Ya han jurado [el 22 de octubre]. Los ministros del gobierno de Giorgia Meloni han prestado juramento de manera hipócrita sobre la Constitución republicana y antifascista [de diciembre de 1947, entrada en vigor en enero de 1948]. Por tanto ha nacido el nuevo gobierno Meloni y el presidente de la República, Sergio Mattarella [desde febrero de 2015] lo ha ratificado.

La nueva primera ministra, para alardear de su “espíritu de decisión” y de su “eficacia”, ya había aceptado la función el viernes 21 de octubre sin la tradicional “reserva”, es decir la pausa de reflexión que los presidentes del Consejo se conceden habitualmente para consultar a los partidos de la mayoría. La prensa generalista, tras haber constatado, con gran decepción en julio y después ante los resultados de las elecciones del 25 de setiembre, el sonado fracaso del “gobierno de los mejores” [de Mario Draghi], comenta ahora de manera positiva el “hecho histórico” de que una mujer sea por primera vez presidenta del Consejo [primera ministra]. Incluso la fuerza que, no se sabe bien por qué, se denomina “oposición”, “saluda” este hecho.

Pero volvamos al gobierno que ha entrado en funciones. Conviene detenerse en la nueva definición de los ministerios, que indica también la orientación “cultural” en que se inspiran la presidenta del Consejo y su entorno.

El Ministerio de la Transición ecológica se convierte en el Ministerio de Medio Ambiente y Seguridad Energética, suprimiendo cualquier referencia a la ecología, tan indigesta para esta derecha intrínsecamente negacionista, como lo confesaba con candor el famoso editorial, hace ya algunos años, del gurú del diario Libero, Vittorio Feltri, titulado “El medio ambiente dañado por los locos y no por el calor”.

El Ministerio de Desarrollo económico es ahora el Ministerio de la Empresa y del Made in Italy, justo para destacar la suspensión del término neutro de “desarrollo económico” y para revalorizar aún más la “centralidad de la empresa nacional”. Desde esta óptica, la transformación del Ministerio de Agricultura en Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria reviste también un significado nacionalista. El hecho de que el término sea también utilizado por el gobierno macronista francés [Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria, dirigido por Marc Fesnau] sólo puede consolar a quienes no comprenden que el presidente transalpino es también, aunque con un estilo más chic, un campeón de la “grandeza nacional”.

El Ministerio de Igualdad de oportunidades amplía su esfera de intereses y se convierte en el Ministerio de la Familia, la Natalidad y la Igualdad de Oportunidades, para asegurar la “tregua” de las luchas por la liberación de las mujeres que, en un contexto de crecientes ataques políticos y culturales, deben contentarse con el hecho de que una de ellas se convierta en la primera ministra del gobierno. Un gobierno que cuenta con el menor número de mujeres ministras de estas últimas décadas (sólo 6 de 24).

Para no alargarnos, recordemos que el Ministerio de Educación (que el gobierno Berlusconi ya había despojado del adjetivo “público” a comienzos de los años 2000) se convierte ahora en el Ministerio de Educación y del Mérito. Un elocuente añadido. El “mérito” y la autodenominada “meritocracia” han sido siempre la obsesión de la clase dirigente y de todos sus lacayos, ya sean de derecha o de “centro izquierda”. El término se ha vuelto una expresión positiva, aunque fue inventado hace varias décadas por el escritor británico Michael Young [1915-2002] para designar una forma de gobierno “distópica” caracterizada por una injusticia social inherente y devastadora.

Lo “nuevo” en el gobierno

Y ahora la composición del gobierno (9  ministros de Fratelli d’Italia, 5 de Forza Italia, 5 de la Lega y 5 “técnicos”). Se trata de un gobierno que se sitúa en continuidad con los gobiernos Berlusconi del pasado. Muchos ministros, incluída la Primera Ministra Giorgia Meloni, dirigieron en el pasado ministerios en los tres gobiernos Berlusconi. Pero hay también algunos nombres que señalan la continuidad con el gobierno Draghi: en primer lugar, Giancarlo Giorgetti[1], promovido de ministro de desarrollo económico de Draghi a ministro de economía y finanzas. Por su contenido se verá sobre todo la continuidad con el gobierno de los banqueros.

