“El patrón nos despidió con una simple carta, y el diálogo con la empresa se convirtió en un monólogo”, dice Anton Gorb, representante sindical en el mayor servicio postal privado de Ucrania, New Post.
Gorb sirve actualmente en las fuerzas armadas de Ucrania mientras el país lucha contra la invasión rusa. Pero sigue representando los intereses de sus afiliados y afiliadas, y se las arregla para encontrar tiempo para hablar conmigo sobre cómo está afectando la legislación laboral ucraniana en tiempos de guerra a la gente del país.

"No vamos a rendirnos, estamos intentando recuperar algo, pero ya no podemos restablecer la relación con la empresa", dice Gorb.

En marzo, el parlamento ucraniano aprobó una legislación de tiempos de guerra que restringía enormemente la capacidad de los sindicatos para representar a sus miembros, introducía la "suspensión del empleo" (lo que significa que no se despide a los empleados, sino que se suspende su trabajo y su salario) y otorgaba a los empresarios el derecho a suspender unilateralmente los convenios colectivos.

Esto, explica Gorb, es lo que ocurrió en New Post (Nova Poshta), que en su día fue un buque insignia de las buenas relaciones laborales entre los sindicatos ucranianos y la patronal.

Pero más allá de esta medida temporal, un grupo de diputados y funcionarios ucranianos pretenden ahora liberalizar y desovietizar aún más la legislación laboral del país. En efecto, según el proyecto de ley, las personas que trabajan en pequeñas y medianas empresas -las que tienen hasta 250 empleados- quedarían fuera de la legislación laboral vigente en el país y estarían cubiertas por contratos individuales negociados con su empresa. Más del 70% de la mano de obra ucraniana se vería afectada por este cambio.

Ante la preocupación de que el gobierno ucraniano esté utilizando la invasión de Rusia para impulsar la tan esperada desregulación radical de la legislación laboral, un experto ha advertido que la introducción del derecho civil en las relaciones laborales corre el riesgo de abrir una "caja de Pandora" para los trabajadores.

Bajo presión
"Teníamos una de las mejores patronales de Ucrania y un buen convenio colectivo que funcionaba", dice Gorb. "Pero ahora la patronal ha dado la espalda al diálogo social. Al principio pensábamos que era debido al estallido de la guerra, y luego ha resultado que era una ley cuya aprobación estaban esperando”.

La organización sindical independiente de New Post es una de las mayores de su tipo en Ucrania. Antes de la invasión rusa, el sindicato contaba con una afiliación de más de 11.500 personas (de las 30.000 empleadas), y su primer convenio colectivo se firmó en 2016.

Pero en abril, en virtud de la suspensión de ciertos derechos laborales en Ucrania -que se calificó de temporal-, la dirección de New Post revocó 30 artículos del convenio colectivo firmado con el sindicato.

La mayoría de estos artículos se refieren a la coordinación de las condiciones de trabajo con los sindicatos, pero también a algunas garantías sociales, como la entrega de uniformes a los trabajadores, la disponibilidad de un botiquín en el lugar de trabajo, el horario de trabajo y otras.

En una entrevista reciente, el director de operaciones de la empresa, Yevhen Tafiychuk, dijo que se había suspendido el empleo a 1.500 trabajadores en virtud de la legislación sobre la guerra, lo que significa que no han sido despedidos, pero tampoco están trabajando y cobrando.

Esto, explicó Tafiychuk, se debió a la fuerte reducción del volumen de negocio en los primeros días de la guerra y al cierre y bombardeo de algunas de sus sucursales. Añadió que a parte del personal, para la que no había trabajo en ese momento, se le redujeron los salarios. "Este es un procedimiento oficial, y pagamos todos los salarios de acuerdo con la ley", dijo.

En otras grandes empresas de Ucrania se ha producido una situación similar. A principios de mayo, el Sindicato de Metalúrgicos y Mineros de Ucrania escribió a la dirección de la planta de ArcelorMittal en Kryvyi Rih, la mayor acería del país. El sindicato afirmaba que, en abril, la dirección de ArcelorMittal había suspendido partes de su convenio colectivo relativas a la actividad sindical, pero también al bienestar social y a las prestaciones de las y los trabajadores. openDemocracy se puso en contacto con ArcelorMittal para pedirle explicaciones, pero en el momento de redactar este informe aún no se ha recibido ninguna respuesta.

Para informar a la gente, Social Movement, una organización cívica ucraniana, ha creado una lista negra de empresarios. En ella se incluyen las empresas que han suspendido unilateralmente la totalidad o parte de los convenios colectivos, o que han modificado significativamente las condiciones de trabajo, violando la legislación laboral ucraniana. Casi dos docenas de empresas están en la lista, entre ellas la central nuclear de Chernóbil, la compañía nacional de ferrocarriles de Ucrania, el puerto de Odesa y el metro de Kiev.

