El 20º Congreso del Partido Comunista Chino representa simbólicamente un punto de inflexión: se ha completado la anunciada ruptura con el orden político establecido a finales de la década de 1980-1990 bajo la égida de Deng Xiaoping. Xi Jinping se ha otorgado a sí mismo un poder personal sin precedentes en la historia de la China contemporánea.

Este punto de inflexión adquiere también un sentido más general. Bajo su anterior liderazgo, la China de Xi Jinping disfrutó de unas condiciones excepcionalmente favorables para el crecimiento y la expansión internacional, hasta el punto de convertirse en la segunda potencia mundial, muy por delante de Rusia. Condiciones que están cambiando. China estaba en el centro de una globalización del mercado que ahora se tambalea y aún no se ha recuperado del golpe de la pandemia de la covid-19. La inflación descontrolada y la inestabilidad financiera hacen temer una recesión generalizada. EE UU ha vuelto a Asia-Pacífico tras un largo periodo de impotencia en la región. El conflicto interimperialista se agudiza en todos los frentes, incluido el de la alta tecnología (semiconductores). En este contexto, las tensiones internas son cada vez más difíciles de gestionar...

A la conclusión del XX Congreso, nada indica que Xi Jinping haya tomado la medida de los problemas, ya que está ocupado en consolidar su dominio del Estado. Durante mucho tiempo, la capacidad del gobierno para dirigir el desarrollo económico ha sido una baza importante en el ascenso de China. Sin embargo, el nuevo sistema político configurado por Xi puede resultar ahora una peligrosa desventaja.

Monolitismo interno

Las reformas de Deng Xiaoping iniciadas en los años ochenta y noventa tenían como objetivo encaminar a la China postmaoísta por la vía capitalista, asegurando, por una parte, el aburguesamiento de una parte de la burocracia y, por otra, dotando al país de un régimen político estable en beneficio de las élites. La colegialidad en todos los niveles de dirección y la renovación periódica de los órganos de gobierno debían evitar la concentración de poder en manos de un solo hombre.

Durante sus dos primeros mandatos, Xi Jinping se esforzó por establecer una forma de gobierno exactamente opuesta a la promovida por Deng 1/. El XX Congreso del PCCh fue una oportunidad para completar lo que puede llamarse una contrarrevolución política en la China capitalista. Xi va a iniciar su tercer mandato al frente del PCCh, mientras que antes nadie podía ejercer más de dos mandatos sucesivos de cinco años. Deng, mientras colocaba a sus parientes en puestos clave, se contentaba con ser presidente de la Comisión Militar Central. Xi es al mismo tiempo presidente de esta comisión, secretario general del partido y presidente de la República Popular.

El Comité Permanente del Buró Político, compuesto por siete miembros, es el núcleo del poder en el PCCh. Tradicionalmente, incluía un mínimo de pluralismo de las diversas facciones así como al sucesor designado del secretario general. Ahora, la cuestión de la sucesión no se plantea porque Xi tiene la intención de cumplir otro mandato: es el número uno vitalicio en los tres cargos.

Li Keqiang formó parte (sin peso) en el Comité Permanente como primer ministro. No se le ha vuelto a nombrar. Es un estrecho colaborador de Hu Jintao, el anterior secretario general del PCCh; el mismo Hu que fue (aparentemente sin su consentimiento) desalojado del podio por dos hombres de negro en la sesión de clausura del congreso, una imagen bastante rara en una ceremonia en la que todo está meticulosamente regulado. Además, Xi quiere marginar a la administración que encarnó Li (otra contrarreforma) en la gobernación del país. Aunque hasta ahora la preeminencia del partido estaba siempre asegurada, la pluralidad de centros de autoridad dio flexibilidad al sistema y permitió a la población dirigirse a más de un interlocutor.

A partir de ahora, la autoridad del partido debe ser exclusiva.

A los principales rivales de Xi Jinping se les ha pedido que se retiren y no se les vuelve a nombrar en el nuevo Comité Central de 205 miembros, de los que se ha renovado el 65%. El límite de edad para la elección a la dirección del partido suele ser de 68 años (Xi tiene 69 y está llamado a vivir muchos años más como líder del PC). Sin embargo, Wang Yang (67 años) fue destituido a pesar de ser presidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (órgano que permite intercambios informales); según los pekinólogos, se le consideraba demasiado liberal en el terreno económico.

