Tras la huída de Blaise Compaoré, la puesta en marcha de la transición se anuncia compleja. Aparecen nuevos conflictos. La alegría de la población ante el
anuncio de la huída de Blaise Compaoré ha sido de corta duración. Hay que rendirse ante la evidencia, diferentes fuerzas se enfrentan por el liderazgo de
la transición. Pero para comprender todo esto, es necesario saber qué pasó realmente los días 30 y 31 de octubre.

La preparación de la insurrección popular

Fue el 20 de octubre cuando el consejo de ministros anunció que el proyecto de cambio constitucional que debía permitir a Blaise Compaoré permanecer en el
poder, iba a ser presentado en la Asamblea Nacional. Desde el 21 de octubre se desarrollan manifestaciones en Uagadugú, esencialmente cortes de carretera
para intentar bloquear la circulación. Se hicieron más organizadas algunos días más tarde con el refuerzo de Escoba Ciudadana (Balai Citoyen, ver
más adelante “Las fuerzas en presencia”. NdT) y de los comités contra el referéndum. Se desarrollaron casi sin interrupción cortes de carretera, tentativas
de ocupación de plazas y caravanas que recorrían la ciudad. El 27 de octubre fueron las mujeres quienes se manifestaron ante la Casa del Pueblo y salieron
a la calle, y a la cabeza de ellas Saran Séréme, mucho tiempo diputada del CDP, que ha creado un partido de oposición hace poco más de un año.

La manifestación del 28 de octubre, convocada por el Jefe de Filas de la Oposición y organizaciones de la sociedad civil fue un extraordinario éxito. Se
avanzó la cifra de un millón de personas. Es difícil verificarla, cuando Uagadugú cuenta con 4 millones de habitantes. El Jefe de Filas de la Oposición
había llamado a la desobediencia civil sin, al parecer, dar entonces consignas precisas.

Por el contrario, teniendo a su cabeza a dirigentes de Escoba Ciudadana, algunos jóvenes intentaron acampar en la plaza, bautizada de nuevo como Plaza de
la Revolución, el nombre que llevaba durante la revolución. A la muerte de Thomas Sankara, se convirtió en la “Plaza de la Nación”. Se les sumó un antiguo
compañero de Thomas Sankara, el capitán Boukary Kaboré, jubilado del ejército. Llegaron las fuerzas del orden. Tras negociaciones, los dirigentes de Escoba
Ciudadana aceptaron abandonar los lugares para evitar la violencia y fueron a recorrer la ciudad para convocar a la población. El día siguiente de nuevo
recorrieron la ciudad en caravana llamando a la población a reunirse alrededor de la Asamblea Nacional el 30 de octubre, fecha en la que debía ser sometida
a votación, en la Asamblea Nacional, el proyecto de cambio de constitución. Y por la noche se han concentrado de nuevo, determinados a pasar la noche al
raso, en la plaza de las Naciones Unidas, cercana a la Asamblea Nacional. Entonces las fuerzas del orden han cargado violentamente contra ellos. Los
diputados sido poco a poco encaminados hacia el hotel Independencia Azalai, cercano a la Asamblea Nacional, para que pudieran acudir sin problemas.

Por su parte el Jefe de Filas de la Oposición, había publicado un comunicado en el que exigía al presidente de la Asamblea Nacional que permitiera a la
población seguir los debates. La atención de los principales partidos políticos estaba centrada en la preparación de los debates. Intentaban convencer a
los diputados del CDP o de la ADF RDA partidarios del cambio constitucional de que votaran contra su partido. Señalemos sin embargo que el lenguaje es un
poco diferente por parte de Bénéwendé Sankara, presidente del Frente Progresista Sankarista que en un comunicado llama a la insurrección popular.

30 de octubre, la insurrección popular

El día D, el 30 de octubre. La mayor parte de los dirigentes de la oposición llegan a la Asamblea Nacional y se preparan para la sesión. En la calle miles
de personas están reunidas en la Plaza de la Revolución. Se manifiestan ante las fuerzas del orden y militares que han venido con sus carros ligeros. Son
regularmente gaseados, lo que ralentiza su progresión hacia la Asamblea Nacional, pero no hay disparos. Los dirigentes de Escoba Ciudadana están entre
ellos, igual que otras organizaciones como el colectivo antirreferéndum. Fuerzas del orden están situadas alrededor de la Asamblea Nacional para impedirles
acercarse. La enorme manifestación se acerca despacio, con los brazos en alto. Las fuerzas de seguridad dudan. Disparan al aire y luego emprenden un
movimiento de retroceso. Las imágenes existen, impresionantes.

