Debido al estado de alarma en que nos encontramos y al consiguiente aplazamiento de su edición en papel, hemos decidido publicar ya en abierto el número 169 de la revista, correspondiente al mes de abril. Aquí se puede leer completo en línea y aquí descargarlo en pdf.

La pandemia del coronavirus y las consecuencias que está generando en todos los ámbitos de nuestras vidas nos han obligado, como era lógico, a cambiar parcialmente el contenido previsto para este número de la revista, especialmente en El desorden global.

En esta sección hemos optado por dedicar varios artículos a la reflexión sobre la pandemia y los distintos factores que explican su expansión, así como sobre cuál debe ser la respuesta desde una izquierda alternativa y anticapitalista a la misma en medio de la gran incertidumbre sobre qué futuro nos espera en medio de la concatenación de crisis en la que estamos. Jorge Riechmann inicia este bloque partiendo de su defensa de la teoría Gaia, asentada ya científicamente, para recordarnos que “somos ecodependientes e interdependientes dentro de una biosfera donde todo está conectado con todo lo demás”. Desde ese ecosocialismo gaiano, sostiene que “el problema no son los virus: el problema es un sistema socioeconómico expansivo (y hasta una dinámica civilizatoria)”. Por eso insiste en criticar un nivel de negacionismo que “rechaza la gravedad real de la situación y confía en poder hallar todavía soluciones dentro del sistema, sin desafiar al capitalismo”; porque “injusticia, desigualdad y autolimitación ecológica son cuestiones íntimamente relacionadas”. Juanjo Álvarez, sin entrar en la búsqueda de una causa en particular de la pandemia, apunta a la denuncia de “la tendencia totalizadora del capital, que remueve todas las formas de vida” para describir críticamente la “sociedad tomada” que se está conformando mediante el estado de alarma con tintes militaristas en muchos países. La alternativa a esta dinámica, concluye, solo puede ser ecosocialista. Stephen Bouquin describe el momento que estamos viviendo como “una tormenta perfecta”, en la que el confinamiento a escala masiva es un shock social. Este se ve agravado al máximo debido a los efectos crecientes en contagio y muertes que está teniendo y al colapso del sistema sanitario público; resultado este, a fin de cuentas, del enorme daño derivado de las políticas neoliberales en este sector durante las pasadas décadas y muy especialmente desde 2008. Rechaza asimismo los discursos de unidad nacional y prevé, como ya se anuncia también desde instituciones oficiales, que la paralización de la economía productiva va a conducir a una crisis financiera mucho peor que la de 2008 y, por tanto, a una crisis social y política, en la que la amenaza autoritaria está ya presente. Así que el futuro se plantea en los términos de una crucial disyuntiva entre “continuar la loca carrera destructiva o liberarse de la lógica de valorización y del crecimiento infinito”. El biólogo Rob Wallace es uno de los expertos de referencia en el diagnóstico de esta pandemia y en la búsqueda de respuestas a la misma. En la entrevista que publicamos defiende rotundamente la tesis de que el aumento de la frecuencia de aparición de virus está estrechamente relacionado con la producción de alimentos y la búsqueda de rentabilidad de las empresas multinacionales de la agroindustria. Sostiene, por tanto, la necesidad de socializar los sistemas alimentarios si queremos evitar la aparición de agentes patógenos tan peligrosos.

En nuestro sitio web también hemos publicado, y seguiremos haciéndolo, artículos en los que se analizan las distintas dimensiones de esta crisis global, así como las propuestas desde la izquierda ante la misma. No es difícil constatar el reconocimiento compartido de que nos encontramos en un punto de inflexión, en un antes y un después de la crisis que está provocando esta pandemia. Se suma y agrava, además, a la que ya desde el mundo científico se nos alerta desde hace tiempo: la provocada por un acelerado cambio climático que pone en riesgo el futuro de la sostenibilidad de la vida en el planeta. Por eso es ahora una verdadera y quizás definitiva carrera contra el tiempo la que se abre si queremos evitar, como bien dice Riechmann, “convertir la crisis en catástrofes terminales”.

