Lo esencial de la jornada

En Versalles, la Asamblea Nacional insulta a los alcaldes y prepara la guerra contra París

Los alcaldes parisinos habían decidido enviar a la Asamblea Nacional a un grupo de delegados, ceñidos con su faja municipal, para convencer a los diputados de votar la organización de las elecciones municipales en París bajo su control.

Los alcaldes vuelven a París sofocados, la recepción ha superado todo lo que se podían imaginar. No sólo no ha obtenido nada, sino que además la mayoría antirrepublicana, monárquica y bonapartista, les ha llenado de injurias. Vosotros tendréis la culpa de lo que va a ocurrir, gritó Clemenceau a la asamblea, y Floquet añadió: "esa gente está loca".

Testimonio. Benoît Malon, 30 años, tintorero, periodista, 23 de marzo de 71, 18.30 horas.

Salgo del edificio de la asamblea bajo la influencia de una emoción muy dolorosa. El período de sesiones acaba de terminar con una de esas espantosas tormentas parlamentarias de las que sólo los anales de la Convención nos han legado el recuerdo; pero al menos, cuando se releen esas oscuras páginas de finales del siglo pasado, el desenlace siempre consuela la trágica tristeza del drama: la patria, la República, salen más grandes de esas crisis y el debate más atormentado da lugar a alguna resolución heroica.

No encontraréis nada parecido al final de mi relato.

Las dos primeras tribunas de la derecha de la primera galería se abrieron, y los espectadores que las llenaban se levantaron y abandonaron, apareciendo trece alcaldes de París, con sus fajas tricolores .

¡Inmediatamente estalló un frenético aplauso en todos los bancos de la izquierda con gritos de ¡Viva la Republica! a lo que algunos añadieron ¡Viva Francia! Entonces, en algunos bancos de la derecha se produjo ya no la ira, sino la furia, el delirio! Se llama a la agresión. ¡Se amenaza con los puños cerrados a los alcaldes!

Un buen número de diputados se dirigen a la tribuna, donde el desafortunado Baze sigue tratando de controlar la situación, y le muestran los puños cerrados l presidente. El alboroto es espantoso, indescriptible.

Por agotamiento, sin duda, el ruido disminuye. La extrema derecha coge su pertenencias y comienza a ganar la puerta. El Presidente, que ha estado haciendo sonar la campana de alarma en vano durante toda esta tormenta, hace lo mismo  y declara que se levanta la sesión, porque el orden del día está agotado. La agitación es máxima en la bancadas, que se van despejando poco a poco. Los pobres alcaldes están de pie, con rostros avergonzados y desolados. Arnaud, del Ariège, se unió a ellos y fueron los últimos en salir.

A la salida, veo mujeres de la alta sociedad, de lo más distinguido, con un gran corazón , que lloran por el espectáculo que acaban de presenciar. ¡Cómo las entiendo! ¿No es con nuestras lágrimas con las que debemos escribir la sombría página de la historia que hemos estado viviendo estos últimos meses? - Es así como los habitantes de Versalles entendían y querían la reconciliación.

Más allá de la acogida hecha a los alcaldes, las decisiones de la Asamblea preparan explícitamente la guerra contra el pueblo de París.

Una comisión propone que cada departamento ponga a disposición de Versalles un batallón de voluntarios, la única discusión está en saber si estos batallones dependerán del poder civil o del Ministerio de la guerra. Un diputado, el conde Rampont, explica la voluntad que tenía al apoyar esta propuesta: «Si el ejército está preparado, pido que marchemos sobre París. Pensando que no lo está, creía oportuno pedir hombres de orden a la provincia».

Estos acontecimientos se añaden a la circular de Thiers aparecida ayer. Los republicanos comienzan a inquietarse, a temerse todo de Versalles.

Durante este tiempo, en París el almirante Saisset hace colocar un cartel:

Queridos conciudadanos

Me apresuro a informaros que de acuerdo con los diputados del Sena y los alcaldes electos de París, hemos obtenido del gobierno de la Asamblea Nacional:

1° el reconocimiento total de nuestras franquicias municipales;

2. la elección de todos los oficiales de la Guardia Nacional, incluido su comandante en jefe

3. modificaciones de la ley de plazos

4. un proyecto de ley sobre alquileres, favorable a los inquilinos hasta aquí que incluye los alquileres de 1200 francos.