Ahora, sin embargo, las y los parlamentarios ucranianos han decidido ir más allá y pretenden adoptar una reforma más radical de la legislación laboral del país, que se extendería mucho más allá del de guerra.

Desovietización más liberalización
La nueva ley laboral que se debate en el parlamenteo, el proyecto de ley 5371, se registró inicialmente en abril de 2021. Pero la semana pasada, el parlamento ucraniano lo apoyó por primera vez, abriendo el camino para que se convierta en ley.

Formalmente, el proyecto de ley se presentó en nombre de Halyna Tretyakova, jefa de la comisión parlamentaria de política social, y de otros diputados del partido gobernante Servidor del Pueblo. El proyecto de ley fue elaborado por una ONG ucraniana, la Oficina de Soluciones Simples y Resultados, creada por el ex presidente georgiano Mikheil Saakashvili, junto con asociaciones del empresariado ucraniano y un programa de USAID.

Los autores del proyecto de ley argumentan que las relaciones laborales en Ucrania "siguen estando reguladas por el anticuado Código Laboral aprobado en 1971 y desarrollado bajo las condiciones de la economía de comando soviética".

Como parte de este problema, afirman, las pequeñas y medianas empresas de Ucrania no tienen una legislación satisfactoria para su desarrollo. Los "métodos anticuados y económicamente inadecuados de regulación estatal de las relaciones laborales en Ucrania" afectan a los sectores privado y público del país.

Para solucionarlo, el proyecto de ley introducirá contratos individuales para las personas que trabajan en las pequeñas y medianas empresas, y dará a los y las empresarias ucranianas el derecho a despedir sin ningún motivo. Actualmente, esta prerrogativa está estrictamente prohibida en la legislación laboral. El proyecto de ley,también prevé "reducir la carga burocrática de las relaciones laborales y las entidades empresariales".

Según los partidarios del proyecto de ley, estas medidas deberían desovietizar la legislación laboral en Ucrania. La liberalización de estas relaciones se califica como "la introducción de un régimen más flexible y libre para regular las relaciones laborales".

"Estas innovaciones son beneficiosas para ambas partes, ya que la regulación contractual puede ser más flexible que la legislación básica", afirma la diputada Hanna Lichman, miembro de la comisión parlamentaria de desarrollo económico. "Por ejemplo, incluir ciertas opciones y beneficios adicionales para un empleado: estos elementos de las relaciones laborales son incluso más fiables que los simples acuerdos".

Esclavitud laboral
Sin embargo, los sindicatos y las organizaciones laborales ucranianas valoran las perspectivas del proyecto de ley de forma muy diferente.

Vitaliy Dudin, experto en derecho laboral y representante de la organización Movimiento Social, afirma que la nueva ley propuesta es el "enfoque más radical para destruir el modelo de colaboración social".

Para Dudin, la parte más destructiva de la nueva legislación es la introducción del derecho civil ucraniano en las relaciones laborales. Según él, el derecho civil ucraniano se basa en la idea de que dos partes son iguales, mientras que la relación entre un empresario y un empleado no lo es: el empresario siempre está en una posición más ventajosa. "Esto es un retroceso al siglo XIX. Al introducir el derecho civil en las relaciones laborales, podemos abrir la caja de Pandora", afirma.

George Sandul, abogado de la organización pública Labor Initiatives, también señala que un empleado siempre tiene menos influencia que un empresario, y apunta que, a nivel internacional, numerosos convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se refieren a esta cuestión.

Aproximadamente 10 millones de personas han abandonado sus hogares, y muchas se han visto obligadas a huir al extranjero. Pero incluso entre quienes permanecen en Ucrania, millones se enfrentan a la pérdida temporal de sus puestos de trabajo o a la amenaza del desempleo

Dice que el principal problema de la nueva ley es la introducción de contratos individuales en las pequeñas y medianas empresas.

"De facto, este régimen supone que, literalmente, se puede introducir cualquier cosa, sin referencia a la legislación laboral ucraniana, en el contrato de trabajo de un empleado. Por ejemplo, motivos adicionales de despido, responsabilidad, o incluso una semana de 100 horas", explica Sandul.

"Además, es el contrato de trabajo individual el que se convierte en la base para regular todas las relaciones en la empresa, lo que neutraliza el papel de los convenios colectivos y relega a los sindicatos a un segundo plano".

La comisión parlamentaria ucraniana para la integración en la UE declaró previamente que la legislación propuesta "debilita el nivel de protección laboral, reduce el alcance de los derechos laborales y las garantías sociales de las y los empleados, en comparación con la legislación actual", contradiciendo así las obligaciones de Ucrania en virtud de su Acuerdo de Asociación con la UE. El proyecto de ley también fue fuertemente criticado por la OIT en Ucrania.

"Si este proyecto de ley se vota en segunda lectura, los trabajadores ya no tendrán ninguna protección contra las acciones arbitrarias en caso de despido", opinó un antiguo ministro de Política Social, Andriy Reva.