El camino queda libre. La multitud entra en los locales de la Asamblea Nacional, que son saqueados y luego quemados. Se extiende luego por las calles y da
la vuelta alrededor de las viviendas de los dirigentes del régimen para darles fuego. Luego se dirige hacia el palacio presidencial. Éste se encuentra en
Uaga2000, un nuevo barrio de la ciudad, relativamente aislado, accesible por grandes avenidas. Comienza un largo cara a cara. Difícil saber exactamente lo
que ha ocurrido. Las informaciones son contradictorias. Se habla de mercenarios que hablaban inglés. Otra fuente reciente me explica que era la guardia
presidencial la que estaba allí. Los soldados habrían disparado al aire, pero no sobre la multitud. El número de muertos sería menos importante que el
anunciado. Por mi parte, en facebook no he visto por el momento más que dos fotos de personas muertas. El cara a cara dura varias horas. Una
delegación es incluso recibida por Blaise Compaoré sin que se sepa, por el momento lo que ocurrió. El desarrollo de la jornada por RFI no hace mención de
disparos hacia la multitud, solo que una delegación habría sido recibida hacia las 15:30 h. Por el contrario, habría habido disparos ante el domicilio de
François Compaoré, realizados por su guardia privada, armada hasta los dientes, en otro barrio de la ciudad. Es ahí donde habría habido muertos.

Al final de la jornada, la multitud se repliega hacia la Plaza de la Revolución gritando el nombre de Kuamé Lugué. Éste explica en RFI que está disponible.
Por su parte el general Traoré, Jefe de Estado Mayor se proclama como presidente del país, pero se niega a renegar de su lealtad a Blaise Compoaré. Tienen
lugar negociaciones entre militares y Moro Naba, el emperador de los mossis. El primer ministro había declarado de madrugada que el proyecto de revisión
estaba suspendido. Difícil saber lo ocurrido entonces, pero la multitud se repliega. Blaise Compaoré declara por la noche en el Canal3 que desea abrir una
discusión con la oposición y levanta el estado de sitio que había decretado el mismo día, sin éxito, a las 17:30h. Visiblemente el ejército no lo había
llevado a la práctica. Se ve aún como el jefe del estado. Numerosos saqueos son anunciados en la ciudad, no solo de los domicilios sino también de las
tiendas propiedad del clan Compaoré.

31 de octubre. El ejército elige a uno de los suyos para la transición

El día siguiente la multitud se agolpa de nuevo en la Plaza de la Revolución. Pero esta vez es la salida de Blaise Compaoré lo que está al orden del día.
La dimisión de Blaise Compaoré se producirá al comienzo de la tarde. Huirá del país poco después. Se ha sabido luego que Francia ha participado en su
salida. Volveremos sobre ello. Una multitud se reúne también ante el Estado Mayor del ejército. Se emprenden discusiones entre los militares y los
representantes de la sociedad civil: Me Kam Hervé y Smockey de Escoba Ciudadana, Ouattara Hevé del Colectivo Antirreferéndum y los profesores Luc Ibriga y
Agustin Loada. Les piden que tomen sus responsabilidades, pues temen que la situación se vuelva totalmente incontrolable. Los militares se ponen de acuerdo
y eligen por unanimidad al teniente coronel Yauba Isaac Zida para gestionar la transición. Vendrá a declararlo a la Plaza de la Revolución, teniendo a su
lado a Guy Hervé Kam, portavoz de Escoba Ciudadana, en una declaración redactada con miembros de la sociedad civil por la tarde. Proclama la suspensión de
la constitución y la puesta en pie de un órgano de transición “de acuerdo con todas las fuerzas vivas de la nación con vistas a organizar una transición
planteada para una vuelta a una vida constitucional normal”. El general Traoré se suma públicamente a esta propuesta. La jornada termina en calma, según
parece.

Al día siguiente al llamamiento de Simón Compaoré, antiguo alcalde de Uagadugú, la población de Uagadugú sale a la calle para limpiar la ciudad, dando
prueba de un gran espíritu de responsabilidad. Al día siguiente, una declaración del CFOP, y de las OSC (cuya lista no ha sido publicada) demanda la
devolución del poder a los civiles y llama a una manifestación para el día siguiente. Estallan incidentes ese día, pero no tenemos detalles. Finalmente, el
ejército interviene, en particular ante la radio televisión, y luego en la Plaza de la Revolución. Después ya no hay incidentes y el país está en plenas
negociaciones.

