Domingo Méndez Rodríguez, fallecido el pasado sábado 29 de enero, siempre sostuvo una constante en su quehacer militante y una continuidad de su acción política desde que empezó a tomar conciencia a lo largo de su vida como persona implicada en la lucha social y política por más de 50 años y que resaltan la mayoría de saludos, referencias y comentarios recibidos estos días.

Domingo luchaba por cambiar este mundo injusto y quería ir al fondo de los problemas, sin prestarse a componendas con el poder, ni utilizar artimañas ajenas a los objetivos de la lucha. Pero también, tenía la firme convicción de que podíamos hacerlo con la amplia participación y determinación colectivas. Cuando se entregaba a una causa, lo hacía con constancia, firmeza, voluntad y rigor. Ya fuese la lucha bajo la dictadura franquista, un comité de huelga docente, la construcción de un sindicato para luchar por derechos laborales, la pelea por las reivindicaciones vecinales dentro y fuera del ayuntamiento en su pueblo de Tegueste o la autoorganización del movimiento pensionista. En todas las tareas ponía pasión, dedicación y análisis de la realidad. Hemos tenido la suerte de contar con su experiencia y voluntad para la construcción de lo que fuera la tarea en cada momento.

Domingo insistía en la necesidad de proponer alternativas que dieran una salida a los conflictos, levantando reivindicaciones sencillas, comprensibles, que ayudaran a unir, organizar y en su caso movilizar, ya fuera afrontar una lucha sindical en un sector laboral, la protesta pacifista contra la intervención imperialista en Irak o la lucha sostenida en defensa del sistema público que incluyese unas pensiones dignas y suficientes para todas las personas. Sostenía que no estábamos solamente para acompañar las luchas, sino además para ayudar a ganarlas. Consideraba además, que para ello era necesaria la participación colectiva, mediante asambleas, mecanismos de autoorganización, siempre defendiendo la independencia de clase frente a los explotadores y sus agentes.

Una de las tareas a la que Domingo entregó su tiempo en estos últimos años fue la construcción de Anticapitalistas y en especial al impulso de Anticapitalistas Canarias, haciéndolo desde la implicación en la lucha obrera y popular en las islas y aportando su experiencia militante en la Coordinadora Confederal de la que formó parte hasta el Congreso de Anticapitalistas celebrado el pasado diciembre.

Domingo Méndez consideraba clave para una militancia anticapitalista la cuestión de la formación política, para tener criterios propios, para asumir conscientemente los planteamiento políticos y estratégicos de nuestro movimiento  y para la comprensión de la realidad que pretendemos transformar. Por ello puso mucho empeño en la participación desde Canarias en la Universidad de Verano de Anticapitalistas.

Asimismo, ponía el acento en que una organización como la nuestra se tiene que construir con el análisis y conocimiento de la realidad del territorio en el que interviene, en nuestro caso Canarias. Se preocupó de sintetizar esa realidad en su seguimiento diario de la prensa, en sus elaboraciones en distintas épocas de su vida o en los análisis concretos pero que en ningún caso se perdiese un horizonte socialista e internacionalista apoyado en el programa, el análisis, la acción y el acervo marxista revolucionario de la IVª Internacional.

Domingo sabía de la fuerza de la democracia de los de abajo, de la democracia directa, De ahí su compromiso contra la especulación y el ejercicio democrático que fueron Asamblea por Tenerife y Coordinadora de Pueblos y Barrios; sino que enseguida vio, la enorme potencialidad del 15M en tanto que ruptura con un régimen que se había acostado franquista y levantado demócrata y al que llevaba combatiendo toda su vida, siendo represaliado y procesado por el franquismo en 1976 y amnistiado en 1977 cuando militaba en la LCR.

Tras la transacción del régimen franquista a régimen del 78 no fue de los que se resignaron ante esa nueva imposición y la apuntalaron: orgulloso y firme, siguió defendiendo los derechos y libertades de las personas oprimidas y explotadas en este Estado, presto a crear resistencia social y las condiciones para romper el candado de aquel régimen nacido de las entrañas del franquismo que seguimos sufriendo hoy, defendiendo el derecho de autodeterminación de los pueblos del Estado español, incluido el pueblo canario, en la aspiración a repúblicas libres y confederadas.

Del No a los pactos de Moncloa al No a la OTAN y al No a la guerra, al seguimiento de todas las huelgas generales... Ecología, defensa del territorio, defensa de la salud y enseñanza pública con el papel jugado en Enseñantes Asamblearios de Canarias...En Izquierda Unida o después en Podemos hasta nuestra salida colectiva, peleando por un programa de transformación social, o en los últimos años con su participación en primera línea en el movimiento de defensa de las pensiones públicas en Canarias, con su compromiso con la COESPE y por unas pensiones públicas dignas. La lista se hace interminable... Tanta como su ansia de libertad y justicia social, tanta como el vacío que nos deja un ser humano, lleno de auténtico altruismo y generosidad. Una generosidad que demostraba teniendo siempre un momento para sus compañeros y compañeras en esta época en la que el tiempo escasea.

Y su ofrecimiento vital, ya no solo en forma de dinero y de tiempo, alojando a compañeros y compañeras, haciendo más leves los eventuales apuros económicos de distintas personas; sino hasta cocinando en sus últimos tiempos para las personas migrantes acampadas en Las Raíces, víctimas del capital imperialista, la ferocidad del océano y el racismo institucional perpetrado por la Unión Europea y el gobierno del Estado.

Se nos ha ido un hombre bueno. Se nos ha ido un hombre justo. Se nos ha ido, en definitiva, un amigo, un compañero, un camarada. Te queríamos y te queremos mucho.

Sean estas palabras, agradecimiento y digno homenaje para quien nos dio tanto, pero también tengamos presente lo que nos repitió hasta que le abandonó el habla: hay que seguir luchando, hay que seguir organizándonos, trabajando con los movimientos, haciendo propuestas, seguir con la bandera que nadie en vida le pudo arrebatar.

Gracias por todo, compañero Domingo, hasta siempre, ¡Socialismo o barbarie!

Manuel de la Rosa Hernández y Marco Lojo Jiménez son militantes de Anticapitalistas Canarias

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