Catarsi

Albert Portillo

Una entrevista puede ser una forma de homenaje para hacer llegar el legado y el mensaje de una persona. Esta entrevista hecha el 8M a Arcadi Oliveres quiere ser justamente esto, una herramienta para dar a conocer a una persona representante de lo mejor de las izquierdas y de los movimientos sociales catalanes. Economista de profesión en la Universidad Autónoma de Barcelona hasta hace nada, pacifista por vocación de la mano de Justicia i Pau y del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Arcadi ha impulsado escuelas como la Universitat Internacional de la Pau,  además  de ser uno de los impulsores de las sucesivas campañas de objeción fiscal al gasto bélico y militar. Economista de análisis bien cercano a la latinoamericana escuela de la dependencia, ecologista comprometido con el decrecimiento, republicano acérrimo admirador de Pi i Margall, Arcadi se reconoce como independentista, emancipador y de cuño ferozmente social. Rasgos remarcables ya que se trata de una persona que ha dejado su huella en desenas de miles de personas a lo largo de su actividad frenética dando todas las charlas posibles en cualquier rincón del país. Como explica el documental biográfico Mai és tan fosc (dirección: Èrika Sánchez, 2014) a causa del 15M Arcadi catapultó su activismo, un activismo que conectó con una nueva generación. Con Teresa Forcades y organizaciones como Anticapitalistas lideró Procés Constituent, una de las propuestas más ambiciosas que se han hecho en Catalunya con tal de forjar un Frente Amplio Soberanista de las izquierdas. Nacido en Barcelona vive en Sant Cugat desde que su familia fue desahuciada por la especulación inmobiliaria del piso de alquiler de Barcelona, como explica en su último libro Paraules d’Arcadi. Què hem après del món i com podem actuar (Angle Editorial, 2021). Un compromiso de optimismo ineluctable que late en Arcadi a pesar de todo. Y así esta entrega partisana ha conectado a la generación de la Caputxinada i de Lluís María Xirinacs con la del 1 de Octubre y Jordi Cuixart. Así pues, esta entrevista ha querido ser un homenaje al coraje de persistir, sembrar y construir. Por todo ello querría agradecer a Arcadi y a su familia la paciencia y el tiempo prestado dado su grave estado de salud. Desde Tigre de Paper y Catarsi quisimos compensar esta molestia con unos pequeños detalles editoriales que esperamos que le proporcionen un disfrute leyendo. El mejor homenaje, con todo, siempre será leerlo, imitarlo y discutirlo. Por eso, quise comenzar la entrevista abordando las protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasél que invitan a reflexionar sobre cómo ha de ser la desobediencia para devenir radical.

Albert Portillo: Hay toda una generación de jóvenes que está entrando en la vida adulta bajo una constante brutalidad policial; desde los desahucios hasta el 1 de Octubre pasando por las protestas por los presos políticos y últimamente las motivadas por el encarcelamiento del cantante Pablo Hasél. ¿Se puede mantener un movimiento pacífico a pesar de la recurrente represión violenta del Estado a toda alternativa?

 Arcadi Oliveres: Es absolutamente imprescindible. Si dejamos de mantener esta actitud pacífica dejamos que el Estado pueda hacer lo que quiera y el Estado lo que hace siempre es violencia. Evidentemente que hay actos violentos pero la mayor violencia es la del Estado y el Estado hace todo lo posible para mantener el monopolio de la violencia. Ahora es más necesario que nunca que se mantenga esta posición porque si no, daremos más oportunidades al Estado para que nos reprima más. Entonces, la violencia siempre engendra violencia. La mejor manera de marginarla es tener actitudes no violentas.

Sin ir más lejos, una de las pequeñas cosas que más satisfacción me han dado en la vida no es otra que la que conmemoramos ahora en razón de los veinte años del encierro en las iglesias de Barcelona para la gente sin papeles. Gracias a esto se consiguió que tuvieran papeles, no gracias a la violencia.