Sin embargo, hay que ser prudente y no racionalizar en exceso los conflictos fraccionados dentro del aparato del partido. A menudo, más que luchas por diferencias política, se trata de luchas de poder. Por ello, no habría que reducirlas a un enfrentamiento entre reformistas (Li Keqiang, Wang Yang...) y conservadores, esperando que los primeros luchen contra los segundos. Las esperanzas depositadas en Deng Xiaoping para democratizar el país en beneficio de la población resultaron ser dramáticamente ilusorias con la sangrienta represión de los movimientos sociales en 1989. Desde entonces, se han formado tres bloques en torno a los secretarios generales Jiang Zemin, Hu Jintao y Xi Jinping. Ninguno de ellos ha cuestionado nunca la dictadura del partido sobre la sociedad ni ha previsto la posibilidad de una oposición política organizada, aunque los dos primeros pudieran tolerar la disidencia individual.

La particularidad de Xi es que ha purgado las camarillas o facciones rivales, al igual que ha purgado el Ejército y los servicios secretos. El XX Congreso ha sido la oportunidad para completar su acaparamiento del aparato del partido-Estado.

Los fieles

La lista de los siete nuevos miembros del Comité Permanente del Buró Político muestra cómo la lealtad personal a Xi está por encima de todo a la hora de ganar el santoral. Además de Xi Jinping, este órgano incluye, por orden protocolario, a:

Li Qiang (63). Secretario del partido en Shanghai, una metrópolis que ha sido el trampolín de muchas carreras nacionales. Una particularidad: bajo su autoridad se aplicó de forma particularmente brutal y rígida la política de Cero Covid, que tuvo consecuencias económicas desastrosas y provocó una fuerte resistencia popular. Un notorio incompetente (¿a quién le importa eso?, pero un amigo leal de Xi (estuvo con él en 2004-2007 en la provincia de Zhejiang, donde Xi era entonces el jefe).

Zhao Leji (65). Una pieza clave del estado policial que ha puesto sus poderes al servicio de Xi. Dirigió el principal organismo de vigilancia anticorrupción del partido, la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, y dirigió el Departamento de Organización, que supervisa el nombramiento de altos funcionarios.

Wang Huning (67). Antiguo académico, es el principal ideólogo de Xi Jinping, asesor de ideología, propaganda y política internacional. Partidario del neoautoritarismo, defiende un Estado fuerte y centralizado para contrarrestar la influencia extranjera y se opone al principio de liderazgo colectivo (defendido por Deng).

Cai Qi (66). Secretario del Partido en Pekín, su entrada en el Comité Permanente es una sorpresa para los pekinólogos. Fue uno de los principales defensores de la política de Cero Covid de Xi y supervisó los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.

Ding Xuexiang (60). Poco conocido por el público. Hombre de confianza de Xi Jinping, fue su secretario político en 2007, cuando XI dirigía el partido en Shanghái, y le siguió, convirtiéndose en su secretario privado y cortafuegos cuando tomó el mando del país.

Li Xi (66). Miembro del círculo íntimo de Xi desde hace mucho tiempo. Ha ascendido en las filas del partido en varias provincias. Ahora es jefe del partido en Guangdong (donde se encuentra Guangzhou), siendo responsable del desarrollo de la Gran Área de la Bahía, el plan maestro de Xi para desarrollar una potencia económica que integra nueve ciudades chinas con Hong Kong y Macao.

En términos de poder personal, a menudo se describe a Xi Jinping como un nuevo Mao Zedong. Esto es un error. No sólo pertenecen a dos épocas históricas diferentes, sino que el equipo que llegó al poder en el PCCh en 1935, durante la Gran Retirada de la Larga Marcha, no estuvo formado por hombres fieles, ni mucho menos. Mao fue capaz de reunir a cuadros experimentados, personalidades fuertes, a menudo al frente de distintos cuerpos del Ejército, de diversos orígenes. Varios de ellos incluso se habían opuesto a él durante las múltiples batallas fraccionales que habían desgarrado al PCCh.

Entronización constitucional

Para elevar aún más el estatus personal de Xi Jinping y su pensamiento, se introdujeron enmiendas constitucionales. El congreso aprobó las enmiendas, incluyendo los "Dos Establecimientos" y las "Dos Salvaguardias", para situar a Xi en el centro del partido y su pensamiento político como ideología subyacente. Criticar a Xi o cuestionar la corrección de su discurso se convierte en un ataque a la Constitución.

El culto a la personalidad de Xi está alcanzando cotas delirantes, como el de Mao en los albores de la Revolución Cultural (1966-1969). La resolución adoptada en la reunión plenaria del Comité Central de noviembre de 2021 ya afirmaba, con respecto a Xi, que los tiempos actuales representan "la epopeya más grande de la historia de la nación china a lo largo de milenios", que "el socialismo de estilo chino [ha] entrado en una nueva era" desde su llegada al poder, que su "pensamiento es la quintaesencia de la cultura y el alma chinas" y que su presencia en el "corazón" del partido "tiene una importancia decisiva (...) para impulsar el proceso histórico de la gran renovación de la nación china".

