parecidas a ella a título individual y como integrante de varios colectivos de Madres con criaturas dentro de prisión. En los últimos años presentaba los libros de Xosé junto con Acción Travesti Callejera Revolucionaria, debido a que también formaba parte del equipo de Imperdible y al impacto que le supuso leer las vivencias trans de Sylvia Rivera y Marsha Johnson. Sus cenizas descansan en la playa de Rias junto a las de Xosé.

6/ Gracias a la labor de digitalización de la Biblioteca LGTBIQ de Lambda, disponemos de la práctica totalidad de los programas entre 1990 y 1993 en ivoox, cuya escucha es encarecidamente recomendable.

 

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