Hasta que confirméis mi nombramiento o me sustituyáis, permaneceré en mi puesto de honor, para velar por la ejecución de las leyes de conciliación que hemos conseguido, ¡y para contribuir al fortalecimiento de la República!

París, 23 de marzo de 1871 Vicealmirante Comandante en Jefe Provisional Saisset

Todo es una completa mentira, él sabe lo que ha ocurrido en Versalles, porque estaba allí, e incluso gritó junto a otros «¡Sí, llamemos a la provincia y marchemos sobre París!». Con este cartel pretende reagrupar a la veintena de batallones burgueses que dominan los distritos del centro.

El Banco de Francia intenta tergiversar

El millón que había sido abonado el último lunes se lo tragó la paga de los Guardias nacionales. El Banco prometió la víspera otro millón, pero sólo dió 300.000 francos a cuenta. Cuando Varlin y Jourde fueron a buscar la paga por la tarde, no se les atendieron. Entonces, el Comité decide enviar dos batallones ante el Banco, que libra finalmente este segundo millón. Los próximos días se podrián abonar las pagas.

Por la mañana, un batallón de Belleville tomó la alcaldía del 6º distrito. El Comité Central hizo ocupar la vía férrea en Batignolles para oponerse a la toma de la estación de St Lazare, y designó delegados para sustituir con autoridad a los alcaldes de los distritos 3º, 10º, 11º y 18º. Estas medidas hacen confiar en la celebración de las elecciones esa semana.

El Diario Oficial publicó la decisión tomada ayer de incorporar a las filas de la Guardia Nacional a los soldados actualmente en París "licenciados a causa de los últimos acontecimientos", hasta que una ley fije la reorganización de las fuerzas nacionales. En calidad de tales les corresponderá una indemnización.

El Comité Central adopta el texto para la organización de las elecciones el domingo 26 de marzo

La decisión se tomó la víspera, hoy se ha adoptado el texto para su organización, para publicarlos en carteles y  en el Diario Oficial.

El Comité Central, no habiendo podido establecer un acuerdo satisfactorio con los alcaldes, se ve obligado a proceder a convocar las elecciones sin su concurso;

En consecuencia, el Comité resuelve:

1º Las elecciones se harán en cada distrito y con la asistencia de una comisión electoral nombrada a este efecto por el Comité Central;

2º Los electores de la ciudad de París son convocados para el domingo 26 de marzo de 1871, en sus colegios electorales, a efectos de elegir el consejo comunal de París;

3º La votación se hará en escrutinio de lista y por distrito;

4º Se fija el número de consejeros en 90, esto es, uno por 20.000 habitantes y fracción de más de 10.000;

5º Según la población, se reparten tal como sigue:

Distrito Población Nº consejeros
I 81.665 4
II 79.909 4
III 92.680 5
IV 98.648 5
V 104.083 5
VI 99.115 5
VII 75.438 4
VIII 70.259 4
IX 106.221 5
X 116.438 6
XI 149.641 7
XII 78.635 4
XIII 70.192 4
XIV 65.506 3
XV 69.340 3
XVI 42.187 2
XVII 93.193 5
XVIII 130.456 7
XIX 88.930 4
XX 87.444 4
Total   90

6° Los electores votarán presentando la tarjeta que les fue expedida para la elección de diputados a la Asamblea Nacional, el 8 de febrero de 1871, EN LAS MESAS ELECTORALES Y SEGÚN EL PROCEDIMIENTO ORDINARIO;

7° Los electores que no hayan retirado su tarjeta en ese momento o que la hayan perdido después, participarán en la votación, previa comprobación de su inscripción en la lista electoral. Deben tener su identidad confirmada por dos votantes registrados en su sección;

8° El escrutinio se abrirá a las 8 de la mañana y se cerrará a las 6 de la tarde; el recuento de votos comenzará inmediatamente después del cierre del escrutinio.