En el origen del culto a Mao estaba el deseo de oponer una autoridad china al culto a Stalin que servía para disciplinar a la Internacional Comunista, pero una vez que se tiene un arma así en las manos, también se utiliza para ajustar cuentas o reforzar la mano en las batallas entre facciones, tengan o no un contenido político (a menudo lo tenían en aquella época). En cuanto al pensamiento, el de Xi no está en continuidad con el de Mao. Aunque nunca consiguió aprender una lengua extranjera y no viajó como lo hicieron tantos revolucionarios asiáticos, Mao leyó lo que pudo encontrar traducido, y se vio influenciado por una amplia gama de intelectuales chinos, regionales y occidentales. Sus obras oficiales son bastante aburridas, pero muchos documentos internos del partido que se hicieron públicos durante la Revolución Cultural son mucho más vívidos. Al no ser sinólogo, dudo en aventurarme en este terreno, pero algunos creen que tenía una concepción taoísta de la historia; aun así, estaba convencido de que las sociedades sólo evolucionan bajo el impacto de sus contradicciones internas y, por tanto, de las luchas sociales. Evidentemente, invocar las contradicciones puede llevar a lo mejor y a lo peor, como ilustra la historia del Gran Timonel.

Masculinismo

Hasta ahora, el comité permanente del buró político no incluía a ninguna mujer; esto sigue siendo así. Sin embargo, desde 1997, siempre ha habido una mujer en el buró político (y durante un breve periodo, hubo dos). Se estableció un sistema de cuotas que exigía al menos una mujer ejecutiva en todos los niveles inferiores de dirección, lo que ayudó a mantener un flujo pequeño pero constante de candidatas.

En la actualidad, el buró político de 24 miembros es totalmente masculino, y Sun Chunlan, llamada la zar de Covid, no ha sido reelegido ni sustituida. Según la periodista de The Guardian Emma Graham-Harrison 2/, en más de 70 años fue una de las tres únicas mujeres que llegó tan lejos en el aparato del partido gracias a su propia actividad, ¡sin ser la esposa de un hombre poderoso o un "instrumento de propaganda"! Sin embargo, corrían rumores de que una mujer formaría parte del buró político (circularon los nombres de dos candidatas). En una lista de 205 miembros con derecho a voto del nuevo Comité Central hecha pública el 22 de octubre, sólo 11 son mujeres.

El PCCh tiene casi cien millones de miembros, pero menos de un tercio son mujeres, y la proporción disminuye en cada escalón de la jerarquía. Cuando Xi Jinping comenzó a reprimir sistemáticamente a las organizaciones de la sociedad civil, apuntó especialmente a las feministas, aunque no representaban ningún peligro. En general, el endurecimiento del poder de Xi va acompañado de un giro reaccionario en las llamadas cuestiones societales. Para aumentar la tasa de fecundidad, en descenso, presiona a los jóvenes que se resisten a sus mandatos. Es de temer que los derechos reproductivos sean cuestionados algún día.

Como concluye Emma Graham-Harrison, "una cosa que se puede decir con seguridad es que sin mujeres en el liderazgo, los temas de las mujeres estarán poco representados".

Los problemas siguen ahí

La reelección de Xi Jinping deja al descubierto los problemas a los que se enfrentará su régimen.

Dos cifras ilustran lo lejos que hemos llegado:

  • China y EE.UU. representan más de la mitad de los multimillonarios del mundo. China tiene 1.058 (32,8% del total mundial) y EE UU 696 (21,6%) 3/.
  • Lo mismo ocurre con las empresas que figuran en la lista Fortune Global 500 (2020). China está a la cabeza con 124 empresas (24,8% del total), seguida de EE UU con 121 empresas (24,2%) 4/.

El dinamismo económico interno de China se está agotando, según los siguientes datos, tomados en parte de un artículo de la periodista Helen Davidson 5/:

