El super "Davos de internet", el e-G8, se ha celebrado la semana pasada en París, manteniendo muy al margen a toda la gente que habría podido perturbarle. Expulsado el debate, ha sido sobre todo una operación de comunicación lo que ha tenido lugar en el jardín de las Tullerías.

Entre las mesas redondas y las 1.000 personalidades de lo digital, se podía sin embargo temer lo peor para nuestra internet. Propiedad intelectual, libertad de expresión, síntesis de los modelos económicos, estos son los términos clave alrededor de los cuales debían articularse los debates. Dado que el acontecimiento estaba íntegramente financiado por el sector privado (3 millones de euros), se ha podido ver una sobrerepresentación de la esfera mercantil.

Oficialmente, se trataba de reunir a los actores políticos y las grandes empresas privadas de la net para discutir sobre las problemáticas de la Web. En los hechos, se ha podido asistir a una enorme campaña de publicidad con el tema "Internet es genial, pero solo si se controla y produce dinero" con Sarkozy en primera linea para comprometerse en las difíciles tareas que hay por delante, a saber: los derechos de autor, la protección de los datos, las problemáticas económicas y la filtración de la red. Lo que estaba en juego era, por supuesto, recordar que en este tema Francia ha puesto en pie toda una serie de leyes: Hadopi, Loppsi y pronto ACTA…

En cuanto a la regulación de la red, en Francia y en Europa, ¡no se para el progreso! Se habría, sin embargo, podido esperar algo diferente de una cumbre así sobre internet, pues lo que falta no son temas por tratar: el lugar de internet en las revoluciones árabes, las desigualdades frente al acceso a estas tecnologías, o también la libertad de expresión, la neutralidad de la red o la suerte de los 125 net-ciudadanos encarcelados en el mundo por haber informado a sus conciudadanos y al resto del mundo. Pero no. ¿Es porque no había muchos representantes de la esfera civil o de la CNIL (Comisión Nacional de Informática y Libertades) convidados?

Sin embargo, una treintena de ONGs, entre las cuales estaban Access Now, Attac, la Quadrature du net y Reporters sans frontieres había emitido el deseo de que los participantes del e-G8 "se comprometan públicamente a extender el derecho de acceso a Internet para todos, combatir la censura digital y la vigilancia, limitar la responsabilidad de los intermediarios en el mundo digital y apoyar los principios de la neutralidad de la red". No ha habido nada de eso durante el e-G8. Por otra parte, si se analiza la declaración final del G8, se ve que la parte más detallada trata sobre los derechos de autor y llama a una censura privada para impedir el reparto de las obras culturales en línea, a imagen de ACTA. Motivos para inquietar a la sociedad civil que declara en su conferencia al margen del e-G8 que a la salida de ésta "se oculta una inquietante alianza de gobiernos que intentan controlar internet y de algunas empresas que sacan beneficio de las restricciones a las libertades en línea". ¡Lo que no deja de provocar escalofríos!.

02/06/2011

http://www.npa2009.org/content/e-g8%E2%80%89-la-marchandisation-des-libertés

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

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