Hoy, 21 de enero, el Foro Social Permanente, la principal entidad que desde 2013,como Foro Social y desde 2016 como Foro Social Permanente hasta este 2023 ha dinamizado y coordinado numerosas iniciativas y actividades en defensa del proceso de paz  y la convivencia democrática en Euskal Herria, de las que viento sur ha informado regularmente, ha decidido poner fin a su trayectoria. El final de esta y el balance de la misma lo ha hecho con la plural presencia de las 17 entidades (ELA, LAB, CCOO, Steilas, ESK, Ahotsak, Bake Bidea, Baketik, Paz con Dignidad, Sare, Etxerat, Egiari Zor, Gernika Batzordea, Bilgune Feminista, Herri Eliza, Antxeta Irratia y Hitz & Hitz) y personas a título particular que lo hemos apoyado.

El  17 de octubre de 2011 una conferencia internacional celebrada en el palacio de Aiete en Donostia solicitó  a ETA poner fin a la violencia y a los gobiernos francés y español negociar con ella las consecuencias del conflicto armado. Tres días después, el 20 de octubre, ETA declaró finalizada, de modo definitivo, su actividad armada.

En paralelo a una dinámica de opinión pública vasca para poner fin a la dinámica de violencia en el conflicto vasco, la iniciativa de la izquierda abertzale fue determinante para abrir ese nuevo proceso. Nuevo proceso, sí, pero que no garantizaba el cierre del proceso anterior.

Tras un proceso complejo pero progresivo, el 4 de mayo de 2018 se produjo formalmente la disolución de ETA, a la que había precedido la entrega de armas a través de una organización popular en la Euskal Herria bajo administración francesa. La actividad del Foro Social  fue muy importante en ese periodo.

En diciembre de 2012, Lokarri, en la Euskal herria bajo administración española y Bake Bidea, en el territorio administrado por el Estado francés,  organizaron un primer foro por la paz (bake foroa) en el que se aprobaron 12 recomendaciones para generar una dinámica de fin de violencia y apertura de convivencia democrática en Euskal Herria. Le siguieron uno segundo y otro tercero enfocados a abrir esa dinámica de cierre del conflicto violento y desarrollo del proceso de paz.

Lokarri terminó su actividad en 2015 y en el posterior tercer Foro Social, centrado en el tema del desarme,  se constituyó el Foro Social Permanente que se presentó en octubre en el 5º aniversario de la Conferencia Internacional por la Paz.  Le han seguido un cuarto Foro sobre personas huidas y deportadas y un quinto sobre sobre derechos de las víctimas. El próximo mes de marzo se celebrará el último.

Aquellas 12 recomendaciones  de junio de 2013, las sintetizó el Foro Social Permanente en 4 temáticas que han marcado su agenda en los años pasados: a) el desarme civil y disolución posterior de ETA; b) el consenso en torno al derecho de todas las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación; c) la resolución de los derechos democráticos de las personas presas; d) un relato socialmente inclusivo sobre la memoria de la violencia política en el conflicto vasco.

El Foro Social permanente da ahora fin a su trayectoria, considerando que se han cumplido o están encaminados a hacerlo los principales objetivos e iniciativas que constituyeron su fundación y su agenda de actividad:

  1. A) El Foro Social Permanente fue, realmente, un protagonista central en lo que constituyó su primer y principal objetivo: ese desarme y disolución de ETA culminado en mayo de 2018.
  2. B) En cuanto al segundo objetivo y tema de su agenda, el consenso al derecho a la verdad, la justicia y la reparación para todas las víctimas del conflicto, su diagnóstico es que, tras superarse puntos de fricción anteriores como los ongi etorriak (bien venidas) a presas y presos al salir de sus largas periodos de cárcel, se ha empezado a concretar el consenso. Añade que se ha puesto sobre la mesa el tratamiento “asimétrico” que sufren las víctimas del Estado, lo que se acredita en las leyes de reconocimiento y reparación de la CAV y Nafarroa, los informes oficiales sobre tortura o las reacciones a declaraciones justificativas de la guerra sucia. En ese mismo espacio se constata la realización de 23 encuentros con participación de 67 víctimas tanto del Estado como de ETA en el ciclo Entzunaz Bizikidetza Eraikiz (Escuchar para construir la convivencia)
  3. C) El tercer objetivo, el de las personas presas, vive hoy una dinámica importante de poner fin a la dispersión en cárceles alejadas de Euskal Herria y se suma a ello un marco definido para su resolución, que se concreta en elementos como el desmontaje de la excepcionalidad, la aplicación ordinaria de grados y libertades condicionales, el respeto al dolor de las víctimas o la proactividad de estos presos y presas.
  4. D) El Foro Social Permanente es consciente y no lo oculta que en el tema de memoria la posibilidad de un relato común no es posible, pero cree que se están dando procesos para asentar criterios compartidos, como que el pasado debe ser afrontado de modo inclusivo, crítico y nunca autojustificativo. En el último año todas estas labores se han completado con diez recomendaciones sobre memoria (presentadas el pasado 17 de diciembre) tras recabar aportaciones en dos foros ciudadanos plurales discretos y en los encuentros públicos Ustekabean topo-Diálogos improbables.