Completa esta sección una entrevista a Max Ajl, realizada antes del estallido de esta crisis, que continúa teniendo interés: la necesidad de descolonizar la cuestión agraria, relacionada con el caso de Túnez, pero aplicable a una extensa área del planeta. Este investigador nos recuerda que la historia habría podido transcurrir por otra vía en ese país y en muchos otros: pone como ejemplo que ya en los años sesenta del pasado siglo instituciones como el Banco Mundial presionaron para frustrar proyectos cooperativos como el que impulsó en Túnez un ministro del gobierno y, luego, una amplia corriente de economistas partidaria de la soberanía alimentaria. Ajl insiste en los límites estructurales que significó el proceso de descolonización política y reivindica la relevancia de algunas investigaciones marxistas sobre la cuestión agraria, generalmente descuidadas, ya que, nos recuerda también, “los pequeños campesinos producen al menos la mitad de los alimentos del planeta”.

El Plural,coordinado por Joseba Fernández y Roberto Montoya, está dedicado a la campaña electoral en EE UU, analizada ya en el marco de la irrupción del coronavirus. Todd Chretien empieza subrayando el enorme eco que está teniendo la exigencia de una sanidad pública universal por parte de Bernie Sanders, si bien reconoce las dificultades con que tropieza para acceder al electorado afroamericano. A sus limitaciones se suma la reacción del establishment demócrata cerrando filas en torno a Joe Biden, presentándolo como el único que puede ganar a un Trump desbordado por la crisis sanitaria que está generando la pandemia. En esas condiciones, para la principal formación política de la izquierda estadounidense, DSA, se plantean enormes retos sobre qué camino tomar en el caso de que ganen Trump o Biden en las elecciones previstas, en principio, para noviembre. Dan La Botz describe la muy difícil situación de la clase trabajadora y el papel que están teniendo los sindicatos. Expone cuáles son las principales demandas que se están planteando desde la izquierda sindical ante el creciente deterioro social y sanitario que se está produciendo e insiste en las dificultades que se va a encontrar el DSA ante la probable derrota de Sanders en las primarias demócratas. Finalmente, Roberto Montoya pone el acento en las contradicciones de la gestión por parte de Trump de la respuesta a la pandemia, así como en la inconsistencia de las propuestas de Biden en temas clave como la sanidad y el derecho al aborto, a diferencia de Sanders.

En Plural 2 publicamos un artículo de Tere Maldonado, “Las tareas del feminismo actual”. La autora, veterana activista feminista, sostiene que “el feminismo ha conseguido modificar a su favor los consensos sociales sobre lo que puede y debe hacer un hombre o una mujer, sobre los derechos y deberes de todas las personas”. Así ha sido como ideas feministas han pasado a formar parte del sentido común. Con todo, alerta frente a la contraofensiva de la ultraderecha y llama a “blindar las conquistas feministas, las materiales y las simbólicas”, para elaborar una agenda común.

Cierran el número las secciones habituales: las imágenes que nos proporciona Tsum-Ho de la revuelta popular en Chile en Miradas; “La poesía como abrazo”, de Julián Hernández, en Voces, y las reseñas de libros en Subrayados.

Pocos días antes de cerrar este número, nos ha llegado la muy triste noticia de la muerte de José María Galante, Chato. Su larga trayectoria militante y activista en diferentes organizaciones políticas y sociales, y en particular su incansable labor en los últimos diez años en la lucha contra la desmemoria desde las filas de La Comuna, le granjearon cariño y afecto entre las gentes que, en una u otra etapa de su vida, le pudimos tratar. Porque, como escribe uno de sus mejores amigos, Martí Caussa, en las páginas que siguen, se caracterizó por ser “radicalmente humano”, mostrando siempre su voluntad de comportarse como tal, “solidario con la lucha de todos los seres humanos por su emancipación”. Tenemos ya una larga lista de reconocimientos de esa condición a la vista del impacto público que ha tenido su fallecimiento y de los constantes testimonios de amistad y respeto que han llegado y llegarán. Chato era miembro del Consejo Asesor de esta revista desde su fundación y por eso tendremos otra razón más para reivindicar siempre su ejemplo y no olvidarlo, junto con su compañera Justa, nunca.

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