Lo esencial de la jornada

La primera reunión de la Comuna de París

El Comité Central de la Guardia Nacional cedió los poderes revolucionarios a manos de la Comuna, reconocida como único poder regular, y confirmando en una declaración que se contentará con hacer respetar sus decisiones y con trabajar en la organización de la Guardia Nacional.

A propuesta de Eudes, la asamblea decide por aclamación tomar el nombre de Comuna de París.

Otro blanquista, Riguault, pide la presidencia de honor para Blanqui, que sigue preso, pero la asamblea no le apoya y propone pensar en hacer algo más eficaz sobre este asunto.

Creación de comisiones

Se decide que el buró, renovado cada semana, estará compuesto por un presidente y dos asesores, asistidos por dos secretarios. Se elige presidente a Gustave Lefrançais.

Perfil de Gustave Lefrançais,  45 años de edad

Gustave Leframçais

Maestro, antiguo afiliado a la Asociación de maestros y maestras socialistas, redactor, junto a Pauline Roland y Jeanne Deroin, de un innovador programa educativo. Al impedírsele ocupar las funciones de maestro por sus convicciones socialistas, trabaja de contable para un empresario parisino, que le despedirá al comienzo de la revolución de febrero de 1848. Detenido durante las jornadas de junio, condenado a tres meses de prisión y dos años de vigilancia por posesión de armas de guerra, fue enviado a Dijon en residencia vigilada. Exiliado a Londres en 1851, funda un restaurante cooperativo, La Social, antes de volver a París en 1853.

Reconocido orador de los clubs de Vauxhall, del Pré-aux-clercs y de la Redoute, donde desarrolla sus teorías sobre la propiedad colectiva y la supresión de la herencia, ataca violentamente la institución del matrimonio y preconiza la unión libre. Miembro del comité de vigilancia del 4º distrito, lo representa en el seno del Comité central de los veinte distritos.

Preso por su participación en la jornada del 31 de octubre, fue elegido el 7 de noviembre adjunto al alcalde del XXº.

En las elecciones del 8 de febrero, formaba parte de la lista de 43 revolucionarios presentada por la Internacional, la Cámara federal de sociedades obreras y la delegación de los veintee distritos, sin ser elegido.

Elegido en el 4º, con 8.619 votos

A continuación la asamblea pone en marcha las comisiones, dirigidas colegialmente.

Comisión ejecutiva permanente

Nombrada para un mes, compuesta por los ciudadanos Lefrançais, Bergeret, Duval, Eudes, Pyat, Tridon y Vaillant. Es la encargada de representar a la totalidad de la Comuna en las relaciones con las y los parisinos y de hacer ejecutar los textos adoptados. Tres de ellos, Bergeret, Duval y Eudes, forman parte también de la comisión militar. Cuatro de los miembros tienen una filiación política conocida, los dos miembros de la Internacional (Duval, que es también blanquista, y Vaillant) y los dos blanquistas (Eudes y Tridon).

Comisión de finanzas

Ciudadanos Beslay, Victor Clément, Jourde, Régère, Verlin. Responsable del presupuesto, está encargada de los ingresos comunales, la recaudación de los impuestos y la ejecución de los gastos.

Comisión militar

Ciudadanos Bergeret, Chandon, Duval, Eudes, Flourens, Pindy, Ranvier. Está encargada de la organización, el equipamiento y el armamento de la Guardia Nacional; el Estado Mayor de la plaza Vendôme sólo depende de ella. Además, vela por la seguridad y vigila las actividades de Versalles.

Comisión de justicia

Ciudadanos Babick, Ledroit, Léo Meillet, Protot, Ranc, Vermorel. Está encargada de la reorganización de los servicios judiciales de la Comuna y de la vigilancia de las prisiones. Entre tanto, asegura el funcionamiento de la justicia.

Comisión de seguridad general

Ciudadanos Assy, Chalain, Cournet, Ferré, Gérardin, Oudet, Raoul Rigault. Tiene las atribuciones de la prefectura de policía, está encargada de asegurar el orden y la seguridad públicas.