Ayuntamiento, 23 de marzo de 1871.

(siguenlas firmas).

 

Reunión común del Consejo federal de la Internacional y de la Cámara federal de Sociedades Obreras

Esta vez estaban presentes muchas secciones barriales . En una vigorosa intervención de Léo Fränkel se decidió el apoyo absoluto al Comité Central. Se designaron los candidatos a las elecciones y se pidió al Comité Central inscribirlos en sus listas.

Extractos del debate

Fränkel: en este momento la cuestión para nosotros ya no es política, es social. Soy de la opinión de hacer un manifiesto en el que invitaríamos a los nuestros a votar por la Comuna... Reforzaremos al Comité Central con toda nuestra fuerza moral.

Aubry: Rouen está indeciso. Se asombra de que no haya un vínculo íntimo entre la Federación Obrera y el Comité Central. La revolución del 18 de marzo es completamente social, y los periódicos de toda Francia citan a la Internacional diciendo que ha tomado el poder...

Se adoptó el manifiesto electoral de la Internacional, por la igualdad social, la emancipación de los trabajadores, la instrucción.

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Asociación Internacional de Trabajadores Consejo Federal de Secciones de París

Trabajadores,

Una larga serie de reveses, una catástrofe que parece conducir a la ruina total de nuestro país, tal es el balance de la situación creada en Francia por los gobiernos que la han dominado.

¿Hemos perdido las cualidades necesarias para levantarnos de esta caída? ¿Hemos degenerado hasta el punto de resignarnos al despotismo hipócrita de quienes nos han entregado a los extranjeros, y de recuperar la energía sólo para que nuestra ruina sea irremediable mediante la guerra civil?

Los últimos acontecimientos han demostrado la fuerza del pueblo de París; estamos convencidos de que un entendimiento fraternal demostrará pronto su sabiduría.

El principio de autoridad es ahora impotente para restablecer el orden en las calles, para reactivar el trabajo en el taller, y esta impotencia es su negación.

La insolidaridad de intereses ha creado la ruina general, ha engendrado la guerra social; es a la libertad, a la igualdad, a la solidaridad a lo que hay que pedir que se asegure el orden sobre nuevas bases, que se reorganice el trabajo que es su primera condición.

Trabajadores,

La revolución comunal afirma estos principios, elimina cualquier causa de conflicto en el futuro. ¿Vais a dudar en darle su sanción definitiva?

La independencia del municipio es la prueba de un contrato cuyas cláusulas, libremente discutidas, pondrán fin al antagonismo de clase y garantizarán la igualdad social.

Hemos exigido la emancipación de los trabajadores, y la delegación comunal es la garantía de ello, porque debe proporcionar a cada ciudadano los medios para defender sus derechos, para controlar de manera efectiva los actos de sus mandatarios encargados de la gestión de sus intereses, y determinar la aplicación progresiva de las reformas sociales.

La autonomía de cada municipio elimina cualquier carácter opresivo de sus reivindicaciones y afirma la República en su máxima expresión.

Trabajadores,

Hemos luchado, hemos aprendido a sufrir por nuestro principio igualitario, no podemos retroceder cuando podemos ayudar a poner la primera piedra del edificio social.

¿Qué hemos pedido?

La organización del crédito, del intercambio, de la asociación, para asegurar al trabajador el valor total de su trabajo.

Educación gratuita, laica e integral;

El derecho de reunión y asociación, la libertad absoluta de prensa, la del ciudadano;

La organización a nivel municipal de la policía, las fuerzas armadas, la higiene, las estadísticas, etc.

Nos hemos dejado engañar por nuestros gobiernos, nos hemos dejado embaucar por sus juegos, mientras ellos acariciaban y reprimían alternativamente a las facciones cuyo antagonismo aseguraba su existencia.