Tengo la impresión que se tiene que avanzar siempre. A veces, puedes pensar que haces un paso atrás, puede que sí. Pero es que, además, yo no acepto personalmente ni una sola acción de violencia, sea contra las personas o sea contra las cosas. Las acciones tienen que ser siempre no violentas. Y aunque estuve bastantes años viajando a Latinoamérica para solidarizarme con la revolución de los sandinistas en Nicaragua, siempre los he aplaudido, siempre los he apreciado, pero siempre les he criticado cualquier acción de violencia.

 A.P.: Señalas en el libro que el autoritarismo del Estado se concreta en la monarquía, “nuestra dictadura”, aunque esta parece que ahora mismo cuelga de un hilo no parece que termine de derrumbarse. En Catalunya hay una mayoría independentista y republicana, ¿qué hace falta para terminar de precipitar la crisis de la monarquía.

A.O.: Previamente diría que independientemente de dar explicaciones en el resto de España, cualquier monarquía es una institución aberrante. Una monarquía no tiene por qué existir; ni la monarquía española, ni la monarquía británica, ni cualquier otra. Es una institución ajena a los derechos humanos. Qué es una monarquía? Es una familia colocada por encima de todas las otras familias del país. Y si yo no me equivoco la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que todo el mundo es igual. ¿Por qué tenemos que colocar a una familia por encima de las otras otorgándole una categoría hereditaria? Y en el caso español, aún peor, los hombres por encima de las mujeres, y si añadimos además la responsabilidad de Juan Carlos I, un delincuente que ha dado dos golpes de Estado, uno el 23F y el otro con la misma instauración de la monarquía española. Yo no entiendo cómo un partido que se hace llamar de izquierdas y que no lo es, se llama el PSOE, puede intentar apoyar una monarquía de este tipo. No se puede aceptar. La monarquía tiene que caer. Las circunstancias no me lo permitirán ver pero vosotros sí que lo veréis.

A.P.: En el resto de España hace falta empuje pero nosotros solos tampoco podemos. Y, de hecho, en Madrid se echa a faltar un bloque republicano que se plantee aperturas como un nuevo Pacto de San Sebastián. ¿Cómo resolvemos la ecuación?

A.O.: Nos lo tendremos que haber preparado a fondo. Supongo que también han jugado mucho las circunstancias políticas del día a día. De hecho, en un momento determinado para nosotros la independencia parecía estar cerca, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta que no era tan fácil. Hay muchas fuerzas reaccionarias tratando de impedirlo. Esto por un lado, pero por el otro se trata de que en el resto de España no únicamente no nos supimos explicar, tampoco de que fuimos demasiado deprisa, sino que sobre todo no les dijimos qué producto queremos. Para mí, tener una república y si tú quieres al mismo tiempo tener independencia, las dos cosas van mezcladas, quiere decir cambiar radicalmente el sistema económico. Para mí, independencia o república quiere decir fuera capitalismo, quiere decir entrada libre de inmigrantes, quiere decir fuera banca privada, quiere decir protección del medio ambiente, quiere decir seguridad social para todo el mundo, quiere decir trabajo generalizado… Si explicásemos a la gente que república quiere decir todo esto tendríamos muchos más apoyos. En 2014 creamos con Teresa Forcades Procés Constituent, la única fuerza de todos los movimientos que circulan hoy en día en Catalunya de carácter independentista que ha explicado qué país queremos en un folleto titulado Llibre Vermell. ¿Teníamos suficiente con eso para ir por el mundo diciendo que queremos una Catalunya independiente? No, queremos una Catalunya independiente con trabajo para todo el mundo, con fronteras abiertas, con un medio ambiente protegido, con pensiones para todo el mundo. Incluso viví personalmente la experiencia cuando hace cinco o seis años me llamaron a la Universidad de León para explicar la independencia de Catalunya y al terminar los alumnos y los profesores de la universidad me dijeron que si Catalunya quería la independencia León también.

 A.P.: En las últimas elecciones, por medio de Vox, apareció de nuevo el fenómeno de la extrema derecha con un discurso racista y xenófobo, por un lado, y monárquico y centralista, por el otro. Pero sin embargo en el debate electoral en TV3 ninguno de los y las líderes de izquierdas se enfrentó con las afirmaciones de Vox. ¿Marginar a la extrema derecha con un pacto de silencio sirve de algo?