Giorgia Meloni se ha rodeado de fieles, de confesada fé “post-fascista”[2], comenzando por Francesco Lollobrigida, sobrino de la famosa actriz Gina Lollobrigida, antigua candidata al Senado por la lista “roja-parda” de la “Italia sovrana e popolare”, y sobre todo marido de la hermana [Ariana Meloni] de la primera ministra, actualmente ministro de Agricultura y de Soberanía Alimentaria [militó en el Fronte della Gioventù, organización juvenil del MSI, desde 2013 es responsable organizativo de FdI -ndr]; también Luca Ciriani, antiguo jefe de grupo del FdI en el Senado, hoy ministro de Relaciones con el Parlamento [comenzó también su actividad política en el MSI, después en Alleanza Nazionale para entrar en las instituciones -ndr]; Gennaro Sangiuliano es ministro de Cultura, fue director de información en la RAI-2 [presente en numerosos periódicos y profesor de periodismo en la Universidad de Salerno, después en la Luiss Guidi Carli en Roma -ndr].

Giorgia Meloni ha tenido que renunciar (al menos, de momento) a Giovanbattista Fazzolari, porque en los últimos días el semanario L’Espresso reveló la existencia de algunos tweets particularmente ultrajantes contra el presidente Mattarella [Fazzolari inició su carrera política en el Frente de la Juventud, después pasó al MSI y la Alleanza Nazionale -ndr]. Fazzolari ha suprimido a toda prisa los tweets, pero esto no ha sido suficiente para que la presidenta del Consejo integre en el equipo ministerial a quien era considerado uno de sus inspiradores.

Hay que añadir a Guido Crosetto, nombrado ministro de Defensa [ya había sido subsecretario de Defensa en un gobierno Berlusconi; está vinculado a medios económicos, entre otros a sectores industriales de armamento: sectores de armamento naval y aeroespacial -ndr]. Aunque de “cultura demócrata-cristiana”, ha sido y sigue siendo uno de los artesanos del resistible ascenso de Giorgia Meloni.

La “cultura” de los ministros

La orientación cultural del gabinete ministerial se manifiesta también en el hecho de que una gran parte de los ministros (y no sólo los de FdI) han sido formados en las filas del MSI, en su organización de juventud Fronte della Giuventù, o, los más jóvenes, en Alleanza Nazionale. Pero esta orientación se confirma también en el florilegio de declaraciones explícitamente reaccionarias e incluso neofascistas de muchos nuevos ministros.

Tomemos algunos ejemplos, comenzando por el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, miembro de Forza Italia, Antonio Tajani, que dio sus primeros pasos políticos en el seno del Frente de la Juventud Monárquica (del que se sigue diciendo estar convencido de los principios fundadores). Hace sólo tres años declaraba su admiración por Mussolini que, “aparte de algunos errores”, habría hecho “también cosas buenas”. Se ha pronunciado claramente contra la renta de ciudadanía, porque acabaría “en el bolsillo de los gitanos y de ciudadanos no europeos”. Antonio Tajani es también un campeón particularmente hábil en sus retractaciones. Cuando se le señaló en su momento que estas declaraciones eran incompatibles con su función de presidente del Parlamento Europeo, difundió una declaración a la prensa en la que presentaba sus excusas “a quienes se hayan sentido ofendidos por mis palabras, que podrían justificar o banalizar un régimen antidemocrático y totalitario. Mussolini y el fascismo han sido la página más sombría de la historia del siglo pasado”. De igual manera ha conseguido, sin desautorizar a su jefe, tomar distancias con las declaraciones de Silvio Berlusconi sobre Putin [En Bruselas, estrechó lazos con Mariano Rajoy del PP español, con Sebastian Piñera, ex-presidente de Chile, y con Juan Guaidó -ndr].