Las fuerzas en presencia

- El CFOP (Chef de file de l´opposition): El Jefe de Filas de la Oposición es un término que designa el reagrupamiento de los partidos de la oposición, que
se coloca detrás del partido que ha obtenido más diputados en la Asamblea Nacional. Se trata en este caso de la UPC, dirigida por Zéphirin Diabré, antiguo
ministro de Blaise Compaoré, antes de convertirse en presidente de AREVA Africa, puesto que ha abandonado para dedicarse a la política de su país. Son
numerosos los partidos de oposición dirigidos por antiguos ministros o antiguos dirigentes del CDP, el partido de Blaise Compaoré. Pero cuenta en su seno
con dos partidos de izquierdas que tienen una cierta representatividad, el UNIR PS, de Benéwendé Sankara que era Jefe de Filas de la Oposición en la
legislatura precedente, y el PDS Metba, cuyo líder Arba Diallo, recientemente desaparecido, acabó segundo en las últimas elecciones presidenciales. Otro
partido de peso es el MPP dirigido por antiguos dirigentes del CDP que le han abandonado hace un poco más de un año.

- Escoba Ciudadana: una asociación creada hace un poco más de un año. En su origen, dos músicos muy populares, Sams´K Le Jah y Smockey. Ambos han recibido
amenazas por haber escrito canciones en homenaje a Thomas Sankara. Esta asociación responde a una necesidad real de la juventud que tiene dificultades para
reconocerse en los partidos políticos y se reclama de una estrategia pacifista. Tiene una estrategia de comunicación particularmente eficaz, gracias a
numerosos miembros profesionales en el área de los medios. Se reclama abiertamente de los ideales de Thomas Sankara. Se posiciona al margen del campo
político como una asociación de vigilancia ciudadana para barrer todos los defectos del régimen pero se ha implicado también en los problemas cotidianos.
Por ejemplo, ha organizado una sentada ante la dirección de la compañía de electricidad para protestar contra los muy frecuentes cortes de suministro de
energía eléctrica y ante un hospital que funcionaba particularmente mal, obligando a los directores a dar la cara y a hacer promesas de mejoras.

- La Sociedad Civil: existen otras muchas asociaciones de la sociedad civil. De un lado otras numerosas organizaciones a imagen de la Escoba Ciudadana que
intentan organizar a la juventud, a menudo de reciente creación. Pero también otras muy activas, esencialmente compuestas de intelectuales de primera
línea, como el Frente de Resistencia Ciudadana cuyo portavoz es el profesor Luc Ibriga, presidente del Foro por la Alternancia y Agustin Loada, director
del GCD (Centro por la Gobernanza Democrática) o la Red Nacional de Lucha Anticorrupción (REN-LAC). Señalemos también una de las más antiguas, el MBDHP
(Movimiento Burkinés de Derechos Humanos) en el que están militantes muy influyentes del PCRV.

- El pueblo: es por supuesto el pueblo quien ha echado a Blaise Compaoré. El pueblo, que estaba omnipresente en Thomas Sankara, ha sido efectivamente el
principal actor de estos últimos días. Ha reencontrado, desde 2012, una cierta confianza en el porvenir, la conciencia también de su poderío. Son inmensas
multitudes las que han invadido las calles.

- Las presiones exteriores: Habría por supuesto que hablar de las presiones exteriores, de países como Francia y los EEUU, las instituciones
internacionales, la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de Africa del Oeste) que ha apoyado siempre, incluso propuesto el papel de mediador a Blaise
Compaoré, la Unión Europea, la Unión Africana y la ONU. Todas se manifiestan hoy con bastante mayor contundencia, realizando presiones diversas, ahora que
Blaise Compaoré ha huido, que cuando éste se empecinaba en querer cambiar la constitución. Hay motivos para pensar que todo ese mundo es visto con una
cierta desconfianza por la gente de Burkina Faso. Pues las presiones parecen mucho más fuertes hoy y de fuentes diversas, cuando eran poco visibles a la
hora de decir a Blaise Compaoré que renunciara a su proyecto.

¿Un civil o un militar a la cabeza de la transición?

No detallaremos el desarrollo de los días que siguieron a los días 30 y 31 de octubre, pues la crisis que resulta de ello, que el país vive hoy, depende
esencialmente del desarrollo de esas dos jornadas y de las fuerzas en presencia.

