270 000 personas muertas en Siria desde 2011 y muchas esperanzas de alto el fuego decepcionadas. Una vez más, la tregua anunciada el lunes 22 de febrero por los Estados Unidos y Rusia no suscita un gran optimismo. Para el especialista en Siria, Ziad Majed, profesor de estudios de Medio Oriente en la Universidad Americana de París, este acuerdo muestra una “voluntad política de mantener vivo el proceso político, de decir que es posible finalmente, tras una cierta tregua, retomar las negociaciones con Bachar al-Assad”.

Sobre el terreno, puede permitir la llegada de ayuda humanitaria y avituallamiento a las ciudades asediadas, pero el alto el fuego no aguanta. Excluyendo de esta tregua al Estado Islámico (EI), la coalición que continúa su propia guerra contra los yihadistas, pero sobre todo al frente Al Nusra, aliado objetivo de ciertos grupos rebeldes sirios, el acuerdo deja que sigan los bombardeos rusos sobre las posiciones en manos de los rebeldes que combaten a Bachar al-Assad. A continuación la entrevista con Ziad Majed, autor de Syrie, la révolution orpheline, (Ed.Sindbad/Actes Sud).

Sarah Diffalah: Barack Obama ha insistido en la necesidad de respetar este acuerdo para, en particular, “concentrarse” en el combate contra el EI. ¿Tendrá esta tregua consecuencias para los yihadistas?

Riad Majed: No pienso que tenga consecuencias directas. Además, el EI prepara ya una campaña militar para hacer frente a una posible concentración de fuego sobre sus tropas. Una intensificación de los bombardeos sobre las posiciones de los yihadistas no cambiará nada sobre el terreno mientras no haya posibilidades de realizar una guerra terrestre contra estos últimos. Tal guerra no puede realizarse sin un consenso político entre sirios.

Ahora bien, este consenso no puede encontrarse puesto que la oposición no aceptará jamás una alianza con Bachar al-Assad, cuyo régimen ha matado a más del 90% de las víctimas civiles del conflicto. No tienen ninguna razón para sacrificarse en una lucha contra el EI que permitiría mantenerse a su verdugo. Reducir toda la causa siria a una guerra contra el EI es una percepción occidental que no toma en consideración los centenares de miles de sirios muertos y los millones de sirios heridos, detenidos y desplazados, aunque, por supuesto, haya que luchar también contra el EI.

Pero si este acuerdo tendrá consecuencias marginales sobre el EI, en el frente Al Nusra las consecuencias serán más complicadas para la oposición.

¿Por qué?

Hay que recordar ciertos elementos importantes. Al Nusra es la fuerza principal en la región de Idlib, en el noroeste de Siria. Está igualmente presente en Alepo, y mucho menos en el sur del país en Deraa.

La dirección de Al Nusra juró lealtad a Al Qaeda tras el nacimiento del EI en 2013, en un contexto de competencia entre los dos grupos yihadistas. Pero una gran parte de los miembros de Al Nusra son naturales de las ciudades y de los pueblos en los que luchan. Se sumaron a Al Nusra porque paga mejor, porque es más disciplinado y está mejor equipado. Al Nusra ha concluido acuerdos con una parte de la oposición armada, en particular con Ahrar al-Shal, los “Libres de Levante”, una de las grandes fuerzas militares, islamistas pero no yihadistas, de la oposición.

Crearon en 2014 el “Ejército de la conquista” que ha ganado tres grandes batallas contra las fuerzas del régimen, y controla hoy toda la provincia de Idlib. Todos ellos han sido objetivo de la aviación rusa desde el 30 de septiembre. Todo el mundo sin distinción. Nada permite decir que esto no vaya a continuar.

Y luego, hay otros grupos, que no están ligados a Al Nusra directamente, pues no comparten ni su ideología ni su programa político, pero que evitan las hostilidades: los grupos del Ejército Sirio Libre, los batallones y brigadas locales, tanto en Idlib como en Alepo.

Los rusos podrán seguir diciendo que bombardean a Al Nusra cuando bombardeen a los rebeldes. Por otra parte, el régimen sirio considera a todos los grupos rebeldes como terroristas. Nada está verdaderamente claro.

¿Cómo van a reaccionar las fuerzas de la oposición?

Va a ser complicado, porque con este acuerdo se les pide desolidarizarse con Al Nusra. ¡Pero algunos son de la misma familia, del mismo pueblo! Esta tregua, aunque quizás la deseen algunos, puede provocar conflictos entre Al Nusra y la oposición siria. Al Nusra, si es atacado, va a forzar a los demás a posicionarse: con o contra Al Nusra. Si le abandonan, pierden un aliado de peso, si permanecen se convertirán en objetivo.

De hecho, es como si se les invitara a matarse entre sí para mostrar que no son terroristas. Es lo que los rusos y Assad desean. Se les fuerza a una guerra civil en cada ciudad y cada pueblo sin proponer, ni por un momento, una perspectiva política global.

En los territorios controlados por el EI, no habrá este tipo de problemas pues han echado a todo el mundo.

¿Ratifica este acuerdo que la prioridad de la lucha es el EI y ya no Bachar al-Assad?

Es más o menos eso, aunque los americanos insistan al mismo tiempo en decir que Bachar al-Assad “debe irse”. Salvo que decir “debe irse” sin ninguna medida política o militar, con una aceleración de la ofensiva contra el EI, mantiene, lo que llaman, “ambigüedades constructivas”. Pero actuando así se convierten en “ambigüedades destructivas” en un caso como el caso sirio en el que la crisis se pudre cada vez más.

Del lado ruso, evidentemente, Assad es el socio y hay que liquidar a la oposición. Para que solo se pueda ya elegir entre Assad y el EI.

En una entrevista al periódico español El País, el presidente sirio dice querer ser “quien habrá salvado su país”. ¿Se puede imaginar que ya hay un acuerdo negociado para dejarle en el poder?

Hay dos interpretaciones. Una, optimista, que pretende, en efecto, que ya hay acuerdos entre rusos y americanos que impondrán a todos los demás actores del conflicto y que mantendrán a Assad en el poder. Los rusos prometen que no se volverá a presentar al final de su mandato, que habrá una transición después de que se gane la guerra contra el terrorismo.

La otra interpretación, que me parece más realista, es que el propio Assad quiere permanecer creando todas las condiciones para convertirse en imprescindible. Nada le fuerza a irse: los rusos seguirán garantizando su presencia, los Estados Unidos van a cambiar pronto de administración, y su nueva política exterior va requerir un tiempo para elaborarse. No me extrañaría que preparase su sucesión. Su hijo se llama Hafez, como su padre.

24/02/2016

http://tempsreel.nouvelobs.com/monde/guerre-en-syrie/20160223.OBS5207/treve-en-syrie-c-est-comme-si-on-invitait-les-syriens-a-s-entretuer.html

24/02/2016

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

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