A medida que crece el poder económico y político de las plataformas, el personal de las mismas representa un movimiento obrero emergente.

En toda la economía de plataformas hemos asistido al desarrollo de acciones colectivas de la fuerza de trabajo, desde las huelgas del personal de Amazon en el marco de su campaña transnacional  Make Amazon Pay (Que pague Amazon) hasta las protestas y el cese de las personas que trabajan en las plataformas de VTC (Vehículos de Transporte con Conductor) o de reparto de pedidos de comida. Observando más de cerca, vemos cómo las maneras en que estas personas se organizan a escala nacional y tal vez transnacional pueden diferenciarse, bien mediante estructuras más tradicionales, jerarquizadas, bien en organizaciones de base alternativas.

Las potencialidades y los retos que comportan estos procesos guardan estrechas relaciones con los contextos nacionales en los que se producen, con sus condiciones político-económicas y sus relaciones laborales particulares. Aunque estas determinan las realidades del trabajo, también influyen, sin embargo, las maneras en que las distintas plataformas organizan a su personal y cómo definen las relaciones de empleo. La economía de plataformas constituye un fascinante ejemplo de organización sindical contemporánea y sus diversas manifestaciones.

Alienación y organización

En mi libro reciente abordo cuestiones de alienación y organización con respecto a dos tipos de fuerzas de trabajo fundamentalmente diferentes en la economía de plataformas, a pesar de estar comprometidas con la misma gran empresa. Se trata del personal de almacén de Amazon (su plataforma de comercio electrónico) y de las personas que trabajan para Amazon Mechanical Turk  (Mturk) (la plataforma de trabajo digital). En el primer caso, la fuerza de trabajo se congrega en un almacén y por tanto tiene una base local; asimismo, percibe un salario tradicional por las horas trabajadas. En cambio, la de MTurk trabaja a distancia desde detrás de una pantalla en cualquier lugar del mundo y cobra por pedido cumplimentado.

Un conductor de Uber cuenta con un lugar físico como el personal de almacén, pero ese lugar es una ciudad, y por otro lado desempeña el mismo tipo de trabajo precario que la gente de MTurk. Estos dos últimos casos evocan la fuerza de trabajo más amplia de la economía precarizada y será interesante ver cómo se podrá adaptar a la luz de la propuesta de directiva de la Comisión Europea sobre el trabajo de plataforma. Sin embargo, en términos generales estas diferentes maneras de organizar la fuerza de trabajo tienen implicaciones cruciales en la forma en que las trabajadoras y trabajadores se organizan.

Personal de almacén

El personal de almacén en Amazon está organizado de acuerdo con una división del trabajo similar en todo el planeta. No obstante, sus condiciones de trabajo difieren en aspectos específicos, al igual que las maneras de organizarse colectivamente que tienen a su disposición, en función del lugar en que se halla el almacén, con inmensas repercusiones para la organización sindical, no solo dentro de un país, sino también a escala transnacional.

Alemania muestra la complejidad de la movilización, relacionada con una elevada fluctuación del personal. El cuarto trimestre del año incluye el Black Friday y la Navidad. En este periodo se concentra el mayor número de pedidos y esto refuerza potencialmente la capacidad del personal para perturbar el funcionamiento de los almacenes. Sin embargo, en ese periodo Amazon emplea a un gran número de trabajadores temporales, que suman centenares en un mismo almacén.

Para que la fuerza de trabajo se organice colectivamente ‒en Alemania a través del sindicato del sector servicios, ver.di‒, la labor de base es crucial para incrementar la afiliación, a la que se puede movilizar cuando se proyecta una huelga. Sin embargo, lo más probable es que la gente se afilie si, entre otros factores, cuenta con un contrato indefinido y por tanto no pone en riesgo su empleo.

Sin embargo, las huelgas no solo pierden fuerza debido a la existencia de diferentes contratos laborales dentro de un almacén, no digamos ya a escala nacional, sino también por el hecho de que Amazon establece almacenes al otro lado de la frontera para sus mercados alemanes. La red descentralizada de Amazon implica que los pedidos pueden cursarse a uno u otro lugar; por ejemplo, en el pasado se han utilizado almacenes polacos para romper huelgas en Alemania.

Por eso, tanto trabajadoras como sindicatos nacionales y redes transnacionales como UNI Amazon Global Union Alliance y Amazon Workers International llevan tiempo insistiendo en la necesidad de movilizarse a escala transnacional y nacional, impulsando la solidaridad para reforzar la acción sindical. Amazon aprovecha diferentes contextos nacionales al tiempo que se opone a los intentos de constituir sindicatos y a la negociación colectiva ‒a menos que lo exija la ley‒, es crucial luchar contra esto, desde la base hasta el nivel transnacional.

Comunidades en línea

Sin embargo, en lo que respecta a las plataformas de trabajos digitales, la dimensión transnacional es exactamente lo que define las interacciones entre trabajadores. La fuerza de trabajo de Mturk trabaja ante sus pantallas en cualquier lugar del mundo, aunque mayoritariamente en EE UU e India. El trabajo remoto implica que no se encuentran con otras compañeras o compañeros en su lugar de trabajo, ni con su patrón (el solicitante), mientras llevan a cabo lo que en MTurk llaman tareas de inteligencia humana, como mirar un vídeo y anotar las emociones que le ha causado o etiquetar objetos en una imagen para generar datos para algoritmos de aprendizaje automático. El personal cobra una vez cumplimentado el pedido, siempre que su trabajo se apruebe.

Desde que en este caso se trata de un trabajo a destajo gestionado exclusivamente a través de la interfaz, los trabajadores no pueden presionar a MTurk mediante huelgas convencionales. Renunciar a una tarea implica renunciar al la retribución, y puesto que hay gente en otras partes del mundo para llevarla a cabo, es improbable que una huelga afecte a la plataforma. Además, puesto que estas personas no son empleadas directas de MTurk, o del solicitante, no gozan de la condición de trabajadoras y todo lo que tenga que ver con la sindicación deviene increíblemente complicado. No obstante, si no pueden organizarse en términos tradicionales, esto no significa que no puedan expresar su solidaridad u organizarse de alguna manera.

Así, les vemos juntarse en comunidades en línea, donde se formulan preguntas entre sí, intercambian consejos y se informan mutuamente de cómo acceder a los mejores solicitantes o los ingresos más fiables. Estas comunidades son transnacionales por defecto. Las vemos en reddit, con el subreddit Turker Nation, y en el Turkopticon gestionado por los propios trabajadores, que de este modo invierten el panóptico de supervisión: en vez de que los califique MTurk, ellos califican a sus solicitantes. Estas comunidades en línea nos llevan a pensar la organización colectiva en términos alternativos, mediados por la misma infraestructura de internet que gestiona la economía de plataformas.

Gran variedad

Los casos diferenciados de organización colectiva en los almacenes de Amazon y en Amazon Mechanical Turk muestran la gran variedad y diversidad de formas, tradicionales o alternativas, en que se organiza la fuerza de trabajo. Si observamos más en detalle estos casos y miramos más allá, también identificaríamos intentos cruciales en la base, con organizaciones y sindicatos que surgen para organizar la fuerza de trabajo de las plataformas.

Por tanto, la economía de plataformas muestra cómo frente al rechazo por estas de toda organización sindical y de unas condiciones de trabajo justas, la fuerza de trabajo contraataca a su manera para reclamar la acción colectiva, mostrar solidaridad y organizarse colectivamente.

05/04/2023

Social Europe

Traducción: viento sur

Sarrah Kassem es profesora numeraria de economía política y adjunta de investigación en la Universidad de Tubinga (Alemania).

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