Escoba Ciudadana con los líderes del GCD, de FOCAL y del colectivo referéndum han ido pues a demandar a los militares que asumieran sus responsabilidades.
Los líderes de Escoba Ciudadana han sufrido luego importantes ataques que les acusaban de haber vendido la lucha. Se defienden argumentando que había que
restablecer la calma a fin de ir hacia adelante en un momento en que los pillajes podían adquirir más amplitud y cuando en cualquier momento podían
producirse masacres ante la presidencia. Han aparecido al lado del teniente coronel Isaac Zida, comandante adjunto del regimiento de seguridad
presidencial, con quien han pasado mucho tiempo el 31 de octubre. Le han acompañado para leer en la Plaza de la Revolución el primer comunicado que han
contribuido a escribir.

Se comienza a saber un poco más sobre ese teniente coronel. Circulan informaciones que cuento aquí en condicional. Habría sido el único oficial que no fue
inquietado durante el motín de 2011. “Fue acusado de complicidad tras la incursión de un soldado que abrió fuego el pasado año en el palacio. Recordáis ese
soldado, que irrumpió en el palacio y disparó. El teniente coronel Zida fue arrestado durante 48 horas antes de ser liberado”, explica Francis Kpatindé,
buen conocedor de la región (ver

http://www.rfi.fr/emission/20141103-francis-kpatinde-parlant-zida-leve-le-poing-comme-sous-sankara

).

Tenía a su cargo, lo que puede explicar la desconfianza de una parte de la juventud actualmente, el régimen de seguridad presidencial que era la tropa de
élite, favorecida por el régimen. Es el adjunto de Gilbert Diendéré, jefe de estado mayor de Blaise Compaoré, a menudo citado al mismo tiempo que Blaise
Compaoré en el proceso de Charles Taylor. Los hombres del comando que asesinó a Thomas Sankara estaban bajo las órdenes de Gilbert Diendéré. Y este último
está en el origen de la detención de Henri Zongo y de Jean Baptiste Lingani, fusilados tras haber sido acusados de haber fomentado un complot. Pero el
aparato ha jugado cada vez más un papel importante para evitar que se disparase sobre la multitud.

Otros dos militares se han manifestado durante esa jornada. El general Honoré Traoré, jefe de estado mayor del ejército, conocido como una persona cercana
a Blaise Compaoré, era sospechoso, con razón, de maniobrar en beneficio de Blaise Compaoré. El nombre del general Kouamé Lougué ha sido repetido por la
multitud. Es de la generación de Thomas Sankara y ha sido despedido del ejército, acusado de querer fomentar un golpe de estado. Se le ha reprochado no
manifestarse. Pero en una entrevista, explica que se ha sentido en peligro en la reunión de los oficiales en el seno del Estado Mayor. Luego parece que ha
intentado ir a hablar a la radio, pero se lo han impedido. Sobre todo no tiene ningún hombre de tropa y si el ejército no se colocara detrás habría sido
incapaz de imponer a éste su autoridad.

Los dirigentes de Escoba Ciudadana han debido tomar decisiones rápidas. Los líderes del movimiento ciudadano, sintiéndose responsables de esta multitud,
han acudido al estado mayor para demandar a los militares “que asuman sus responsabilidades”. Estaban con otros miembros de la sociedad civil,
intelectuales menos importantes, pero muy influyentes. Había que evitar un baño de sangre ante la Presidencia, pero también poner fin al pillaje. Sufren
hoy numerosos ataques. Habrían traicionado la revolución, cuando no son sospechosos de querer puestos. Para quienes les conocen, decir esto es
particularmente poco honrado. En realidad, los dirigentes de la oposición han llegado muy tarde. Sin duda no sabían qué hacer.

Los ataques vienen también de otras organizaciones de la sociedad civil. Escoba Ciudadana acusa a algunas de querer ajustar cuentas personales. El paisaje
es particularmente diverso y variado, cuando se considera su posicionamiento, su competencia o su representatividad. ¿Qué habrían hecho esas organizaciones
si Escoba Ciudadana no hubiera llamado al ejército a tomar sus responsabilidades? Pocas de ellas habrían podido hacerse escuchar como lo han hecho los
líderes de la Escoba Ciudadana, uno de los cuales se ha quedado fuera, en la calle, para intentar evitar que entrara por la fuerza en el Estado Mayor.