Hoy los parisinos son clarividentes, se niegan a jugar el papel de un niño dirigido por el preceptor, y en las elecciones municipales, producto de un movimiento del que ellos mismos son autores, recordarán que el principio que preside la organización de un grupo, de una asociación, es el mismo que debe regir a toda la sociedad, y al igual que rechazarían cualquier administrador, cualquier presidente impuesto por un poder ajeno a su seno, rechazarán cualquier alcalde, cualquier prefecto impuesto por un gobierno ajeno a sus aspiraciones.

Hará valer su derecho, superior al voto de una Asamblea, a seguir siendo dueño de su ciudad, y a constituir su representación municipal como le parezca, sin pretender imponerla a los demás.

El domingo 26 de marzo, estamos convencidos de que los parisinos se sentirán orgullosos de votar por la comuna.

Los delegados presentes en la sesión nocturna del 23 de marzo de 1871:

Consejo Federal de las secciones parisinas de la Asociación Internacional, Aubry (federación de Rouen), Boudet, Chaudesaigues, Coifé, V. Dumay, A., Duchêne, Dupuis, Léo Frankel, H. Goullé, Laureau, Limousin, Martin, Léon, Nostag, Ch. Bochat.

Cámara Federal de Sociedades Obreras: Camélinat, Descamps, Evette, Galand, Haan, Hamet, Jance, J. Lallemand, Lazare, Lévy, Pindy, Eugène Pottier, Bouveyrolles, Spoetler, A. Theisz, Véry.

La situación en la provincia 

Versalles intenta aislar París de la provincia, que empieza a moverse. El Comité Central anuncia haber recibido ayer y hoy a "delegaciones de las ciudades de Lyon, Burdeos, Marsella, Rouen, etc,, que han venido a saber cuál era la naturaleza de nuestra revolución, y que han vuelto lo más rápido posible para ir a dar la señal de un movimiento análogo, que se prepara en todas partes".

La comuna de Lyon se hunde

Los cinco consejeros designados la víspera fueron recusados esta mañana.

El alcalde, que seguía instalado en el Ayuntamiento, en una oficina cercana a la de los insurgentes, organizó durante toda la jornada los batallones de orden.

A las 4 de la tarde, el Consejo Municipal recuperó sin oposición la sala de sesiones. Poco a poco, la multitud abandonóel lugar, la Comuna de Lyon se desvaneció.

Una comuna en Marsella

Marsella es una región que conoció esos últimos años importantes huelgas, sobre todo en las cuencas mineras. El 8 de agosto de 1870, una sublevación invadió la alcaldía y constituyó una Comuna, rápidamente disuelta por la policía.

En setiembre de 1870, un nuevo empuje revolucionario en torno a la guardia cívica y un principio de organización de un gobierno del Midi llevaron a la constitución de la Liga del Midi. Durante varias semanas se proclamó una Comuna revolucionaria, que fue disuelta en noviembre.

La insurrección parisina relanzó el movimiento.

El prefecto, el alcalde y el comandante de la guarnición habían previsto para hoy una gran manifestación del orden, con los «buenos elementos» de la guardia.

De hecho, sólo bajaron a la calle los guardias nacionales de los barrios populares, a los que pronto se unieron, en el patio de Belzunce, garibaldinos, francotiradores y soldados.

A los gritos de «¡Viva París1», la multitud invadió la Prefectura a comienzos de la tarde, y apresó al Prefecto.

Se ha puesto en pie una comisión, a la que se han sumado delegados del consejo municipal y de la Guardia Nacional. Los republicanos radicales son mayoritarios, los miembros de la Internacional están bien representados, aunque el militante más conocido en estos últimos meses, André Bastelica está en París desde comienzos de marzo y por tanto no es miembro.

La comisión departamental provisional a los habitantes de Marsella y del departamento de Bouches-du-Rhône

Ciudadanos,

Una sangrienta colisión había estallado entre nosotros. La guerra civil estaba presta a salir de las circulares y las irritantes provocaciones que un poder ciego lanzaba como desafio a las grandes ciudades francesas.

Hemos actuado.

Gracias a la unión de todos los grupos republicanos, se ha disipado el malentendido que amenazaba con armar a los unos contra los otros, los ciudadanos de una misma ciudad, los soldados de una misma causa. en una lucha fraticida que añadir a tantos otros desastres.

