El gobierno de Liz Truss ha lanzado un ataque contra la clase trabajadora de una magnitud nunca vista desde hace décadas.

Para la gente rica y las grandes empresas

Enormes rebajas de impuestos para la gente rica

El ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, ha abolido los impuestos más altos para las personas que ingresan más de 150.000 libras esterlinas [167.000 euros]. Quien ingrese un millón de libras al año se ahorrará 55.220 libras con los cambios propuestos, mientras que quien perciba 20.000 libras al año solo se ahorrará 157 libras, y un pensionista con esa misma renta no llegará ni a la mitad de ese importe. Casi dos tercios de la rebaja fiscal irán a parar a los bolsillos del 5 % de los hogares más ricos.

Abolición de los límites a las bonificaciones para los millonarios
Las bonificaciones se limitaron a dos pagas anuales en toda la Unión Europea, ya que las bonificaciones cuantiosas premian los grandes beneficios, y los grandes beneficios son fruto de la asunción de riesgos del tipo que condujo a la crisis financiera en 2008.

Rebaja del impuesto de sociedades

Se han cancelado los incrementos previstos del impuesto de sociedades. Kwarteng se vanagloria de que el Reino Unido tiene el tipo fiscal más bajo del impuesto de sociedades del G20: aquí, las empresas pagan menos impuestos que en EE UU, incluso menos que en el Brasil de Bolsonaro.

Para la clase trabajadora

Recorte de las prestaciones para los contratos a tiempo parcial
Alrededor de 120.000 personas tendrán que incrementar sus ingresos consiguiendo un empleo mejor pagado o incrementando las horas trabajadas si no quieren que se recorten las prestaciones sociales a que tienen derecho.

Más ataques a los derechos sindicales
Los sindicatos estarán obligados por ley a cumplir servicios mínimos, lo que en otros países supone, por ejemplo, asegurar el 100 % del funcionamiento de los trenes durante las horas punta. Y tendrán que someter al largo procedimiento de consulta todas las ofertas salariales, incluidas las ofertas revisadas, de modo que todo lo que tiene que hacer una empresa es presentar una oferta ligeramente mejorada cuando la huelga está a punto de comenzar.

Las patronales a la ofensiva

La dirección de Royal Mail [servicio postal] cancela todos los acuerdos con el CWU, el sindicato del personal de correos. El secretario general del sindicato, Dave Ward, ha escrito que “este es probablemente el mayor ataque al personal y a sus representantes directos que haya visto jamás este sindicato”.

El precio de la energía, la alimentación y la vivienda no deja de aumentar
El gobierno habla de una congelación del precio de la energía, pero está previsto que este todavía aumente sustancialmente el 1 de octubre. Los precios de los alimentos siguen creciendo, cuando hasta el mes de agosto ya habían aumentado más del 10 % anual. Los alquileres han subido casi un 16 % en Londres y casi un 12 % en otras ciudades, mientras que el aumento de los tipos de interés hará que se incrementen las cuotas hipotecarias.

La sanidad y la crisis climática

Desde obtener una cita con la médica de cabecera hasta encontrar a un dentista de la sanidad pública, desde los más de seis millones de personas que hay en las listas de espera hospitalarias hasta la hora que tarda la ambulancia para acudir al lugar en que hay una persona que ha sufrido un infarto o un ictus, la sanidad pública y los servicios de atención están en crisis. Se recortan miles de millones de impuestos, pero no se mejora la financiación de estos servicios.

La fracturación hidráulica ha vuelto a Inglaterra, y como escribe Gareth Dale en nuestro análisis de hoy, los tories están encantados de “destruir el medioambiente”. Varios diputados conservadores ya han criticado públicamente los planes de reanudar la fracturación hidráulica. Kwarteng se ha comprometido a acelerar los proyectos de infraestructura: de un total de 138 proyectos, casi dos tercios son vías de acceso, y tan solo dos están previstos para sistemas de descarbonización.

Una apuesta económica…

Se trata de un ataque muy grave, pero también de una estrategia de alto riesgo para Truss, cosa que no solo piensa la izquierda. El redactor Robert Shrimsley, del Financial Times, comenta que “es una enorme apuesta con dinero público” y la web económica Bloomberg también cree que “los planes constituyen una apuesta de calibre”. El presupuesto prevé un endeudamiento de magnitud nunca vista hasta ahora –411.000 millones de libras– y muy pocos detalles sobre cómo se equilibrarán las cuentas. La idea es que el mayor crecimiento permitirá generar los recursos necesarios para devolver los préstamos, pero no hay ninguna garantía de que vaya a producirse este crecimiento.

