Hay que ver, sí o sí, la serie arte.tv sobre la historia del antisemitismo 1/. Por dos razones.

En primer lugar porque sus tres primeras partes constituyen, detalle arriba o abajo, una notable obra pedagógica. Desde el antijudaísmo religioso hasta el antisemitismo racial, las imágenes y los comentarios contextualizan útilmente para el gran público este fenómeno cuya reaparición cíclica a lo largo de la historia en el mundo -especialmente en Occidente- merece una renovada reflexión. Lo único a lamentar es algo significativo: el antisemitismo nunca se incluye en el fenómeno más amplio del racismo, al que obviamente no puede reducirse, pero con el que mantiene vínculos indiscutibles 2/. Pero ya sabemos que jerarquizar los racismos, y a fortiori oponer tal o cual forma de ellos, es alimentar la competencia de víctimas y memorias. En resumen, es alimentar el racismo y, en este caso, el antisemitismo.

Luego porque la cuarta parte está literalmente viciada por el deseo de asimilar a toda costa al antisemitismo, según la doxa del momento, un antisionismo nunca definido. Y por una buena razón: el antisionismo, como he mostrado en un pequeño libro 3/, es ante todo una sensibilidad política judía, que prevaleció hasta la Segunda Guerra Mundial y el genocidio. Desde la creación de Israel ha pretendido, no “destruir” el Estado judío, sino transformarlo en un Estado de todos sus ciudadanos para acabar con el apartheid analizado sucesivamente desde enero de 2021 por Betselem, Human Rights Watch y Amnistía Internacional.

En lugar de reservar un momento de serenos intercambios de opiniones sobre esta cuestión, la cuarta parte de la serie olvida toda contextualización para acumular mentiras por omisión y manipulaciones intelectuales de todo tipo: no falta ni un hilo, y todos están raídos. Porque estamos en 2022, y hay una bibliografía considerable sobre todos los temas tratados en esta última parte dedicada al antisemitismo post-Holocausto.

En el corazón de esta cortina de humo, dos palabras llaman la atención… por su ausencia: Palestina y Nakba .

¿Cómo podemos, por ejemplo, evocar en 2022 el éxodo de judíos del mundo árabe sin resituarlo en las secuelas de la guerra de 1948 y la expulsión de las cuatro quintas partes de las y los palestinos, como incluso han analizado los “nuevos historiadores israelíes”? ¿Cómo no distinguir, además, entre los judíos árabes expulsados ​​por los líderes de su Estado y los que fueron “reclutados” por los dirigentes israelíes, a través de la Agencia Judía?

Del mismo modo, ¿cómo podemos en 2022 hablar de antisemitismo en el mundo árabe desde la Segunda Guerra Mundial como si fuera una simple importación del racismo nazi, sin tener muy presente ni al reactivado antijudaísmo religioso musulmán ni al deseo de venganza, explotados por los regímenes nacionalistas, de poblaciones heridas por la derrota y la desaparición de Palestina, del Mashrek al Magreb?

¿Cómo dar cuenta en 2022 de la represión de los judíos de la URSS en la encrucijada de los años 40 y 50 sin recordar que coincide con el apoyo político, diplomático, militar e incluso demográfico de Moscú a las fuerzas judías en Palestina, apoyo sin el que no habrían podido triunfar, como reconoció David Ben-Gurion? Antisemita o no, Stalin sin duda temía sobre todo que esta implicación creara para los judíos de la URSS una dinámica tal que pudiera sacudir el sistema piramidal sobre el que descansaba su poder, en la URSS y en las “democracias populares”? 4/.

¿Cómo se puede, en 2022, meter en el mismo saco los atentados terroristas de extrema izquierda en Alemania, una reunión del Movimiento de Países No Alineados en Lima, una resolución de la ONU, (cuando, por supuesto, el exnazi Kurt Waldheim era su secretario general), y el legado del insoslayable muftí cultivado por los Hermanos Musulmanes 5/? ¿Ni una palabra, por otro lado, de las guerras de 1956, 1967 –que sin embargo vieron a Israel cuadruplicar su territorio y apoderarse de lo que quedaba de Palestina– y 1973? Ni una palabra tampoco sobre el destino de los palestinos en el Jerusalén Este ocupado, Cisjordania y Gaza, y en particular de su creciente colonización. Finalmente, ni una palabra del "Septiembre Negro" jordano (¡y, como resultado, de la tragedia de Munich!), de la guerra civil libanesa, de las masacres de Sabra y Chatila y de la Primera Intifada...