Comisión de subsistencias

Ciudadanos Champy, Clément, Emile Clément, Dereure, Fortuné Henry, Ostyn, Parizel. Vela por el aprovisionamiento de París.

Comisión de trabajo, industria y comercio

Ciudadanos Avrial, Dupont, Frankel, Eug. Gérardin, Loiseau-Pinson, Malon, Puget, Theisz. Está encargada de revisar todos los contratos de los empresarios de trabajos públicos, la organización de las adjudicaciones, el examen relativo a todas las cuestiones que afectan a las relaciones entre patronos y obreros, la revisión de los impuestos comunales y las tarifas de transporte.

Comisión de relaciones exteriores

Ciudadanos Ant. Arnould, Arthur Arnold, Delescluze, Ch. Girardin, Paschal Grousset, Ulysse Parent, Ranc. Encargada de acreditar representantes ante países europeos, sobre todo ante Prusia, y mantener relaciones amistosas con ayuntamientos de Francia que deben conducir a la federación y contribuir por medio de su propaganda a la liberación del país.

Comisión de servicios públicos

Ciudadanos Billioray, J.-B. Clément, Mardelt, Mortier, Ostyn, Bastoul. Se encarga del funcionamiento de los servicios, el correo, telégrafo, vías públicas, las compañías de ferrocarril, las conexiones con los servicios de provincia.

Comisión de enseñanza

Ciudadanos Demay, Dr. Goupil, Lefèvre, Albert Leroy, Jules Miot, Dr. Robinet, Urbain, Jules Vallès, Verdure. Sus atribuciones son la enseñanza pública: la reforma de la enseñanza haciéndola gratuita, obligatoria y exclusivamente laica, el nombramiento de maestras y maestros comunales.

Está previsto que las comisiones se reúnan una hora antes de la sesión general de tres horas.

La mitad de los puestos de las diversas comisiones está ocupada por sólidos militantes políticos, el 30% son miembros de la Internacional y alrededor del 20% blanquistas, aunque las distinciones no sean siempre precisas, puesto que algunos miembros de la Internacional son también blanquistas.

Lo más significativo es la manera como se reparten las atribuciones. Los blanquistas dominan las comisiones militar y de seguridad general, los internacionalistas dominan la comisión trabajo-industria-comercio y la comisión finanzas, y están presentes en las comisiones militar y de justicia.

¿Qué poderes asume la Comuna?

Muchas atribuciones de estas comisiones van mucho más allá de la simple gestión de los asuntos municipales, ya que toman buena parte de las atribuciones de los diversos ministerios.

En efecto, varios decretos adoptados al mismo tiempo que el establecimiento de las comisiones retiran expresamente todo poder a Versalles y al gobierno en París, y toman el control de la totalidad de los servicios públicos y de los ministerios.

CIUDADANOS, 

siendo la Comuna actualmente el único poder,

Decreta:

 Art. 1º. Los empleados de los diversos servicios públicos considerarán en adelante nulos y no realizadas las órdenes o comunicaciones que emanen del gobierno de Versalles o de sus adherentes.

Art. 2º. Cualquier funcionario o empleado que no se ajuste a este decreto será revocado inmediatamente.

 Ayuntamiento, 29 de marzo de 1871

Por la Comuna, por delegación.

El Presidente, LEFRANÇAIS

Asesores, RANC, ED. VAILLANT

Sólo la autoridad comunal y las municipales tienen derecho a colocar carteles en papel blanco.

Las municipalidades no pueden poner carteles fuera de su distrito respectivo.

El anuncio de actos que emanan del gobierno de Versalles está formalmente prohibido.

Cualquier persona o empresario que contravenga esta prohibición será rigurosamente perseguido.

 Ayuntamiento, 29 de marzo de 1871

Por la Comuna, por delegación.

L. BOURSIER 

MINISTERIO DE LA GUERRA 

Aviso

Se invita a los empleados del Ministerio de la guerra a volver a sus servicios sin ningún retraso.