Los tories han acusado a quienes expresan dudas de “tratar con altanería al Reino Unido” y afirman que no es cierto que el país esté en declive. Sin embargo, la muerte de la reina ha dado pie a la comparación de la situación actual con el año en que ella ascendió al trono en 1952. En aquel entonces, el Reino Unido era la tercera economía más grande del mundo, mientras que ahora ocupa el octavo puesto y se halla en trance de descender todavía más. Incluso una organización empresarial como la CBI califica de anémico el crecimiento británico de los últimos 15 años.

… y política

Además de una apuesta económica, la estrategia de Truss es de índole política. Se basa en un análisis concreto del referéndum de 2016 sobre la salida de la UE y de la victoria electoral de Boris Johnson en 2019, afirmando que quienes apoyaron la salida y a los tories votaron en ambas ocasiones a favor de las políticas thatcherianas de derecha dura. Desde esta óptica, Theresa May traicionó el apoyo del electorado a un pequeño Estado desregulado, una especie de Singapur del Támesis, mientras que Boris Johnson fue más allá con sus expedientes de regulación temporal de empleo y las subvenciones a la energía, propios de un Estado de bienestar.

Este análisis malinterpreta ambas votaciones. La gente votó a favor de la salida de la UE por diversas razones, que no tenían nada que ver con la economía, razones en parte malas (racismo) y en parte buenas (rechazo del statu quo neoliberal). El electorado eligió a Johnson porque se presentó como un outsider en un periodo en que la gente despreciaba a los políticos y porque afirmó que “aplicaría el Brexit” en un momento en que todo el mundo estaba harto del tedioso culebrón en que se había convertido. El apoyo a las políticas thatcherianas es mucho más débil de lo que piensan Truss y los columnistas del Telegraph.

También conviene recordar que en la primera vuelta de la elección de la nueva dirección del partido conservador, Truss obtuvo el apoyo de tan solo uno de siete diputados y diputadas. De modo que no es extraño que algunos parlamentarios de la bancada tory ya expresen su preocupación, entre ellos el veterano Sir Roger Gale, quien opina que los planes de Kwarteng son “insensatos”, y que un diputado tory favorable a Rishi Sunak [el candidato rival de Truss] declarara a The Guardian que son “políticamente tóxicos y económicamente dudosos”. Los mercados financieros, que tendrán que prestar enormes sumas de dinero al gobierno, no están convencidos de que se alcanzarán los objetivos de crecimiento y la libra ha caído frente al dólar a sus niveles más bajos desde la década de 1980. Un analista financiero afirmó el viernes por la tarde que “esta es la peor jornada que he visto jamás en los mercados desde la perspectiva británica” y comentó el discurso de Kwarteng con el meme de una casa envuelta en llamas.

Organizar huelgas y manifestaciones

Así como hay debilidad y división en el bando de los tories y de la patronal, en el nuestro contamos con sólidos bagajes. Más de 190.000 personas se han comprometido a suspender el pago de sus recibos de energía a partir del 1 de octubre. Enough is Enough planea manifestaciones en 13 ciudades de toda Gran Bretaña ese mismo día, cuyos detalles se anunciarán el lunes. La Asamblea del Pueblo organiza una gran manifestación ante la conferencia de los tories el 2 de octubre. Todas estas manifestaciones y campañas pueden ser multitudinarias y combativas, dejando claro el escaso apoyo con que cuenta Truss.

Finalmente, las luchas cruciales para la clase trabajadora son las que se producen en los lugares de trabajo. Continúan las huelgas nacionales del sistema ferroviario, del servicio de correos, de BT y Openreach, con cientos de miles de personas que se manifestarán el 1 de octubre. El lunes comienzan sendas huelgas en 26 centros de enseñanza más y el martes en el puerto de Felixtowe. Del sector petrolero a los servicios de enfermería, el personal vota actualmente sobre la huelga.

Muchas huelgas locales resultan victoriosas: los conductores de autobuses de la empresa First Cymru, miembros del sindicato Unite, han conseguido esta semana un aumento salarial del 14 %. Sin embargo, con la dirección de Royal Mail a la ofensiva y Liz Truss en Downing Street, los conflictos nacionales lanzados por el sindicato ferroviario RMT y el de correos CWU no se ganarán fácilmente. Las direcciones sindicatos han de hacer frente a los ataques de la patronal y de los tories e ir más allá de las acciones de jornada única: así se podrá derrotar a Truss y Kwarteng en cuestión de semanas.

Colin Wilson

23/09/2022

rs21

Traducción: viento sur

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