Hemos hablado de apaciguamiento, de conciliación. Marsella ha respondido a nuestro llamamiento con una imponente manifestación. No se ha vertido ni una sola gota de sangre. Esperaban dividirnos en dos campos: Marsella ha sido unánime en declarar que apoyará al gobierno regularmente constituído, que reside en la capital.

Por eso, todos juntos hemos afirmado el amor por la República, nuestra simpatía por la heroica capital mártir que, ella sóla, habría salvado a nuestra patria, si nuestra patria hubiera debido ser salvada.

Tras haber escapado al peligro, a fuerza de patriotismo y de cordura, Marsella ya no podía tener confianza en la administración prefectural.

La opinión pública exigía una satisfacción.

El consejo municipal, con el concurso de todos los grupos republicanos de la ciudad, ha decidido constituir la comisión departamental, encargada de administrar provisionalmente el departamento de Bouches-du-Rhône y la ciudad de Marsella.

Los miembros de esta comisión provisional se han puesto inmediatamente a la obra. Cuentan con vuestro concurso y con vuestra confianza.

Mantened con nosotros el orden en la ciudad, volver tranquilamente a vuestros trabajos; que el comercio y la industria retomen pronto el desarrollo pacífico que debe contribuir al levantamiento de nuestra patria.

Vigilamos noche y día por la República, hasta que una nueva autoridad, derivada de un gobierno regual, residente en París, venga a relevarnos de nuestras funciones.

¡Viva París!

¡Viva la República!

Marsella, 23 de marzo de 1871

Los miembros de la comisión departamental provisional del departamento de Bouches-du-Rhône

GASTON CRÉMIEUX, ÉTIENNE PÈRE, JOB, BOSC, DAVID, DESSERVY, SIDORE

Consejeros municipales:

MAVIE, ALLERINI, GUELLARD, BARTHELET, ÉMILE BOUCHET, CARTOU

En resumen, la decisión del día:

  • organizar las elecciones del 26 de marzo
  • integrar en la Guardia Nacional a los soldados desmovilizados

A debate. ¿A dónde vamos?

Los debates en la Asamblea Nacional, las declaraciones del gobierno son claras:consideran que ha habido una insurrección, que se ha emprendido una guerra civil, que si han abandonado a capital es desde luego con el proyecto de volver para imponer su ley al pueblo obrero de París.

No se detienen en las decisiones formales tomadas por el Comité Central, las medidas conservadoras, la organización de las elecciones. Estiman, como el director del Banco de Francia, que el Comité Central es un gobierno de hecho.

La situación no es la misma que tras el 4 de setiembre, en el momento en que la toma del poder en París significaba que el poder había caído en toda Francia. Es una ilusión pensar que se puede hacer una revolución popular en París sin enfrentarse al poder central que sigue estando en pie, o hacer como si se nada.

Más allá de las declaraciones estrictamente republicanas y las elecciones de la Comuna, la dinámica revolucionaria está en marcha. Cuando miles de personas reclaman la supresión de la policía, del ejército permanente y su sustitución por «la nación en armas», la requisa de los bienes necesarios para la vida, llamando al derrocamiento del gobierno, al socialismo, el movimiento tiene que superar las estrictas cuestiones municipales.

Lo que ocurre en París desde hace varios meses, con comités que se organizan en los barrios, municipallidades que se autogobiernan sin ningún control posible del poder central, que han sido capaces en dos días de suplir todas las carencias de los funcionarios que han abandonado la capital, demuestra que la voluntad de las y los parisinos movilizados va más allá de la simple elección de una nueva municipalidad.

Ha habido una insurrección, y hoy está en marcha una revolución que quiere que los ciudadanos libres se gobiernen a su manera, sin dictadura de ningún tipo, acabando con la opresión cotidiana.

Esta dimensión social global de la dinámica revolucionaria en curso abre un enfrentamiento de amplitud, que hay que abordar con la mejor relación de fuerzas, desde luego en París, pero también a nivel nacional. Hay que trabajar en su construción para ganar influencia..

Traducción: viento sur

 

 

 

 

 

 

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