El florilegio de bromas reaccionarias atribuidas a Roberto Calderolli -en adelante ministro de Asuntos Regionales y de las Autonomías-, que siempre se ha caracterizado por “decir lo que piensa”, es particularmente denso. Algunos ejemplos: “la civilización gay ha transformado la Padania en un recipiente de maricones”; las palabras dirigidas en la televisión a la periodista de origen palestino Rula Jebrial, “detengan a esta dama, la morena de allí abajo, la del desierto y el camello”; o también, comentando la victoria del equipo nacional italiano contra Francia en la Copa del Mundo de fútbol: “Es la victoria de nuestra identidad, de un equipo compuesto de lombardos, campanos, venecianos o calabreses, que ha ganado contra un equipo compuesto de negros, islamistas y comunistas”; o incluso, la petición a los manifestantes de la gay pride: “arrepentíos y el buen Dios sacrificará un ternero cebado” [alusión a la vuelta del hijo pródigo], o aún más, calificando de “orangután” a la ministra de origen africano Cécile Kyenge [miembro del Partido Demócrata, ministra para la Integración]. Sin olvidar otras perlas, como que “hay grupos étnicos que tienen una mayor propensión a trabajar y otros menos”, “¿Dar el derecho de voto a los ciudadanos no europeos? Un país civilizado no puede hacer votar a bingo-bongos que todavía hace pocos años andaban por los árboles”…

El historiador y profesor de derecho romano “gentilista”[3] Giuseppe Valditara (Lega) es ahora ministro de Educación y (sobre todo) del Mérito. Ya le hemos visto en acción en el sector escolar como redactor de la “reforma Gelmini” de 2010 [Mariastella Gelmini era entonces ministra de Educación bajo el gobierno Berlusconi IV]. Es autor del fascículo distribuido como suplemento del diario de Berlusconi, Il Giornale, titulado de manera significativa “El Imperio romano destruido por los inmigrantes”. [Cercano a Gianfranco Fini, entró en el Parlamento como senador de la Alleanza Nazionale, donde estuvo de 2001 a 2013. Se acercó más tarde a la Lega de Matteo Salvini -ndr]

En lo que se refiere a la actividad futura del gobierno Meloni en materia social y sindical, el nombramiento de Marina Elvira Calderone como ministra de Trabajo y de Políticas Sociales es significativo por su función, desde 2004, de presidenta del Consejo nacional del Colegio de consultores laborales. Dicho de otra manera, de los profesionales que ayudan a las empresas a reducir al máximo el “coste del trabajo”. Está alineada con los FdI. Bajo el gobierno Renzi, fue una fan del Jobs Act [liberalizando el llamado mercado de trabajo en 2016]. Es una feroz opositora a cualquier medida sobre salario mínimo, como ardiente partidaria de un verdadero “mínimo salario”, esto es, la posibilidad de las empresas de pagar a los asalariados lo menos posible [entre otras formas, facilitando la exclusión de la plantilla de una empresa de los trabajadores y trabajadoras sometidos a una flexibilidad de lugar y de horarios]. Se sitúa como crítica de derecha de la contrarreforma de Draghi sobre el código de contratos, porque, según ella, esta contrarreforma es “todavía demasiado coercitiva para las empresas”.

La carrera de los ministros

Las carreras de los recién nombrados ministros son también muy reveladoras. Como la de Eugenia Roccella (FdI), ministra de Natalidad (y eventualmente también de Familia y de Igualdad de Oportunidades). Esta antigua feminista abandonó hace veinte años su compromiso en el Partido Radical [su padre, Franco Roccella, era uno de los fundadores], pasando de este tipo de militantismo [en 1975 había publicado un libro titulado Aborto, facciamolo da noi – Aborto, hagámoslo nosotras mismas] a Forza Italia (que le aseguró su elección como diputada) y después a Fratelli d’Italia[4]. O como la carrera de Alessandra Locatelli [Lega y amiga personal de Matteo Salvini], ex-”alcaldesa adjunta” de la Liga en Como y responsable de la política de la ciudad lombarda contra vagabundos, migrantes y organizaciones no gubernamentales (cierre del centro para migrantes, prohibición de mendigar durante las vacaciones de navidad, iniciativas anti-islámicas, etc.), lo que le ha valido la etiqueta de “sheriff”.