Quienes sin causas justificadas de impedimento no se presenten a sus oficinas el jueves 30 del corriente, serán inmediatamente sustituidos. Los jefes de servicio deberán presentarse previamente en el gabinete del Ministro de la guerra, para recibir instrucciones.

El delegado del Comité Central en la intendencia general invita a los señores empleados de esta administración a presentarse en las próximas veinticuatro horas en su oficina, calle Saint-Dominique-Saint-Germain, 94, pare retomar los servicios que han dejado pendiente. Se procederá a sustituir a aquellos que no respondan a este llamamiento.

Firma colectiva

La Comuna decidió que todas sus órdenes lleven como única firma la mención impersonal: La Comuna de París.

Esta decisión muestra el rechazo a los tiempos de los gobiernos personales, a la vez que da un carácter colectivo a cada uno de sus actos, haciendo a todos sus miembros solidarios en la ejecución de las medidas tomadas en común.

Pero al rechazar la publicidad de estos debates, el anonimato de la firma tiene el riesgo de dar a la Comuna una forma de potencia oculta, imponiendo su voluntad a los disidentes. No es posible hacer total abstracción de sus posiciones, incluso cuando se acepta la solidaridad con las decisiones tomadas. Es importante poder dar a conocer las razones que han llevado a oponerse o aceptar tal o cual decisión. El rechazo a transformar la Comuna en un parlamento, el deseo de que sea un organismo de acción, no es contradictorio con la publicidad de los debates y de las decisiones políticas, que no responden a las mismas exigencias que las decisiones militares, tomadas por un consejo de guerra, y que no deben ser conocidas por los enemigos.

Abolición de la conscripción

Al fin, desaparece la conscripción, ese sistema injusto combatido desde su creación.

El final de una calamidad

Desde 1818 el ejército está constituido por voluntarios, a los que se añaden los reclutas, elegidos al azar (suelen ser un tercio de la clase de edad) entre los jóvenes de más de 20 años, o los sustitutos que éstos hayan encontrado. Este sistema continuó por una ley de 1868 que redujo la duración del servicio a cinco años, y creó la guardia nacional móvil como complemento al ejército activo, donde cada ciudadano servía 15 días al año para poder tener una formación militar.

Por tanto, la ley mantenía un principio no igualitario, las familias acomodadas podían recurrir a la sustitución para que sus hijos escaparan a la obligación militar.

El propio recluta proporcionaba su sustituto, ya fuese un conocido o recurriendo a los servicios de un mercader de hombres que cobraba generosamente por el servicio. Las sustituciones eran objeto de contrato ante notario, entre el recluta y su hombre, fijando la compensación financiera a cambio de su alistamiento.

¡Cuántos dramas ha creado esta ley entre los campesinos miserables, criados, mozos de granja, obreros, etc., que se vendían para poder acceder a la propiedad de una casucha, de una parcela de tierra, con el riesgo de no volver con vida al final de su servicio a causa de las guerras de conquistas coloniales, la guerra de Crimea...!

Quienes logran comprar su hombre son los ricos, desde luego, pero también gente más modesta, agricultores, artesanos, obreros, que se privan, se endeudan, hipotecan sus bienes, para poder reunir la suma necesaria para comprar al sustituto de su hijo. Para todos, esta conscripción es una calamidad económica y social

 

El decreto iba más lejos, porque suprimió de hecho todo ejército permanente, de voluntarios o de reclutas, en París, incompatible con la existencia de una República. Lo sustituye, en la tradición de la Revolución francesa, por el pueblo en armas: la Guardia Nacional, que no es un cuerpo separado de la población, sino una milicia organizada en los barrios y que elige a sus oficiales.

El rechazo a introducir en París una fuerza militar ya había sido expresado durante la revolución de febrero de 1848, que quería “transformar las bayonetas ciegas en bayonetas inteligentes, metamorfosear los soldados en ciudadanos”.

Tribuna de Elie Reclus

Es imposible, es absurdo que un Ejército sea liberal... al menos los republicanos parisinos lo han comprendido, ellos saben que el Ejército no puede ser el doble de la Guardia Nacional. En consecuencia, no quieren Ejército en París bajo ningún pretexto.

