En 1974, en Notre-Dame-des-Landes (localidad situada en el noroeste de Francia, a 30 Km de Nantes) se reservaron 1.650 ha de bosque para construir un
aeropuerto. Casi 40 años más tarde, esta "Zona Reservada para un desarrollo futuro" por las autoridades y la "Zona a defender" bautizada por los
activistas que se oponen al proyecto (en ambos casos la abreviatura es ZAD) empieza a ocupar la primera plana de los medios de comunicación, a menudo
comparándola con la exitosa lucha contra la base militar que se quiso instalar en Larzac (localidad del macizo central francés) en los 1970.

Inicialmente este aeropuerto fue concebido como un eje intercontinental para que pudiera aterrizar el Concorde (actualmente fuera de circulación), pero a
causa de las secuelas de la crisis del petróleo de los años 1970 el proyecto cayó en el olvido. Hasta el año 2000, en el que un comité gubernamental
desempolvó de nuevo el proyecto. Recientemente el proyecto ha recibido un impulso entusiasta por parte de Jean-Mac Ayrault, alcalde de Nantes hasta mayo de
2012, y Primer Ministro tras el acceso de François Hollande a la presidencia de la República.

Cuando durante la campaña electoral se le preguntó al candidato Hollande si pensaba que la construcción del aeropuerto comenzaría en breve, él prometió no
hacer "nada que pudiera herir, sobre todo nunca antes de que concluyera el proceso legal en curso". Sin embargo, apenas fue elegido, y a
pesar de las peticiones que se le realizaron, el gobierno lanzó la "Operación Cesar", desplegando cerca de 1000 antidisturbios (CRS) y policías
móviles (unidades móviles militares que desempeñan labores policiales) en el área para iniciar los grandes trabajos de deforestación en Rohanne que
deberían concluir antes de enero de 2013. El 16 de octubre de 2012, a la mañana temprano, la policía comenzó a evacuar las casas ocupadas en el entorno,
aplicando una política de tierra quemada: destruyendo las infraestructuras y los huertos que permitían a sus habitantes, los llamados "ocupas" ser
autosuficientes en gran medida.

Hasta que se produjo la primera expulsión, la gente que se oponía al proyecto del aeropuerto estaba dividida. La mayoría de los campesinos organizados y de
los residentes del área centraban su actividad en un trabajo de presión hacia las autoridades tratando de ganar la simpatía de la gente a través de los
medios de comunicación. Eran críticos e, incluso, recelaban de los "ocupas" que se estaban preparando para una resistencia física, saboteaban los primeros
trabajos de construcción. Sin embargo, el enorme despliegue militar en el área y la brutalidad con que actuaba la policía, hizo que estos dos sectores se
unieran contra quienes querían imponer el proyecto por la fuerza, lo que en poco tiempo supondría también la expulsión de los campesinos y la destrucción.
Así pues, la oposición "legal" comenzó a solidarizarse y a actuar coordinadamente con los "ocupas".

Actualmente se están desarrollando redes de solidaridad y apoyo tanto en Francia como en otros países. Mientras una gente trabaja sobre el terreno, se
multiplican los colectivos de solidaridad que organizan su abastecimiento y desarrollan numerosas actividades para extender la lucha y oponerse a quienes
proponen y se benefician del proyecto. Este incremento de la solidaridad, hizo que los "ocupas" decidieran garantizar la presencia en el área y realizaran
una convocatoria para el sábado 17 de noviembre.

El éxito de la convocatoria superó las mejores previsiones de los organizadores: 40.000 personas y cerca de 400 tractores. Fue un fin de semana festivo
animado por varios grupos de música. Se transportaron toneladas de materiales para construir locales en los que juntarse, dormitorios colectivos (¡uno de
ellos contaba incluso con calefacción!), así como WCs y duchas. El evento permitió, también, compartir información, coordinar y planificar otras acciones.

La batalla de Notre-Dame-des-Landes podría llevar, también, a una crisis gubernamental importante. Las crecientes críticas al proyecto y la represión de
las protestas por parte del gobierno, que ya comenzaron con el anterior, ha hecho que el grupo Europe Écologíe-Les Verts (los Verdes), dos de cuyos son
ministros en el gobierno de Jean-Marc Ayrault, y que, hasta hace poco, se mantenían callados, se sitúan cada vez más del lado de los activistas; sobre todo
tras ver la magnitud de la movilización. Los socialistas, por su parte, sostienen que el proyecto es una "necesidad" para el "desarrollo de la región", y
afirman que, de todos modos, la construcción seguirá adelante.

Manuel Valls, ministro de Interior, calificó la oposición al aeropuerto como "quiste". Poco después, J-M Ayrault anunció una "comisión de diálogo," pero el
acoso policial no ha cesado. J-M Ayraul también decidió posponer la destrucción del bosque de Rohanne por seis meses tras una jornada de protesta en la que
un miembro de la policía antidisturbios perdió el conocimiento tras ser golpeado por un adoquín y cerca de 100 manifestantes resultaron heridos (de lo que
apenas se informó), debido al uso intensivo de granadas lacrimógenas y pelotas de goma. Los opositores se pusieron de acuerdo en dos puntos: que las
negociaciones con el gobierno sólo podrían tener lugar una vez que la policía se retirara de la zona y que el alcance de las mismas deberían incluir la
paralización del proyecto del aeropuerto en conjunto, y no sólo su impacto ambiental. Mientras tanto, los sindicatos policiales han comenzado a protestar
por la mala organización de la operación y sus efectos sobre sus miembros en medio de amplias críticas a Hollande y el amateurismo de Ayrault.

Muchos de los resistentes se oponen no sólo a este aeropuerto, sino a todo lo que significa. "Consideramos que es una de las muchas grandes obras de
infraestructura inútiles (y controvertida) impuestas a las comunidades por parte de las multinacionales con la complicidad de los gobiernos. Estamos hartos
de que varios miles de millones de euros de dinero público vayan a las manos de empresas multinacionales como Vinci, concesionaria del aeropuerto, que
también está involucrada en un proyecto igual de represivo y oscuro como es la autovía en el cinturón verde de Moscú que implica la devastación del Bosque
Khimki. Denunciamos el cinismo que conlleva intentar vender el proyecto de Notre-Dame-des-Landes como un "aeropuerto verde". Estamos indignados por la
doble devastación que implicará este proyecto: luchamos por la tierra, por el tejido social y el ecológico que se ha desarrollado en el área y contra el
subsiguiente plan de desarrollo en torno al aeropuerto que agravará aún más el caos climático. Nos organizamos desde abajo, en base a la democracia directa
y estamos en contra de que los políticos pueden imponer hacer los que les venga en gana porque fueron elegidos. ¡Vamos a demostrar que no podrán hacernos
claudicar de nuestras ideas!
"

30/11/2012

http://newint.org/blog/2012/11/30/zad-airport-notre-dame-des-landes/

Camille es el seudónimo que utiliza un grupo de resistentes

Traducción: VIENTO SUR

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