  • La caída del crecimiento del producto interior bruto. Tras duplicarse de 2012 a 2021, el crecimiento se está desacelerando bruscamente hasta el punto de que, por primera vez en treinta años, ha caído por debajo del de la región de Asia-Pacífico.
  • Las desigualdades sociales. Durante el mismo periodo, según las cifras del Banco Mundial, la renta nacional bruta per cápita también se duplicó hasta alcanzar los 11.890 dólares en 2021. El año pasado, el PCCh declaró que había erradicado la pobreza absoluta en el país. No obstante, la desigualdad en los ingresos sigue siendo elevada y la epidemia de Covid ha tenido muchas consecuencias para las y los trabajadores chinos, especialmente para quienes emigran a las ciudades lejos de sus pueblos de origen. Con niveles muy bajos de protección social, los hogares se ven impulsados a ahorrar lo máximo posible. La tasa de desempleo estructural ha superado el 5% desde 2019. Según la Oficina Nacional de Estadística, en 2019 alcanzó un nivel récord del 19,9% para el grupo de edad entre 16 y 24 años.
  • La crisis del mercado inmobiliario. El sector inmobiliario ha captado una gran parte de las inversiones. Según la economista Mary-Françoise Renard 6/ (The Conversation, 18 de octubre), en sentido estricto, representa el 14% del PIB, pero si incluimos los sectores afectados en las fases anteriores (cemento o acero, por ejemplo) y posteriores (decoración, muebles), el 30%. Estos sectores son muy interdependientes, lo que les hace vulnerables en caso de dificultades. Esto es precisamente lo que ocurre hoy. La urbanización y la necesidad de poseer una propiedad para poder casarse han estimulado la demanda, pero también han fomentado la especulación y la sobreproducción. La crisis de la vivienda tiene profundas consecuencias sociales: muchas personas han invertido sus ahorros en pisos que quizá nunca se construyan o en nuevas ciudades que seguirán siendo fantasmas. Está afectando a todo el sector financiero y se avecina una crisis de la deuda. El gobierno nacional y los gobiernos locales intervienen a veces de forma masiva para evitar que los promotores quiebren, pero esto no resuelve el problema.
  • La crisis demográfica. Es un problema que toma cuerpo, tanto en Chinacomo en gran parte de Asia Oriental. A pesar de sus esfuerzos, el gobierno no ha conseguido invertir la tendencia a la baja de las tasas de natalidad; en 2021, cayó a su nivel más bajo en los últimos 61 años, y la juventud denuncia la carestía de la vida, la desigualdad de los roles de género, el estancamiento de las perspectivas profesionales y la falta de servicios de apoyo a la maternidad. Cada año se casan menos personas.

Conflictos interimperialistas

El reenfoque asiático de Joe Biden y la invasión rusa de Ucrania son muy malas noticias para Xi Jinping. No es posible profundizar en esta cuestión en este artículo, pero el periodo de expansión triunfalista del poder chino parece haber terminado. Xi no ha conseguido que Putin cambie su política de línea dura, lo que puede tener importantes consecuencias para la influencia china en Europa oriental y occidental.

Filipinas, tras la vuelta al poder del clan Marcos, está estrechando sus lazos con Washington. En el Pacífico Sur, Pekín había firmado un acuerdo estratégico en las Islas Salomón, pero el 20 de septiembre se sumó a la iniciativa denominada "Asociación Americana del Pacífico", en la que ya participan quince Estados de la región, entre ellos las Islas Cook y Papúa Nueva Guinea 7/.

A pesar de las considerables inversiones, China no ha podido ponerse al día en el área clave de los semiconductores de gama alta y Joe Biden hace todo lo posible para impedir que China adquiera o desarrolle ciertas tecnologías de vanguardia. Sin embargo, el grado de interdependencia de las economías sigue siendo tal que la ruptura chino-estadounidense no es evidente. Las empresas transnacionales del bloque occidental son muy reacias a que Pekín aumente el control político sobre las inversiones, pero tampoco quieren reducir sus beneficios trasladando la producción a EE UU, como pide Biden...

Xi Jinping ha roto todos los canales de cooperación con Washington, incluso en materia de salud y cambio climático, ámbitos que deberían escapar a la lógica de las luchas de poder. Su pensamiento no llega a asimilar dos de las principales crisis que amenazan a nuestro mundo.

24/10/2022

https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article64435

Notas:

1/ Pierre Rousset, "Xi Jinping: de la dictadura del Partido único a la dictadura de la camarilla única", https://vientosur.info/xi-jinping-de-la-dictadura-de-partido-unico-a-la-dictadura-de-camarilla-unica/https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article64355

2/ Emma Graham-Harrison (23/10/2022) "Women pushed even further from power in Xi Jinping's China", https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article64417

3/ Hurun (2021) Global Rich List, citado en Michael Pröbsting (11/08/2022) "Russia: An Imperialist Power or a «Non-Hegemonic Empire in Gestation»? A reply to the Argentinean economist Claudio Katz", New Politics. https://newpol.org/russia-an-imperialist-power-or-a-non-hegemonic-empire-in-gestation-a-reply-to-the-argentinean-economist-claudio-katz-an-essay-with-8-tables

4/ Fortune Global 500 (2020), citado por Michael Pröbsting. Op. cit.

5/ Helen Davidson, "China’s Communist party congress: everything you need to know" https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article64334

6/ Marie-Françoise Renard, "XXᵉ congrès du PCC: le modèle économique chinois est-il compatible avec les ambitions de puissance et de modernité?", https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article64411

7/ Pierre-Antoine Donnet, "Taïwan: les tensions entre Chine et États-Unis se radicalisent", https://www.europe-solidaire.org/spip.php?article64365

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