Se les responde: “Pero el Ejército es una institución nacional. Y vosotros representáis sólo el Gobierno de una única ciudad, París, no tenéis derecho a abolir una institución nacional. La parte no puede imponerse sobre el todo”. El razonamiento es inatacable. Por su parte, la Comuna también es inatacable cuando, en nombre de su conservación personal, en nombre del derecho a la legítima defensa, por no hablar del derecho a la lógica y a la moralidad republicana, abole, al menos en el recinto de sus muros, la institución del Ejército permanente y suprime su mayor y más terrible enemigo. Es la fatalidad de las discusiones llevadas al fondo; se intercambian argumentos irrefutables porque son la expresión de principios absolutamente opuestos...

Se reprocha a la Comuna no saber limitarse a la conscripción de París y querer legislar para toda Francia. Pero los revolucionarios no se esconden. Basta leer la proclamación que precede para ver que no piensan en absoluto dotar a su ciudad de franquicias municipales que no podrían tener otras ciudades; entienden bien que su movimiento se propaga por toda Francia y la sobrepasa. Estos hombres de la Comuna no se consideran burgueses de París, sino ciudadanos del mundo. Hablan en nombre de una Comuna, pero su misma Comuna procede de una ideal federación internacional.

Decreto sobre los alquileres

La adopción de esta medida iba a aliviar de manera inmediata la situación del pueblo obrero de París arrendatario en su totalidad. Se trata de una decisión sencilla, que no abre la puerta a ninguna argucia. Los arrendatarios quedaban exonerados de pagar su alquiler durante nueve meses, mientras que la Asamblea de Burdeos sólo había previsto conceder retrasar el pago para salvaguardar los intereses de los propietarios. El razonamiento de la Comuna era el inverso: habiendo cesado el trabajo a causa de la guerra y el bloqueo, los salarios han desaparecido, y el coste debe corresponder a quienes tienen algo que perder, los propietarios. Las cantidades en juego eran considerables, varios cientos de millones. Además, el decreto permitió a los arrendatarios que lo desearan abandonar su alojamiento sin preaviso.

29 3La Comuna de Paris

Considerando que el trabajo, la industria y el comercio han soportado todas las cargas de la guerra, y que es justo que la propiedad haga su parte de sacrificios.

Decreta:

1º Artículo. Cancelación general hecha a los arrendatarios del pago de los plazos trimestrales correspondientes a octubre de1870, enero y abril de 1871.

Art. 2º. Todas las sumas ya pagadas por los arrendatarios durante estos nueve meses serán imputables a los plazos siguientes.

Art. 3º. Se cancelan también las sumas debidas por alquileres de habitación

Art. 4º. Todos los alquileres son rescindibles, a voluntad de los arrendatarios, durante una duración de seis meses a partir del presente decreto.

Art. 5º. Todos los desahucios serán aplazados, a demanda de los arrendatarios, durante tres meses

Nota. Un decreto especial regulará la cuestión de los intereses hipotecarios.

Suspensión de las ventas de objetos depositados en el Monte de Piedad

Este decreto fue un alivio para los miles de parisinos que tuvieron que depositar en el Monte de Piedad objetos de primera necesidad para disponer de dinero fresco, a veces simplemente para comer. Pero aunque descartaba el riesgo de que estos objetos depositados sin haber podido pagar la tasa de usura del Monte de Piedad, superior al 10%, fueran vendidos en subasta, el decreto no se los devolvía a los interesados.

Había urgencia en resolver esta cuestión, porque la miseria se había agravado aún más con el asedio y con el riguroso invierno. Dos terceras partes de los préstamos concedidos eran de 3 a 10 francos, a cambio de trapos, vestidos, muebles... en las decenas de oficinas que existen en los barrios populares. El Gobierno surgido del 4 de setiembre había decretado el 1 de octubre que los objetos comprometidos en el Monte de Piedad desde el 19 de julio de 1870, consistente en vestidos, somieres, colchones, mantas, por un préstamo no superior a 15 francos, serían devueltos a los depositantes. A pesar de esta decisión, aún quedaban en los Montes de Piedad un millón de objetos en la división de trapos y ochenta mil mantas de cama.