¿Cómo retomar, en 2022, la “teoría” según la cual el antisemitismo más masivo y más violento sería en adelante algo propio de la extrema izquierda y ya no de la extrema derecha? Que la izquierda, desde el siglo XIX, como sabemos desde hace mucho tiempo 6/, haya sido muchas veces permeable a los prejuicios contra los judíos asimilados al Capital no nos autoriza a negar lo que prueban todas las estadísticas, ya traten sobre crímenes de masas, actos individuales de violencia u opiniones antisemitas: es en la derecha y en la extrema derecha donde el odio a los judíos más recluta a sus partidarios y sus criminales.

Los asesores históricos tanto de las tres primeras partes, exitosas, de la serie como del fiasco de la cuarta parte son los historiadores Denis Charbit y Annette Wieviorka. Ambos nos habían acostumbrado a trabajos mejores. En un momento en que los soldados israelíes acaban de asesinar a una periodista como Shireen Abu Akleh y cuando los policías, también israelíes, se atreven a atacar su cortejo fúnebre, sugerir que criticar a Israel es un planteamiento antisemita representa una postura que equivale a la impostura.

Cuando Emmanuel Macron confunde antisionismo y antisemitismo, tiene la excusa de su ignorancia de toda esta historia. No Denis Charbit y Annette Wieviorka.

Dominique Vidal. Historiador y periodista, especialista en relaciones internacionales y en particular de Oriente Medio, colaborador del "Mundo Diplomático", miembro del Bureau de Iremmo, presentador voluntario de La Chance.

28/06/2022

https://blogs.mediapart.fr/dominique-vidal/blog/280622/antisemitisme-de-la-posture-limposture

Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

Notas

1/ Disponible en Arte Replay hasta el 20 de agosto de 2022. https://www.arte.tv/es/videos/RC-017590/historia-del-antisemitismo/

2/ Véase en particular Reza Zia-Ebrahimi, Antisemitism and Islamophobia. Una historia cruzada , Editions Amsterdam, París, 2021.

3/ Véase Antisionisme = antisémitisme ? Réponse à Emmanuel Macron , Libertalia, Montreuil-sur-Seine, 2018.

4/ Sobre la actitud de la URSS en ese período, ver Dominique Vidal ¿Por qué la URSS apoyó al joven Estado de Israel? en https://vientosur.info/por-que-la-urss-apoyo-al-joven-estado-de-israel/ ndt

5/ Binyamin Netanyahu se ridiculizó a sí mismo durante su discurso en la reunión del 37º Congreso Sionista en Jerusalén el 20 de octubre de 2015, diciendo: “Hitler no quería matar a los judíos en ese momento, solo quería expulsarlos. Fue, agregó, el muftí de Jerusalén, Hadj Amine al-Husseini, quien lo convenció de "quemarlos a todos". En realidad, para la fecha de la reunión Hitler-Husseini, el 28 de noviembre de 1941, en la Unión Soviética ocupada, los Einsatzgruppen (grupos móviles de exterminio) ya habían asesinado a cientos de miles de judíos. Y las primeras cámaras de gas verán la luz en noviembre en Chelmno: allí exterminarán en masa a partir de la primavera de 1942, como en Auschwitz, Sobibor, Majdanek, Treblinka y Belzec… (Sobre el tema de los árabes y la Shoah, y en particular sobre el personaje del mufti de Jerusalén ver en viento sur la entrevista con Gilbert Achcar, https://vientosur.info/negacion-de-la-shoah-y-negacion-de-la-nakba/ ndt).

6/ Véase en particular Michel Dreyfus, L'antisémitisme à gauche, La Découverte, Paris, 2020.

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