En cuanto a Maria Elisabetta Alberti Casellati [Forza Italia], ha sido portada en los periódicos más por su utilización casi cotidiana [124 vuelos entre mayo de 2020 y abril de 2021] del avión de Estado (a cargo de los contribuyentes) que por sus actividades de presidenta del Senado, una posición que debía a Silvio Berlusconi. [Se adhirió a Forza Italia en 1994 y ha sido elegida en siete ocasiones para el Senado]

Muchos de ellos son políticos profesionales, que han ascendido los escalones de la extrema derecha, desde los puestos de consejeros municipales a los de diputados. Sin embargo, el curriculum de muchos de ellos pregona con orgullo una experiencia de gestión en empresas privadas o en organismos públicos (Magneti Marelli, Fiat, Iveco, Acea, Coni Servizi Spa, McCormack Group, Img Media, Media Partners Grouo, etc,).

Conviene mencionar entre otros, siempre en perfecta continuidad con el estilo Berlusconi, los flagrantes conflictos de intereses de Daniela Santanché, propietaria de varias “prestigiosas empresas turísticas” y al mismo tiempo nombrada ministra de Turismo. [Trassus relaciones con Ignazio La Russa en el Milan de los años 1990 en las filas de la Alleanza Nazionale, ha pasado por diversas formaciones para unirse a Forza Italia y, en 2017, a FdI]. En cuanto a Guido Crosetto, uno de los fundadores de FdI, propietario de la sociedad de lobbying Csc & Partners Srl (activa en la industria militar), consultor cercano a Leonardo (la fábrica de armamento más importante de Italia, ex-Finmeccanica), presidente de Orizzonte (una empresa del sector naval de guerra), presidente de la Federación de empresas aeroespaciales italianas, es ahora el nuevo ministro de Defensa.

Berlusconi y su “muy amable” carta

Algunas palabra sobre la tempestad que ha desencadenado Silvio Berlusconi en la “zona Cesarini” [dicho de otra manera, en los últimos minutos, metonimia deportiva] en vísperas de la formación del gobierno y sobre sus intercambios de cartas y de los regalos “más agradables” con Putin[5]. Desde luego, en la intención del líder de Forza Italia estaba el deseo de hacer comprender inmediatamente a Giorgia Meloni que gobernar no le será un asunto fácil. Como han señalado varios comentaristas, la proeza del antiguo cavaliere ha tenido como efecto empujar a Giorgia Meloni aún más lejos en la vía de la continuidad “atlantista” de Mario Draghi [confirmado el 25 de octubre en su discurso de política general ante la Cámara de diputados].

Pero las palabras de Berlusconi son también un intento de hacer responsable, a FdI y a Meloni, del malestar de una parte de la burguesía (y de la pequeña burguesía) italiana que, a causa de las sanciones y del bloqueo comercial con Rusia ,se ha quedado huérfana de la práctica de negocios con los oligarcas del gigante eurasiático post-soviético en sectores como la energía, el turismo, los yates y la confección de lujo. Estas frases, fácilmente divulgadas en los medios de comunicación, cuando el partido post-fascista de Giorgia Meloni, por razones de fuerza mayor, está obligada a posicionarse “más al centro”, sirven a Berlusconi para ocupar la posición más a la derecha, la del campeón del “pacifismo pasota y mercantil”, cogiendo a contrapié a Matteo Salvini que se proponía ocupar esa misma posición, aunque de manera más tímida y torpe.

No sabemos en qué medida este posicionamiento pueda ser costoso para Forza Italia en términos electorales (las elecciones regionales en el Lacio y Lombardía están cercanas).

Próximas fechas

Los imperativos de la situación actual exigen que la movilización social en los lugares de trabajo y en la sociedad sea lo más unida posible, contra la inflación, la degradación de las condiciones de vida, junto con la movilización política por los derechos civiles y sociales, la cultura democrática y antifascista.