Declaración de la primera sesión de la Comuna

París, 29 de marzo de 1871

Ciudadanos,

Se ha constituído nuestra Comuna. El voto del 26 de marzo sanciona la República victoriosa.

Un poder cobarde y opresor os había cogido por el cuello, en vuestra legítima defensa debíais rechazar este gobierno que quería deshonraros imponiéndoos un rey. Hoy, los criminales que ni siquiera habéis querido perseguir abusan de vuestra magnanimidad para organizar a las puertas de la ciudad un foco de conspiración monarquica, invocan la guerra civil, ponen en práctica todas las corrupciones, aceptan todas las complicidades, y hasta han osado mendigar el apoyo del extranjero.

Apelamos al juicio de Francia y del mundo por todos estos manejos execrables.

Sois dueños de vuestros destinos, y fortalecidos con vuestro apoyo los representantes que acabáis de nombrar repararán los desastres causados por el poder caído.

La industria comprometida, el trabajo suspendido, las transacciones comerciales paralizadas van a recibir un impulso vigoroso.

Desde hoy mismo, la esperada decisión sobre los alquileres, mañana sobre las deudas.

Todos los servicios públicos, restablecidos y simplificados.

La guardia nacional, en adelante única fuerza armada de la ciudad, reorganizada sin retraso.

Estos serán nuestros primeros actos.

Los elegidos del pueblo sólo os piden que les apoyéis con vuestra confianza para asegurar el triunfo de la República..

Por su parte, harán de ello su deber.

La Comuna de París, 29 de marzo de 1871

BREVES 

      • Los convoys de viajeros circulan en la mayor parte de las líneas, aunque hay controles, algunos en nombre del Gobierno de París, otros en nombre del Gobierno de Versales.
      • El alcalde provisional del 5º distrito (Panteón) informa que se retoman las distribuciones de auxilios como en el pasado.
      • Hoy se han distribuído en el Ayuntamiento ropas y zapatos a los guardias nacionales de diversos batallones.
      • Se puede leer en Le Cri du peuple [El Grito del Pueblo]:

El general Chanzy, puesto en libertad ayer por el Comité de París, ha llegado esta mañana a Versalles. El general ha llegado a pie atravesando los bosques; no ha creído conveniente tomar el ferrocarril, donde habría podido ser de nuevo detenido por los guardia nacionales estacionados en diversas estaciones, a las orillas izquierda y derecha.

29 de marzo: notas de un debate en la Internacional

Bertin. Una de las cuestiones que más nos deben preocupar es la relativa al orden social. Nuestra revolución ya se ha llevado a cabo la revolución, dejemos el fusil y retomemos las herramientas.

Goullé. No comparte en absoluto esta opinión, hay que mantenerse en guardia.

Hamet. La vigilancia es fácil de establecer, el trabajo es menos fácil; tomemos nuestras herramientas, al primer redoble del tambor sabremos volver a tomar el fusil.

Frankel. Apoyo esta idea: queremos fundar el derecho de los trabajadores y este derecho sólo se establece por medio de la fuerza moral y la persuasión; dejemos a los déspotas que hagan respetar la ley, tal como la entienden, con la metralla...

Publicado en el Diario Oficial

¡Mientra se sublevan las grandes ciudades en la provincia, una insurrección en Argelia reclama la Comuna! El Padre Trankil, al que hemos visto esta mañana en el XIIIº distrito, se felicita por el comunicado de los insurgentes argelinos publicado esta mañana. Al declarar « adherirse de la manera más absoluta a la Comuna de París», lamenta que esta declaración del 28 de marzo no haya llegado antes a París. "¡Si el pueblo argelino ha tomado a su vez las armas, pronto tendremos la república universal!". En el texto, los delegados explican su revuelta en estos términos, inquietantes para la reacción: "Todo Argelia reivindica las libertades comunales".