Los partidos políticos reunidos en el seno del CFOP han podido ver que les arrebataban una victoria. Hay que reconocer a la oposición el mérito de haber
logrado movilizar a la población desde junio de 2013, reuniendo varias veces a decenas de miles de personas. Pero si estaba dirigida antes de 2012 por
partidos de izquierda, desde las elecciones legislativas, está en gran medida dominada por liberales, que han colaborado todos en uno u otro momento con
Blaise Compaoré. Hay pues una gran desconfianza de la juventud como hemos dicho, hacia el mundo político. Incluso hacia los partidos sankaristas que se
dividen desde hace mucho. Sin embargo, hay alguna esperanza, pues han emprendido un proceso de unificación que podría hacerles más creíbles y más
poderosos. Hay que añadir que la oposición no ha propuesto ningún nombre. Los más conocidos tienen ambiciones presidenciales. Controlada la situación desde
el punto de vista de la seguridad, las discusiones pueden ya plantearse con tiempo, pero el 31 de octubre eran necesarias decisiones rápidas.

En el debate en france24 el 3 de noviembre, cuando expliqué que los dirigentes estuvieron ausentes durante un largo momento en el que todo podía
descomponerse, el representante en el plató de la UPC (Union por el Cambio), el partido de Zéphitien Diabré, respondía que había sido necesario que se
pusieran de acuerdo. Era necesario evitar el baño de sangre, en particular ante la presidencia, igual que los pillajes y hacerlo rápidamente.

Por su parte el PCRV dispone de una cierta fuerza militante. Desde hace muchos años, explica que hay que preparar una insurrección popular. ¡Las
organizaciones en las que tienen una cierta influencia como la CCVC llamaba la víspera de la insurrección a una reforma de la educación nacional! Se
señalará por el contrario que tras la caída de Blaise Compaoré, han llamado a sumarse a la manifestación, convocada por la oposición y “las” OSC
(organizaciones de la sociedad civil), en la plaza de la Revolución el 2 de noviembre. Si se conoce a los partidos políticos, la lista de esas OSC no ha
sido publicada, lo que podría poner en duda la representatividad del firmante, al que se supone representarlas.

Una transición se pone en marcha

Desde hace algunos días, el país sufre intensas presiones por parte de la mayor parte de las instituciones internacionales, pero también de Francia y de
los EEUU. La única cuestión que cuenta sería la vuelta al poder de los “civiles”. Es de extrañar este despertar tardío tras intervenciones, antes de la
caída de Blaise Compaoré, más bien poco incisivas. Ahora por el contrario están en juego sanciones. Sin forzosamente anunciarlo, una sucesión de mensajes
firmes incitando a Blaise Compaoré a partir quizá habría tenido un resultado. Por el contrario, todos esos países e instituciones internacionales aún
recientemente han alabado las cualidades de hombre de paz de Blaise Compaoré. Sin embargo todos los diplomáticos conocen el pasado poco glorioso de Blaise
Compaoré, implicado en las espantosas guerras de Liberia, de Sierra Leona, de Costa de Marfil y apoyando movimientos rebeldes en Malí. Tanto más cuando en
lo que concierne a la guerra de Sierra Leona, que no es más que un apéndice de la guerra de Liberia, ha sido citado en numerosas ocasiones durante el
proceso de Charles Taylor. ¿Habría miedo de un juicio público a Blaise Compaoré que pondría al desnudo a todas las complicidades que le han propulsado,
como hombre de paz y apoyado hasta el último momento?

La situación parece controlada

Las discusiones parecen intensas, la consulta muy amplia. El teniente coronel Zida parece dar signos de buena voluntad. Y además, ese país ha conocido un
presidente militar, en la persona de Thomas Sankara, que lo hizo bastante mejor para el país que los civiles que se habían sucedido antes que él. Apostamos
por que este país vaya hacia una transición consensual en paz. Y elecciones rápidas, lo que todo el mundo desea. Pero solo un poco más del 50% de la
población en edad de votar está inscrita en las listas electorales. Habría pues que reabrir las listas, para los jóvenes en particular, de forma masiva.
Queda planteada una pregunta para el futuro. ¿Va a reconocerse la juventud en uno u otro de los dirigentes de los partidos políticos? Pues todo lleva a
creer que es claramente en el momento de las elecciones cuando el porvenir del país va a jugarse, ahora que Blaise Compaoré ha sido echado. Pero ¿no corren
el riesgo de robar al pueblo burkinés su revolución si el presidente elegido no conoce, para desarrollar su país, más que recetas liberales?

5/11/2014


http://blogs.mediapart.fr/blog/bruno-jaffre/051114/blaise-compaore-en-fuite-la-difficile-mise-en-place-d-une-transition

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

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