Del Foro han emanado también iniciativas como, entre otras,  Behatokia  (observatorio de la política carcelaria integrado por juristas); se han promovido espacios de encuentro como Hitzorduak o la ya citada  Entzunaz bizikidetza eraikiz (con víctimas de diferentes violencias) y se han materializado programas como Cartografía integral del sufrimiento.

Argumentadas razones para un final actual  de trayectoria pero sensatas dudas para trayectorias en el futuro
El Foro Social Permanente, todas las organizaciones y activistas parte del mismo, han decidido con un consenso completo, poner fin a su actividad. Valora que aquellas 12 recomendaciones y las 4 temáticas que las sintetizaban se han cumplido o, al menos, tienen bases aprobadas y/o consensuadas para su desarrollo. No tiene duda alguna de que no está solucionado todo y que hay retos de futuro. Pero cree que su solución requiere nuevos instrumentos, distintos al que ha sido el suyo en este periodo.

Ciertamente su trabajo ha sido impresionante y los resultados del mismo formidables como puede verse en el enlace del balance presentado hoy.  Las razones para poner fin a su trayectoria están, pues, bien argumentadas.

Pero, con todo respeto, creo que también hay  sensatas dudas sobre las trayectorias de futuro. Se pueden resumir en una sola expresión: contingencia.

Lo conseguido es impresionante, pero no está consolidado aunque tenga bases para hacerlo. Es contingente, es decir, puede suceder o no suceder (por tomar la definición de la RAE) que se consolide.

Me vienen varias sensatas dudas sobre las trayectorias futuras en una querida dinámica de convivencia  fuera del clima de violencias armadas, aunque tales dinámicas sean social y políticamente plurales y confrontadas, claro está, porque la convivencia democrática es un cero a la izquierda si solo es adecuada administración institucional. Sin hacer (porque no es necesario) un inventario, quisiera señalar dos, que se entrelazan:

A) La primera es lo que podría suponer, con los logros conseguidos, un acceso de la derecha (más extrema derecha)  al Gobierno de España, en un contexto europeo de consolidación de poderes de la derecha. Por poner el ejemplo más evidente (no único), de las personas presas. Un Gobierno de esas derechas, como todo Gobierno, puede modificar hacia atrás  y hacia más atrás, la política de acercamiento de personas presas a cárceles de Euskal Herria y puede bloquear todo avance en la política de modificación de grados.  Un giro institucional a la derecha bien articulado (suavemente progresivo) podría no encontrar resistencias sociales suficientes.

B) La segunda es que se amplíe el evidente desapego social vasco por la cuestión de dinamizar un proceso de paz y construcción de convivencia democrática. No nos engañemos. El Foro Social ha tenido una influencia importante en ese sentido en las élites de movimientos sociales, sindicales y políticos; ha podido determinar en ellos (o en parte de ellos) una cultura de encuentro y de compromiso. Pero eso no se ha trasmitido como dinámica social reconociblemente significativa. En cierto modo parece que sin confrontación violenta el llamado conflicto vaso no tiene tanto impacto social; al menos eso parece, aunque quizá sea una  impresión personal superficial. El caso más fuerte es el desapego, la distancia, de la mayoría de la juventud vasca con la perspectiva de convivencia democrática y lo que los logros del Foro Social Permanente significan

Obviamente el Foro Social Permanente ha creado bases para una dinámica futura positiva. Estará bien, será necesario, articular dinámicas que se aprovechen de su metodología y de sus objetivos. Pero es una duda sensata preguntarse si habrá quién pueda articular nuevos procesos democráticos y activos en torno a la consolidación civil del proceso de paz, sin que este se enquiste o, a lo peor, sufra retrocesos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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