Ciudadanos,

los delegados de Argelia declaran, en nombre de todos sus representados, adherirse de la manera más absoluta a la comuna de París.

Argelia entera reclama las libertades comunales.

Oprimidos durante cuarenta años por la doble centralización del ejército y de la administración, la colonia ha comprendido desde hace tiempo que la liberación completa de la comuna es el único medio para llegar a la libertad y a la prosperidad.

París, 28 de marzo de 1871

Alexandre Lambert, Lucien Rabuel, Louis Calvinhac

Precisiones:

Alexandre Lambert, antiguo redactor del diario demócrata socialista El trabajador del Indre, es un deportado político tras su condena en 1852. Juega un papel importante en los movimientos republicanos entre colonos en Argelia desde el pasado septiembre. Actualmente está en París.

Recordemos que desde el 25 de marzo se instauró en la colonia el estado de sitio para hacer frente a la insurrección de la Kabilia, evitando a las ciudades republicanas para que no se considerara una medida política contra ellas.

Carta de Auguste Serraillier, obrero tallador de botas y Miembro del Consejo General de la Internacional enviado a París

París, 29 de marzo de 1871

Querida Jenny

He llegado esta mañana a las ocho, sin haber tenido el menor problema... Haz saber al señor Marx que esto está hoy casi como lo estaba durante el asedio. Lo que me he enterado es muy diferente a lo que cuentan esos cerdos reporteros ingleses.

Es falso que falte dinero y que lo hayan tenido que tomar de Rothschild, él mismo ha sido quien ha ofrecido dinero, que no se le ha aceptado. Lo único que no marcha es la apertura de los talleres. Por lo que parece, los patronos han hecho lock-out. En fin, todo París está en nuestras manos, desde todos los puntos de vista. Incluso tenemos la dirección de las oficinas de correos... Pierde cuidado, todo está tranquilo aquí y el funcionamiento de la administración no deja mucho que desear. Se diría que nuestros amigos han sido instruidos...

Gran número de patronos parisinos habían huido de París después del 18 de marzo, y habían encargado a sus gestores que desorganizasen la producción y saboteasen la experiencia revolucionaria en curso.

Testimonio

Martial Senisse, 20 años, albañil limusino

Hoy he ido a Versalles. En la estación he podido franquear sin problemas la barrera policial pero un oficial me ha confiscado un número del periódico La Cloche [La Campana] que llevaba en el bolsillo.

Cuando he llegado cerca del Castillo, había policías registrando el barrio. Buscaban a revolucionarios parisinos que se habían sido denunciados.

He visto al señor de Faugerolles... “En dos o tres semanas, me ha dicho, el gobierno podrá atacar París”.

En un café de Versalles, un comisario me ha pedido mis papeles. Quería llevarme como sospechoso, pero le he dicho que el despacho del señor Dufaure podía responder de mí, y se ha excusado. Me ha dicho que Versalles no era más que un cuartel, que muchos soldados volvían de Alemania... He pasado la noche en casa de un amigo... hacia las tres de la mañana, los hijos de la casa han traído a Jean Allemane. Los gendarmes y policías lo buscan en Versalles, donde había venido a montar un grupo. No sé cómo va a abandonar la ciudad. 

Efectivamente, el obrero tipógrafo Jean Allemane, miembro del Comité federal de la Guardia Nacional, se encontraba en Versalles para organizar un ataque contra la Asamblea, la Prefectura y el Hotel de las reservas, donde se alojan buen número de diputados. Había pedido la constitución de un grupo de 300 hombres que llegarían a Versalles en grupos pequeños, para reforzar el núcleo existente compuesto de marineros y tipógrafos, para tomar el Castillo, mientras que dos columnas atacarían la ciudad desde fuera. El proyecto era atacar el 27 de marzo. Desgraciadamente no se tomó la decisión, y Allemane, reconocido por policías, escapó por pelos a su detención.