Se perfilan citas después de la manifestación de Bolonia del sábado 22 de octubre, que ha reunido a unas 15.000 personas. Pretendía reunir fuerzas  haciendo referencia a la temática “Convergere per insorgere” (Converger para rebelarse). Esta iniciativa había sido lanzada por el Collettivo di Fabbrica GKN. Entre otros, se han sumado Fridays for Future, Assemblea No Passante Bologna, Rete Sovranità Alimentare Emilia-Romagna… Una cita similar está fijada en Nápoles para el 5 de noviembre, a iniciativa, entre otros, del “Movimento di Lotta – Disoccupati 7 Noviembre”. Se perfila así mismo una huelga unitaria del sindicalismo de base para el 2 de diciembre. Son los tests que podrían permitir captar el clima socio-político en la coyuntura definida por la presencia del gobierno Meloni, que pretende ser de larga duración.

Fabrizio Burattini

Artículo publicado en Rosa Rossa, el 23 de octubre de 2022, y actualizado el día 26 de octubre. Reproducido por À l’Encontre.

Traducción desde la versión francesa: viento sur

[1]Giancarlo Giorgetti, de 55 años, estudió en la Universidad Bocconi de Milán, universidad con una orientación económica neoliberal. Tras haber frecuentado el movimiento juvenil del MSI (Movimiento Social Italiano, fascista), se pasó a comienzos de los años 1990 a la Liga del Norte de Umberto Bossi. Más tarde será secretario de la Lega de Lombardia hasta 2012 y vicesecretario federal de la Lega de Salvini. Fue Subsecretario de Presidencia en el primer gobierno Giuseppe Conte, de junio de 2018 a setiembre de 2019, y después participó en el gobierno de Mario Draghi de febrero de 2021 a octubre de 2022. (Redacción de À l’Encontre)

[2]El concepto post-fascista fue inaugurado a su manera por el Movimiento Social Italiano, en su congreso de 1948, con la fórmula “No renegar, no restaurar». La Alleanza Nazionale, que fusiona en el plano electoral al MSI y la Destra Nazionale, le da una tonalidad “nacional-conservadora». Fratelli d’Italia se sitúa en la línea del MSI y de la Alleanza Nazionale, con este relente “port-fascista».(Redacción de À l’Encontre)

[3]Reivindicando a Giovanni Gentile (1875-1944), que fue una de las figuras de la ideología fascista. Desde 1923, fue el iniciador de la instrucción pública del régimen mussoliniano. Se sumó en 1943 a la República social italiana, conocida bajo el nombre de la República de Salo, bajo protección hitleriana. Fue abatido por la resistencia en abril de 1944. (Redacción de À l’Encontre)

[4]A finales de enero de 2018, Eugenia Roccella afirmaba: “Hoy día, la gente no trae niños al mundo, no sólo porque no hay protección social adecuada, sino también porque ha cambiado la cultura». En el gobierno Berlusconi IV fue Subsecretaria de Salud. En su evolución, no ha dejado de afirmarse en una orientación católica ultraconservadora. En 2013 fundó el primer comité contra el “alquiler de úteros» (gestación subrogada). (Redacción de À l’Encontre)

[5]Según Le Monde del 20 de octubre de 2022, en un extracto de audio, grabado por un parlamentario de Forza Italia y difundido el miércoles 19 de octubre, se oye a Silvio Berlusconi explayarse sobre la guerra en Ucrania, en compañía de electos del partido reunidos en una sala del palacio Montecitorio, sede de la Cámara de diputados, “He retomado el contacto con el presidente Putin, un poco… en fin, un poco mucho”, confía el antiguo presidente del Consejo, que cuenta que para su aniversario -cumplió 86 años el 29 de setiembre- el dirigente ruso le envió “veinte botellas de vodka y una carta muy amable”. “Le respondí con botellas de Lambrusco y una carta igualmente amable. Me ha dicho que yo era el primero de sus cinco auténticos amigos”, continuó. (Redacción de À l’Encontre)

 

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