El partido en el poder avanza
Durante más de un año, la propuesta de ley no encontró apoyo entre los legisladores.Pero esta situación cambió en mayo, cuando los votos de apoyo fueron aportados por el partido político Trust, así como por antiguos miembros del partido prorruso Plataforma de Oposición/Por la Vida, que fue prohibido por el Parlamento este mes. Tal vez la ofensiva contra este último partido -que ahora incluye una propuesta para privar a estos diputados de sus mandatos- hizo que algunos de sus diputados estuvieran más dispuestos a aceptar los cambios.

Ahora, el parlamento ucraniano se apresura a preparar una segunda lectura según el llamado "procedimiento acelerado", mientras haya suficientes votos para aprobarlo. La cuestión clave es si los sindicatos ucranianos, en el actual contexto militar, podrán bloquear este proyecto de ley o conseguir cambios significativos antes de que se produzca la segunda lectura.

Sandul afirma que, aunque el año pasado los sindicatos ucranianos e internacionales dirigieron una campaña contra el proyecto de ley, la invasión rusa significa que no podía haber protestas, por lo que "las campañas de información son ahora la unica palanca para influenciar sobre la situación". El 18 de mayo, la Oficina de Representación Conjunta de los sindicatos de Ucrania dirigió una carta abierta a los diputados ucranianos, en la que les pedía que no votaran a favor del proyecto de ley 5371 en segunda lectura.

Según Lichman, "hay muchas formas de llegar a un compromiso" sobre el proyecto de ley, incluidas las propuestas de los sindicatos antes de la segunda lectura de la legislación. Si la situación se deteriora, dice, los sindicatos podrían pedir al presidente Volodímir Zelenski que utilice su derecho a vetar la nueva legislación. Lichman también dijo a openDemocracy que las preocupaciones de la comisión parlamentaria para la integración en la UE se han preparado para incluirlas en la segunda lectura de la ley propuesta.

Mientras tanto, Dudin cree que la nueva candidatura de Ucrania a la UE podría convertirse en una "carta de triunfo" en manos de los sindicatos. "Ahora los derechos humanos, incluidos los derechos laborales, serán supervisados por la UE. Por lo tanto, los sindicatos, que tienen la razón moral en esta situación -sus miembros también están en guerra-, pueden exigir una moratoria de tales reformas en condiciones de guerra en el espíritu de la integración europea", afirma.

En este momento, la economía y la sociedad ucranianas están sometidas a una presión extrema por la invasión rusa. Aproximadamente 10 millones de personas han abandonado sus hogares, y muchas se han visto obligadas a huir al extranjero. Pero incluso entre quienes permanecen en Ucrania, millones se enfrentan a la pérdida temporal de sus puestos de trabajo o a la amenaza del desempleo.

En este sentido, estas leyes podrían empeorar la ya desesperada situación de mucha gente ucraniana, una prueba injustificada para las personas que luchan contra la agresión rusa.

20/05/2022

Actualización: el 23 de mayo, openDemocracy recibió una respuesta de New Post. La empresa informó de que había sufrido más de 500 millones de hryvnya (unos 13 millones de libras esterlinas) en daños como consecuencia de la invasión rusa, incluidos los daños o la destrucción de 100 oficinass. Hasta mayo de 2022, la empresa dijo que había ayudado a entregar 5.200 toneladas de ayuda humanitaria en el país.

En cuanto a la suspensión del convenio colectivo, la empresa declaró que, en virtud de la suspensión de la legislación laboral en tiempos de guerra, sólo se han suspendido temporalmente las disposiciones del convenio colectivo que "proporcionan más derechos y privilegios en comparación con la legislación actual de Ucrania". Además, la empresa señaló que su diálogo con los sindicatos "no se ha detenido ni se detendrá nunca", y que está "dispuesta a dialogar sobre qué hacer a partir de ahora". En cuanto a la suspensión de unos 1.500 empleados, New Post señaló que afectaba a los trabajadores que consideraba que no podían trabajar debido a la ocupación rusa o a los daños en las instalaciones.

"Aunque esta medida está prevista [en virtud de la ley de suspensión laboral en tiempos de guerra], para nosotros se ha convertido en una medida forzada", dijo la empresa. "Porque en tiempos de guerra el objetivo principal es la supervivencia del negocio y sólo después su desarrollo. [...] Hay que entender que estas medidas son temporales".

20/05/2022

https://www.opendemocracy.net/en/odr/ukraines-new-labour-law-wartime/

Traducción: viento sur

Serhiy Guz es un periodista ucraniano y uno de los fundadores del movimiento sindical periodístico del país. Dirigió el sindicato de medios independientes de Ucrania entre 2004 y 2008, y actualmente es miembro de la Comisión de Ética Periodística de Ucrania, un organismo de autorregulación para los medios del país. También es miembro del consejo de la ONG Voice of Nature y editor en jefe del periódico Clever City Kamianske.

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