 A.O.: Yo creo que no y no solo aquí sino en todo Europa. Frente a los debates de exclusión o no de la extrema derecha yo pienso que a todo el mundo se le tiene que invitar a la mesa. después ya te puedes pelear, pero excluirlos no lo encuentro eficaz.

 A.P.: ¿Como se derrota entonces a la extrema derecha?

A.O.: Con argumentos. ¿Qué es la extrema derecha? Una actuación de gente que quiere discriminar a otros porque se consideran superiores, que quiere marginar a los otros. Hay que buscar argumentos. Cuando socialdemócratas o conservadores dicen que no hay que dar papeles a los de afuera o simplemente ponerles dificultades… Es tan estúpida esta afirmación. Ya lo he dicho otras veces pero algunos argumentos que opongo son: primero, migraciones las ha habido siempre, que la gente se vaya de un país a otro para sobrevivir ha ocurrido siempre. No hace mucho fui a Menorca, que tiene un pequeño santuario en El Toro con un cartel colgado en una placa donde ponía que esta era una placa puesta por los menorquins en agradecimiento y homenaje a Argelia, porque cuando en el siglo XIX había malas cosechas y hambre en Argelia los acogían. El siglo XIX eran los menorquines quienes no tenían suficiente comida quienes se iban en aquel momento a Argelia. Segundo argumento, la llegada de la gente de fuera rejuvenece la población. Europa, España y Catalunya tenemos una pirámide de edad poblacional muy envejecida. Un estudio publicado hace diez años por la ONU decía que en Catalunya y en España había esta población tan envejecida, sin la llegada de población joven para trabajar, y calculaban que en los próximos ocho o diez años en el Estado español haría falta la llegada de unas doscientas sesenta mil personas migrantes nuevas por año. Nuestra pirámide de población se ha envejecido. Tercer argumento, los migrantes aportan dinero porque aportan mucho más de lo que reciben. Cada año cada migrante aporta una mediana de doscientos euros por cabeza con sus impuestos, sus cotizaciones a la seguridad social…etc. El saldo es completamente favorable. Y cuarto y definitivo argumento sobre este tema, nos aportan cultura. Es evidente que todas nuestras culturas son fruto de idas y vueltas, la inmigración es una riqueza. Esto que estoy diciendo probablemente desmiente todos los argumentos de los que dicen que no quieren gente de fuera.

A.P.: En el ámbito económico, a lo largo de toda tu trayectoria has tenido un análisis muy crítico de la Unión Europea. La última crisis vuelve a poner sobre la mesa una oportunidad que sin embargo los países del norte, y sus elites, están aprovechando para poner en marcha una nueva crisis de la deuda de los países del sur, como avisaba Iolanda Fresnillo; con unos Fondos Europeos con fuertes condicionantes económicos que hacen temer nuevas privatizaciones. Viendo el precedente griego de la anterior crisis, ¿romper con la Unión Europea y el Euro es la única manera de salir de la crisis? ¿Hay otras opciones posibles si no es así?

 A.O.: Cuando yo era jovencito era un ferviente partidario de la Unión Europea que en ese momento no dejaba de ser una luz al final del túnel del franquismo. Europa, Europa, Europa, era la palabra mágica que lo resolvía todo. Desde hace cinco años formo parte de una organización que se llama Sortim de l’Euro. Sortim de la Unió Europea, convencido de que a estas alturas es un desastre. No solo por los temas migratorios sino también por la cuestión económica. De la Unión Europea tenemos que salir porque los que mandan en ella son los ricos en detrimento de los pobres. Pero desafortunadamente esta perspectiva no está demasiado extendida.

Hace un año o dos quien regia la Unión Europea era la Troika comunitaria, tres personajes que pretendían cobrar la deuda en favor de Alemania y Holanda en detrimento de Grecia. Uno era Jean Claude Juncker, antecesor de Ursula Von der Leyen, el segundo era José Manuel Durao Barroso, exprimer ministro de Portugal y condenado por los juzgados portugueses por todo tipo de estafas, y el tercero, Mario Draghi, primer ministro de Italia. Los tres procesados por estafa, los tres procesados por delincuentes. ¿Quién gobierna la Unión Europea? Este grupo de delincuentes. La Unión Europea dificulta la marcha de aquellos que no tienen dinero, les pone dificultades, les hace pagar altos intereses con el pretexto de las primas de riesgo.