En Narbona

La comuna de Narbona, decidida a mejorar su fuerza militar, ha tomado esta mañana posesión del Arsenal, los soldados presentes en su interior no lo han defendido y se han pasado inmediatamente a los insurgentes.

Pero el intento de incorporar a los soldados encerrados en el cuartel de St Bernard ha fracasado: los oficiales no han dejado entrar a los insurgentes y han impedido cualquier salida. Los comuneros han tomado después la estación, pero sin tomar medidas para impedir la circulación de trenes. Las tropas exteriores gubernamentales podían llegar sin obstáculos a Narbona.

Noticias de El Havre

Ayer tuvo lugar una reunión de nuestros conciudadanos de Alsacia y Lorena, en la sala Sainte Cécile en Le Havre. Una numerosa asistencia, más de doscientas personas, acudió al lugar designado. Fue precedida por el nombramiento de un comité, por elección, y después la asamblea resolvió acudir en ayuda de los habitantes de Lorena y de Alsacia, facilitándoles la obtención de lugares anteriormente ocupados en Le Havre por prusianos y alemanes.

Además, la reunión, compartiendo la buena idea emitida por la sociedad de empleados de comercio, para la creación en Le Havre de cursos gratuitos de lenguas vivas, ha decidido también proceder, a su costa, a la enseñanza de inglés y alemán. Los cursos organizados serán accesibles a todos los jóvenes de Le Havre, mayores de 14 años, que posean una instrucción primera suficiente para poder aprovechar las lecciones, sin distinción de profesión y sin ninguna obligación de dedicarse a una carrera especial. Los cursos serán gratuitos y obligatorios. Podría formarse así en Le Havre un núcleo de varios miles de jóvenes que, en un plazo bastante corto, dominen suficientemente la lengua alemana para que todas las casas de comercio de Le Havre puedan desembarazarse de la invasión pruso-alemana.

A debate

La Comuna de París se constituyó de entrada como un gobierno total, lejos de una simple municipalidad en el seno de un Estado.

Sus primeras decisiones muestran desde el principio esta voluntad. La estructuración del pueblo obrero en armas indica dónde se encuentraba el poder: en manos de los parisinos. Las decisiones de retirar en la ciudad todo poder a Versalles, de tomar posesión de los ministerios y de las funciones de todos los empleados de estos ministerios, son claras: sólo hay un poder en la capital, la Comuna.

Y esta Comuna tomó decisiones que aliviaron de manera inmediata a las y los parisinos, sobre todo la cancelación de meses de alquileres, por la razón de que “es justo que la propiedad haga su parte de sacrificios”: se atrevió a tocar el derecho de los propietarios.

Y esta Comuna decidió tener relaciones con los países europeos, “sobre todo con Prusia”..

Actuando así, la Comuna quería hacer que todas las ciudades de Francia se sumasen a su federación en el seno de una república social y universal. Como escribe Elie Reclus, la Comuna entendió claramente que la revolución se propague a Francia y más allá. Quería fundar un nuevo derecho para los trabajadores

¡Es una revolución!

Hasta ahora, el pueblo obrero había echado a los tiranos, había hecho revoluciones de las que se habían apoderado los escamoteadores de revolución, los republicanos burgueses. La idea comunalista de las libertades municipales fue más lejos que la simple demanda de autonomía de la ciudad, tenía la voluntad de instaurar medidas democráticas y sociales que ponían en cuestión el orden burgués existente. No podía aceptar la dominación del gobierno de Thiers. El pueblo obrero parisino había tomado el poder y gestionaba la ciudad por sí mismo, por el bien de la población entera.

Los burgueses que habían conservado su poder en Versalles comprendieron lo que estaba en juego. Se preparaban cuidadosamente para aplastar esta voluntad de poder democrático y social del pueblo obrero de París, este ejemplo de otra sociedad en germen, el socialismo. Basta con leer lo que escribieron, con escuchar lo que dijeron en la Asamblea, ellos no lo escondían.

Al poder del pueblo obrero parisino correspondía responder a este desafío, tanto en el plano político y social como en el militar.

Traducción: viento sur

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