A.P.: Hoy es 8M día de la Mujer Trabajadora que representa uno de los movimientos con más empuje de los últimos años y que ha puesto sobre la mesa las desigualdades y los privilegios del sistema machista y patriarcal. De hecho, este fin de semana pasado el movimiento feminista del País Valencià ocupaba la Delegación del Gobierno para pedir la derogación de la Ley Mordaza. ¿Podría convertirse el movimiento feminista en la fuerza que canalice un proceso constituyente a la manera de Chile?

A.O.: Según yo lo veo, el feminismo tendría que ser un escalón fuerte. Hoy por hoy, a mí lo que más me apasiona del movimiento feminista es la idea de que economía feminista significa economía del cuidado de las personas. El mundo sólo funcionará cuando las personas estén bien cuidadas porque todas las personas han sido abandonadas y la única manera de avanzar es preocuparse por su salud, por su bienestar, por su igualdad de derechos. La idea general de que la mujer es la que se encarga del bienestar de los seres humanos y que hace todo lo posible para que vivan mejor para mi es un idea casi sagrada.

 A.P.: A lo largo del libro, como en tus charlas, haces mención a distintos referentes que han dejado huella en ti. ¿Cuál es el que más te ha marcado?

A.O.: Cuando me preguntan por referentes acostumbro a citar cuatro nombres: Xirinacs, desde el cariz no violento. Xirinacs me enseñó desde las huelgas de hambre para conseguir derechos hasta la resistencia pacífica. El otro referente son dos personajes, los hermanos Botey, el más grande Francesc y el más pequeño Jaume, para mi han sido dos personas de una preocupación social extraordinaria. En el caso del grande, Francesc Botey, es el que me introdujo en mi segunda gran preocupación que es la del subdesarrollo económico, ya que he sido durante más de treinta años militante de Justicia i Pau.

Por tanto, Xirinacs me hacía militar por la paz en la medida en que era no violento, en cambio Botey lo veía desde un punto de vista más amplio. A Botey lo conocí cuando era misionero en México y en aquel momento él veía muy claramente que la situación de los pueblos indígenas era de explotación y por eso reivindicaba lo que con los años se conoció como Tercer Mundo. Tercera persona de esta lista de influencias, Joan Gomis fue mi presidente durante veinte años de Justicia i Pau, yo era su vicepresidente, él era el prototipo de persona que militaba de todo en los movimientos sociales. Hoy en día podemos hablar de la Federación Catalana de ONG’s, del movimiento por la paz, del movimiento en defensa de los derechos humanos, de los movimientos ecologistas… Si averiguas quien se encontraba tras aquellos movimientos, por supuesto que había mucha otra gente porque por suerte son movimientos colectivos pero el trabajo que hizo Joan Gomis fue enorme. Y  la última y cuarta persona fue Frederic Roda que durante mucho tiempo trabajó por el movimiento por la paz, la no violencia, la objeción de conciencia, la objeción fiscal, la liberación de los objetores de conciencia al servicio militar obligatorio.

Xirinacs me daba la versión de la no violencia, Botey la del subdesarrollo, Joan Gómez la de los movimientos sociales y Frederic Roda la de animador de estructuras de paz, para mi estos han sido los cuatro ganchos inspiradores.

A.P.: Te querría preguntar sobre Xirinacs si hay algún libro que podrías recomendar.

 A.O.: Te podría recomendar 8 o 10 porque Xirinacs era un hombre de una cultura tan vasta… Te he hablado de la no violencia y del pacifismo pero Xirinacs era filósofo y antropólogo. Sí que hay uno, Subjecte (Ed. Claret, 1975), en el que él intentó explicar su manera de pensar.

Albert Portillo es historiador y colaborador de Catarsi y viento sur

 

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